Jalisco
Reloj de Asfalto
Futbol, futbol, futbol
Cuando Porfirio Díaz, en contra de los intereses de sus connacionales, reprimió brutalmente, digo, perdón… desalojó pacíficamente y observando las normas de derechos humanos a los malvados mineros de la histórica mina de Cananea, y llegaron los anarquistas y gloriosos hermanos Flores Magón a avivar los fuegos revolucionarios, Porfirio no tenía el Mundial de Sudáfrica a su favor.
Ahora sí, el fast track, vengan a nosotros todas las resoluciones, todos los acuerdos, vendan Pemex, regalen los territorios de Baja California Sur a los Estados Unidos, defiendan la Ley Arizona y dejen a los curas quemar culpables niños herejes en nombre del espíritu del futbol y más futbol.
Debo reconocer que cuento con una falla genética que afecta el epicentro de mi mexicanidad: me importan un rábano el Tri, “El Vasco” Aguirre y todos los santos de la justa panbolera. Tal vez esa sea la razón por la que me llega un tufo a podrido en la tal iniciativa México.
Esta onda de invitarnos a perdonar las afrentas, a olvidar nuestras diferencias y declarar a los cuatro vientos que no existe el pasado, y que nacimos el mismo instante en que decidimos mirar hacia delante (o como diría Bullwinkle: somos los exploradores y siempre colectamos flores) me suena como una invitación de Francisco Franco y Satanás a olvidar que bombardearon la república para forjar un brillante y falangista futuro de valores cristianos.
Es como un chimuelo Hugo Sánchez anunciando pasta dental.
Me parece interesante la selección de Javier Aguirre como vocero del nuevo México que, como el Japón de Hirohito, está destinado por los dioses a la gloria.
Es poner todos los huevos en la canasta del futbol calculando que, gracias a nuestra fiebre panbolera, seremos capaces de ignorar los ecocidios, los burdos robos, las farsas como el IEPC, el dispendio cruel y despiadado para engordar cuatro bolsillos con chalecos azules y Juegos Panamericanos y seremos capaces de cantar ¡México sí se puede! Mientras gol a gol iremos descubriendo que no se pudo.
Yo no le entro, yo no juego. Nos vemos en la cruda… cuando Sudáfrica también descubra que gastó tantos millones en entretenernos en lugar de gastarlos en agua potable para su población, y nosotros regresemos a los decapitados y desaparecidos de la guerra contra el narco.
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