Jalisco
Reubicación de ladrilleras, clave contra contaminación en Tlajomulco
El parque para ubicar este tipo de giros crecerá al doble en 2013; sumar 10 negocios por año es la meta para 2015
TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (30/DIC/2012).- Tlajomulco de Zúñiga es un municipio ladrillero. Ese oficio lo define. La fabricación de bloques para construcción es y ha sido el símbolo de distinción de ese municipio desde hace varias generaciones. Pero el incremento de la población en los últimos años, y la proximidad de los talleres ladrilleros a los nuevos núcleos habitacionales comenzó a generar molestia por las afectaciones a la salud que esta cercanía entre ambos representa.
Antes, las quejas por la polución resultado de la fabricación de bloques eran prácticamente inexistentes, pero el crecimiento de la mancha urbana en los últimos años rápidamente alcanzó a esos establecimientos, y en el periodo 2010-2012, casi 70 ladrilleras se vieron rodeadas por casas. Esto devino en quejas de los pobladores, que acumulaban entre 50 y 60 al día en el área de Ecología.
Lo anterior atrajo la atención de ese Ayuntamiento, por lo que desde la administración pasada se definió una solución sencilla, aunque arriesgada por la eventual negativa de los trabajadores del ladrillo: reubicar e integrar a la mayor cantidad de negocios en un solo punto, y convertirlo en un parque ladrillero que estuviera alejado de los centros donde reside la gente.
Tras un proceso de negociación, las autoridades municipales lograron convencer a varias ladrilleras de cambiar su sede, próxima al Centro de Tlajomulco (donde está la mayor cantidad de negocios de este tipo), para evitar que el humo que despiden sus hornos afectara por más tiempo la salud de quienes lo respiraban. Hoy son ya 21 los que decidieron retirarse a una zona menos poblada, y la “nata” de humo que antes se notaba en el primer cuadro de ese municipio, aseguran las autoridades, ha disminuido en su intensidad.
Antonio Salazar Gómez, coordinador de Proyectos Estratégicos en ese municipio, explica que el proceso de arranque resultó complicado, pero para aminorar las molestias que un cambio de lugar trae consigo, se ofreció a las ladrilleras 15 años sin pago de renta, insumos sin costo para la producción, como el agua, y un apoyo de 10 mil pesos para su traslado. Esto gracias a un acercamiento con la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades).
La promoción del sitio (ubicado sobre la carretera a Buenavista), su exposición en medios de comunicación y el “boca en boca”, asegura el funcionario, han permitido que, lejos de ahuyentar a los compradores, éstos lleguen en mayor cantidad. Y a tres meses de operación, “al menos producen ocho mil piezas más, lo que significa más ingresos”.
EL COMPLEJO
Lejos de la mancha urbana
El complejo ladrillero, que comenzó a operar en septiembre pasado, se encuentra sobre la carretera a Buenavista, y reúne a nueve establecimientos, aunque 12 más han sido reubicados a otras zonas.
La meta del Ayuntamiento es aumentar 10 ladrilleras reubicadas por año, y que para 2015 sean más de 50 las que dejen de afectar a las comunidades de Tlajomulco.
Antes, las quejas por la polución resultado de la fabricación de bloques eran prácticamente inexistentes, pero el crecimiento de la mancha urbana en los últimos años rápidamente alcanzó a esos establecimientos, y en el periodo 2010-2012, casi 70 ladrilleras se vieron rodeadas por casas. Esto devino en quejas de los pobladores, que acumulaban entre 50 y 60 al día en el área de Ecología.
Lo anterior atrajo la atención de ese Ayuntamiento, por lo que desde la administración pasada se definió una solución sencilla, aunque arriesgada por la eventual negativa de los trabajadores del ladrillo: reubicar e integrar a la mayor cantidad de negocios en un solo punto, y convertirlo en un parque ladrillero que estuviera alejado de los centros donde reside la gente.
Tras un proceso de negociación, las autoridades municipales lograron convencer a varias ladrilleras de cambiar su sede, próxima al Centro de Tlajomulco (donde está la mayor cantidad de negocios de este tipo), para evitar que el humo que despiden sus hornos afectara por más tiempo la salud de quienes lo respiraban. Hoy son ya 21 los que decidieron retirarse a una zona menos poblada, y la “nata” de humo que antes se notaba en el primer cuadro de ese municipio, aseguran las autoridades, ha disminuido en su intensidad.
Antonio Salazar Gómez, coordinador de Proyectos Estratégicos en ese municipio, explica que el proceso de arranque resultó complicado, pero para aminorar las molestias que un cambio de lugar trae consigo, se ofreció a las ladrilleras 15 años sin pago de renta, insumos sin costo para la producción, como el agua, y un apoyo de 10 mil pesos para su traslado. Esto gracias a un acercamiento con la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades).
La promoción del sitio (ubicado sobre la carretera a Buenavista), su exposición en medios de comunicación y el “boca en boca”, asegura el funcionario, han permitido que, lejos de ahuyentar a los compradores, éstos lleguen en mayor cantidad. Y a tres meses de operación, “al menos producen ocho mil piezas más, lo que significa más ingresos”.
EL COMPLEJO
Lejos de la mancha urbana
El complejo ladrillero, que comenzó a operar en septiembre pasado, se encuentra sobre la carretera a Buenavista, y reúne a nueve establecimientos, aunque 12 más han sido reubicados a otras zonas.
La meta del Ayuntamiento es aumentar 10 ladrilleras reubicadas por año, y que para 2015 sean más de 50 las que dejen de afectar a las comunidades de Tlajomulco.
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