Jalisco
—Sabotaje... o compromiso (II)
Para ganar los votos que les permitieron llegar a los cargos que ocupan, recogieron, hace un año, el clamor popular de ''No al Macrobús, sí al Tren Ligero''
—II—
Por lo pronto, una vez que los alcaldes priistas de tres municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara se pronunciaron al unísono por declarar muerta y sepultada la proyectada Línea 2 del Macrobús, y por resucitar, prácticamente para la misma ruta, el proyecto de la Línea 3 del Tren Ligero, queda claro que aquéllos asumen, para bien y para mal, las consecuencias —“el costo político”, como ahora se dice— de su decisión.
Para ganar los votos que les permitieron llegar a los cargos que ocupan, recogieron, hace un año, el clamor popular de “No al Macrobús, sí al Tren Ligero”, basado en la experiencia ciudadana de varios meses de operación de aquél y varios años de funcionamiento de éste. Se responsabilizan por la muerte del primero y asumen el compromiso (¡éste es el meollo del asunto!) de dar vida al segundo. Ahora tienen que demostrar que fueron valientes e íntegros para no convertirse en cómplices de una insensatez, pueden ser inteligentes, igualmente íntegros, y, sobre todo, competentes, para dotar a los habitantes de Guadalajara y anexas de un sistema moderno y sustentable de transporte público; es decir, de dar vida a una idea mejor a la que dieron cristiana sepultura.
—III—
Su histórico pronunciamiento del miércoles no significa darle la espalda “a los que vivimos en la zona metropolitana”, sino dársela —“directísimamente” que diría el doctor Rivas Souza— a un proyecto del Gobierno del Estado que no ha resultado convincente para las mayorías. Significa (para seguir en la tónica del lacrimógeno boletín oficial) preferir que los 925 millones de pesos —¡dinero del pueblo: no olvidarlo!— que aportaría al proyecto el Gobierno federal, se aprovechen en Monterrey... a que se malgasten en Jalisco.
El argumento de que deberán transcurrir 18 meses como mínimo para tener el correspondiente proyecto ejecutivo, se estrella ante el precedente de que en 16 años que van de administraciones panistas en Jalisco, el único “avance” —concédasele ese calificativo a beneficio de inventario— tangible que han aportado en materia de transporte público, ha sido la polémica primera línea del Macrobús. Y en cuanto al argumento de que implementar el Tren Ligero consumirá otros cinco años, se contrarresta con otro: si es para mejorar, valdrá la pena la espera; y si no es para mejorar, no vale la pena la premura.
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