Jalisco

Repoblar, vía hacia una ciudad más segura: ONU-Hábitat

Ana Moreno, vocera de la organización, dice que el Centro podría ser motor de ''muchísimas actividades''

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2013).- El repoblamiento de la ciudad de Guadalajara y su densificación, con una relevancia particular sobre su Centro Histórico, debe ser una línea estratégica de las autoridades locales para disminuir los índices delictivos y obtener mejoras en la seguridad pública, puntualiza la Organización de las Naciones Unidas a través de su agencia ONU-Hábitat.

Ana Moreno, vocera de ONU-Hábitat, habló durante su reciente estadía en Guadalajara sobre las acciones que se están implementando a escala mundial para la búsqueda de ciudades más seguras para todos.

“En algunas ciudades lo primero que hacemos para conseguir mayor seguridad es densificar esa zona. El hecho de que tengas espectadores, de que siempre te sientas seguro porque hay alguien mirando, es básico, y no lo parece pero está siendo uno de los grandes éxitos sobre todo para el tema de la seguridad de la mujer. Sobre la mujer tenemos un problema grave como ciudadanía y humanidad de cómo podemos conseguir que se sienta más segura en la ciudad, en una zona urbana. La zona urbana, normalmente, por definición, es más segura —aunque no lo parezca—, pero tenemos que asegurarnos de que el espacio público está preparado para disminuir esa inseguridad”.

—Guadalajara se está despoblando desde 1990 (ha perdido 155 mil 016 tapatíos, y hay proyecciones de que salgan otros 195 mil 189 hacia 2024). ¿Recuperar población y densificar debe ser una prioridad para la seguridad de la ciudad?

—Exactamente. Nosotros tenemos siempre un consejo de densificación, si es posible por las características locales. La densificación produce menos costos en todos los servicios: es mucho más barato hacer llegar el agua, la luz, los servicios básicos de saneamiento; produce mayor oportunidad y movilidad, con lo cual los desplazamientos en coche se reducen; pero, sobre todo, esa densidad se tiene que producir. Tenemos un proyecto que se llama ‘Devolver la vivienda al centro’: los centros han quedado marginados, cuando, en realidad, pueden ser motor de actividad, de turismo, de muchísimas oportunidades.

De acuerdo con esta lectura, Guadalajara tiene entonces un reto doble: pierde habitantes y presenta, por si fuera poco, una densidad poblacional baja por su predominante horizontalidad. Con 370 mil viviendas, más de tres cuartas partes (315 mil) son de uno o dos niveles, y sólo 55 mil están en desarrollos verticales (tres pisos o más).

“Lo interesante sería cómo recuperar la actividad que en realidad se ha des-localizado”, subraya Ana Moreno, “y lo que hacemos es lo que decimos en inglés ‘in fill’: en los espacios de la ciudad, del centro, que no están organizados o han quedado degradados, ir haciendo una mejora, que al final permite una densificación. Y se ha vivido ese proceso en muchísimas ciudades del mundo; Barcelona fue una en los años noventa; en Nueva York había una huida de Manhattan; ahora vuelve a haber, desde el año 2000, una vuelta al centro de la ciudad”.

El Centro donde nadie vive

Ana Moreno hace una advertencia que resulta trascendental para Guadalajara: “No hay nada peor que tener un Centro Histórico en el cual no vive nadie” pues ahí desaparece “la seguridad de que no me va a pasar nada”. En ese centro, afirma, todo será negativo, “porque lo que necesitas es que en el centro de tu ciudad haya actividad. Para poder recuperar la ciudad de Barcelona, en los años ochenta, lo primero que se intervino fue el Centro Histórico, que estaba degradado: era dominado por la drogadicción, la prostitución, se visitaba durante el día los edificios históricos pero por la noche nadie quería visitar.

“Lo que pasó es que el inicio de la reforma para los Juegos Olímpicos, la transformación de la Barcelona que conocemos ahora, no se hizo por la periferia, en ninguna otra área: se eligió el Centro Histórico como ejemplo de ese pacto social para poder construir el cambio”.

Se calcula que en el Centro Histórico de Guadalajara hay 50 hectáreas de propiedades sin uso (casi 15% de su área), que uno de cada cinco inmuebles no tiene provecho y que, si el cuadro fundacional tenía 100 mil habitantes en 1900, ahora tiene 24 mil y contando.

HAY QUE MEJORAR LA "CIUDAD INDIVIDUAL", PIDE ESPECIALISTA
Crear y mantener un pacto, el reto de los ciudadanos ante el espacio público


Los ambulantes de Guadalajara ocupan el Centro Histórico pese a que los reglamentos lo prohíben, sin que la autoridad los reubique y, más bien, en medio de acusaciones de corrupción. El resultado es que el espacio público de los tapatíos está evidentemente privatizado de facto.

“Desconozco el caso concreto de Guadalajara”, admite la vocera de ONU-Hábitat, Ana Moreno, al hablar de los proyectos que esa organización ha aplicado en urbes como la capital jalisciense, pero aprovecha para tomarla, de todas maneras, como ejemplo de un principio de acción de su trabajo: “La solución a todos estos procesos en la ciudad normalmente viene por el pacto social: el espacio público es el único espacio común que existe. Cómo se regula: tiene que ser bajo un pacto social”.

La especialista advierte que ese proceso de instauración de acuerdos transparentes entre ciudadanos lleva tiempo, pero sin él es muy difícil resolver problemas como el del ambulantaje tapatío y muchos otros más: “Sin ese pacto social, todo el mundo se siente capacitado de utilizar el espacio público y de utilizarlo en el mal sentido de la palabra también: económicamente”.

Moreno plantea que, así como los problemas de corrupción en una autoridad requieren su propio tratamiento (“judicial”, lo llamó), el mantenimiento y uso correcto del espacio público requieren, sin duda, de un componente social que se logra a base de hacer conciencia entre la ciudadanía, lo que puede dar pie no sólo a que se denuncie la ocupación indebida, sino a la autorregulación del individuo, conociendo sus derechos y obligaciones, y cuando se ha hecho de un nuevo concepto del lugar que es compartido y pertenece a todos. Moreno habla del “respeto al espacio público”.

El 1 de octubre ONU-Hábitat presentó en Guadalajara la campaña “Yo mejoro mi ciudad”, que va en ese sentido, y que llega a una urbe donde no sólo las banquetas se ceden al ambulantaje (a muchos ya sin causar extrañeza): los vecinos también se apropian del pedazo de calle frente a sus casas colocando botes y cubetas, los autos se estacionan obstruyendo el paso del peatón, los apartalugares exigen un cobro por dejar el vehículo en vía pública...

“El respeto al espacio público y la legitimidad del espacio público sólo pueden llegar con un gran pacto social del sector privado, sector público y la ciudadanía, y es ahí donde la campaña inicia en ese sentido: ese ‘mejoro mi ciudad individual’ es el que permite que colectivamente podamos aprovechar el espacio público. Si nadie mejora su ciudad de forma individual, ese espacio público se pierde”.

FRASE

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(Mejorar la ciudad) Es una decisión continua como ciudadanos: somos responsables; no es posible que la responsabilidad sólo sea durante unos años de unos líderes políticos "

Ana Moreno,
vocera de ONU-Hábitat.

SABER MÁS
El reto de la densidad

La autoridad municipal señala que la densidad promedio de Guadalajara es de 106 habitantes por hectárea; una estimación más actual de la Coplaur dice que son 99.

El distrito central tapatío tiene la segunda densidad más baja de todo el municipio: 90 habitantes por hectárea.

Las delegaciones centrales del Distrito Federal 160 y 180 habitantes por hectárea.
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