Jalisco
Saquean camiones antes de ir al basurero
Pepenadores y empleados del Ayuntamiento de Tlaquepaque hurgan los desechos; en lugar de pagar al municipio cubrían cuotas irregulares
Distintos olores se mezclan en el camión recolector: residuos inorgánicos, comida y pañales, son comunes para las manos de Juan Martín, quien inhala a diario el aroma de los desechos y lidia con desperdicios. Asegura que gana al día entre 400 y 500 pesos.
Expurgar en la basura se ha vuelto un oficio fructífero. Primero los pepenadores callejeros revisan las bolsas y botes que los ciudadanos dejan afuera de sus casas; la segunda pepena viene con los voluntarios y trabajadores del municipio, quienes van separando latas, vidrio, cartón, periódico, madera, chatarra o colchones; todo lo que tenga un valor comercial.
En Tlaquepaque y Zapopan son comunes estas prácticas, no así en los municipios donde tiene concesionado el servicio de recolección de basura, como Guadalajara, por lo cual los trabajadores deben entregar los desechos totales a la empresa. Pero, por lo menos en Guadalajara y Tlaquepaque, se considera en la Ley de Ingresos la obligación de pagar al Ayuntamiento por extraer basura de los camiones, ya que es propiedad municipal.
“Quitan de los camiones todo lo que tiene venta; hay una economía muy fuerte”, explica Miguel Magaña Virgen, académico de la UdeG.
María Elena Limón, alcaldesa de Tlaquepaque, señaló que estas condiciones crearon una “mafia” en la Dirección de Aseo Público, que se ha perpetuado por años con extorsiones y cobros irregulares a trabajadores y voluntarios. Una propuesta para evitar esta corrupción es regularizar a los voluntarios e incorporarlos en la nómina.
Según versiones de los trabajadores, les llegaron a cobrar hasta 35 y 50 mil pesos por manejar una unidad de recolección de basura. Además que debían pagar diariamente para ser asignados a un camión. Por estas anomalías ya existe una denuncia ante la Fiscalía General.
Más de dos décadas sin una plaza es una espera larga, pero Juan Martín disfruta el oficio que aprendió de su papá. “Me gusta recoger basura; desde ‘morro’ lo hago. Es lo único que sé hacer”, dice mientras camina recolectando bolsas de basura en la Colonia Quintero de Tlaquepaque, donde él vive, para recibir unas monedas de sus vecinos.
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