Jalisco
Ruegan a La Generala que interceda para acabar la violencia en México
El cardenal Juan Sandoval Íñiguez instó a la población a no perder la confianza en la virgen
GUADALAJARA, JALISCO (12/OCT/2010).- La tarde de este lunes a las 18:00 horas, en la explanada del Instituto Cultural Cabañas, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez ofició una misa de despedida a la Virgen de Zapopan, patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara. De pie, detrás de un toldo blanco que lo resguardaba de una leve lluvia, el purpurado instó a la población a no perder la confianza en la virgen frente a la coyuntura de violencia que aqueja al país.
La ceremonia se llevó a cabo frente a más de tres mil 500 personas que abarrotaron la plancha frente al emblemático edificio, de las cuales tres mil eran las que ocupaban las sillas dispuestas para la ceremonia. El resto se dispersó en las cercanías, informó Jorge Alberto Moreno Castro, director de Operaciones de Protección Civil del Estado.
“Venimos a proclamar, a reiterar nuestro amor a la Virgen para que nos socorra de la violencia que en el país causa mucha parálisis”, sentenció el cardenal Sandoval.
También llamó la atención sobre “el grave problema de la pérdida de la fe y de las costumbres de nuestra juventud”.
El arzobispo encabezó la ceremonia mientras del cielo caía una lluvia leve y varios asistentes se resguardaban, mientras elementos de seguridad privada abrían paso a la peregrinación de la Virgen de Zapopan que fue resguardada en la Catedral Metropolitana.
La ceremonia se llevó a cabo frente a más de tres mil 500 personas que abarrotaron la plancha frente al emblemático edificio, de las cuales tres mil eran las que ocupaban las sillas dispuestas para la ceremonia. El resto se dispersó en las cercanías, informó Jorge Alberto Moreno Castro, director de Operaciones de Protección Civil del Estado.
“Venimos a proclamar, a reiterar nuestro amor a la Virgen para que nos socorra de la violencia que en el país causa mucha parálisis”, sentenció el cardenal Sandoval.
También llamó la atención sobre “el grave problema de la pérdida de la fe y de las costumbres de nuestra juventud”.
El arzobispo encabezó la ceremonia mientras del cielo caía una lluvia leve y varios asistentes se resguardaban, mientras elementos de seguridad privada abrían paso a la peregrinación de la Virgen de Zapopan que fue resguardada en la Catedral Metropolitana.
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