Jalisco
Reproducción asistida incide en embarazos múltiples
El anhelo de poder concebir un hijo se une a la probabilidad de que un instituto de fertilidad pueda hacerlo realidad
Y cuando el anhelo de poder concebir un hijo se une a la probabilidad de que un instituto de fertilidad pueda hacerlo realidad, los hombres y mujeres con problemas de infertilidad se someten a diversas técnicas de reproducción, que van de la baja a la alta complejidad.
Las probabilidades de lograr tener un hijo, tras varias décadas del estudio de la infertilidad, son altas.
Al menos en las clínicas de fertilidad del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, y en la similar del IMSS Jalisco, ocho de cada 10 parejas van a tener un embarazo con tratamientos “sencillos”, como la inducción a la ovulación o estimulación ovárica controlada. Las dos parejas restantes necesitarán una técnica de reproducción asistida como la in vitro (ver recuadro de técnicas).
Cifras nacionales de hospitales revelan que cerca de 22.8% de embarazos múltiples se debe a la técnica de inducción de la ovulación; la estimulación ovárica controlada participa en 8.5% de los embarazos, mientras que en la inseminación artificial, la incidencia de este tipo de embarazos de dos o más productos es de 28.5 por ciento.
En fertilización in vitro, la tasa de embarazo múltiple es sólo de tres a 4%, lo que supone un mejor control.
De acuerdo con la especialista en fertilidad del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Norma Patricia Ramos González, las estadísticas no varían mucho de un instituto o clínica a otra, la incidencia de embarazo múltiple relacionado con la los tratamientos de fertilidad son similares en la mayoría de los estados del país.
Sector salud
Año Embarazos Gemelos Tres o más
2008 134,579 2,054 62
2009 134,866 1,980 64
2010 142,75 2,021 62
2011* 66,153 1,100 19
*Hasta el 29 de julio.
Fuente: Dirección de Planeación de la SSJ
Estadísticas de embarazos
Nuevo Hospital Civil
Año Embarazos Múltiples
2008 9,019 171
2009 8,716 190
2010 8,626 154
2011* 5,626 96
*Hasta el 31 de julio.
Técnicas de fertilidad
Baja complejidad
Recomendadas para pacientes cuyo problema de infertilidad se debe a que no ovulan o que tienen padecimientos como ovario poliquístico. La inducción de la ovulación es una de las más recurrentes, sobre todo en caso de que el semen del hombre no se mueva de manera adecuada, tenga bajo conteo o la mujer tenga endometriosis leve.
Se cita a la paciente cuando menstrúa, se da medicamento inyectado y se da seguimiento vía ultrasonido. Cuando los óvulos están maduros, se da medicamento para romperlos, y dependiendo el caso, se pide a la pareja que programen su coito, o bien, se hace inseminación artificial.
Generalmente, la tasa de embarazos es de 16 a 20% por cada intento, cifra similar a la tasa de fecundación “normal” de una pareja, cuando se cuenta con todas las condiciones idóneas de tener un embarazo sin apoyo de este tipo.
Alta complejidad
Aquí se utiliza la fertilización asistida o in vitro, en aquellas pacientes que no ovulan, tienen las trompas dañadas o el semen del hombre tiene baja movilidad.
Para llegar a este punto, se requiere que la pareja haya sido sometida a cuatro intentos de técnicas de baja complejidad y fallaron.
Aquí, tanto el semen, como el óvulo, se fertilizan de manera externa, y dadas las condiciones idóneas, los mejores embriones se instalan dentro del útero de la mujer, con la esperanza de que se implanten en la cavidad uterina y suceda el embarazo.
Testimonio
Un sexto intento... y pegó
Siempre pasa. Cuando se tiene novio, la pregunta obligada es ¿y para cuándo la boda? Después de contraer nupcias, que para cuándo el bebé. Y si pasan algunos años y aún no se “encarga”, llueven los comentarios de familia y amigos hacia la pareja, de por qué no han tenido hijos.
No todas las parejas se casan para tener familia. Muchas, como en el caso de Ana Rosa y su esposo Pepe, el amor los unió cuando ella tenía 25 años, una muy buena edad para tener hijos sanos y fuertes, según los especialistas.
Tener hijos no era su prioridad, pero sí lo anhelaban, como cualquier pareja enamorada.
Después de un par de años, y al ver que la maternidad no llegaba a su vida, ella y su esposo decidieron poner cartas en el asunto. Acudieron con médicos… y comenzó la aventura.
Un problema con la poca movilidad y cantidad de espermatozoides del marido de Ana Rosa no permitían un embarazo.
Tras varios intentos mediante inseminació artificial, sin éxito, decidieron parar.
Después de 14 años, decidieron someterse a otro tratamiento de inseminación artificial.
La primera pasó como las primeras cuatro. No se pudo tener un embarazo. Pero a la segunda, sexta ocasión en total, la noticia fue diferente: todo indicaba que iban a ser padres.
La sorpresa mayor llegó al momento del primer ecosonograma, en el que se observó que no venía uno sino dos bebés, cada uno en su bolsita, por lo que serían cuates.
“Llegaron cuando tenían que llegar”, aclara Ana, al momento en que carga a sus hijos ahora de tres años: Sofía y Emiliano.
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