Jalisco
Reloj de Asfalto
De un modo o de otro, todos somos ''ninis''
¿Para qué entonces ayudar a esta economía cruenta que sólo beneficia a los más poderosos? Sospecho que los “ninis”, sin saberlo, son la revolución más vanguardista desde Gandhi. Si todos nosotros dijéramos, “bueno, ya pues, nos rendimos, el sistema reventó”, y nos dedicamos a “ninis” unos tres meses, no habría manera de pagar los absurdos sueldos y prestaciones que nuestros altos funcionarios gozan y la casa de cartas del Estado se vendría abajo sin necesidad de tanta violencia y necedad.
Veamos un simple argumento: de acuerdo con no se que oscuros designios de los sabios matemáticos en turno, el salario mínimo es de 54 pesos diarios. Quesque nadie gana el salario mínimo y por eso se cotiza así, aunque no ajuste… Según yo, eso no tiene el menor sentido, porque el mínimo debería ser el mínimo para que ajuste, y pos no ajusta. Además, últimamente muchos no llegan ni a los 54 pechereques diarios. Ahora, ¿cómo comparar esos menos de un mil setecientos pesos al mes contra los 150 mil pesos que un diputado se avienta a la buchaca al mes, sin contar prestaciones (que son enormes)?, y ¿cómo reaccionar ante estos datos?
La opción uno es indignarse y ver subir la propia presión arterial a niveles tan altos como los sueldos de sus altísimas gracias, y la opción dos es decir “al nabo”, no importa si tengo título de doctor en gayas ciencias por la universidad de la Sorbona, aquí cotizo menos que el organizador de eventos culturales del Ayuntamiento de Sachacalpanita de los Cocoteros, así que mejor me dedico a “nini”. Así, por lo menos no gasto mis días en pagarles a estas majestades sus comidas y seguros médicos.
Claro está la opción tres, que es olvidarnos de todo y dedicarnos a escuchar una y otra vez la canción de Jaime López, musicalizada por Alex Syntec, y cantar “Shalalala, shalalala” hasta que pase el temblor, si es que lo hace.
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