Jalisco
Reciben el 2013 en el cielo
Pasajeros y azafatas celebran durante un vuelo la llegada del nuevo año
GUADALAJARA, JALISCO (01/ENE/2013).- Las 00:00 horas y los cinturones de seguridad dejan de rodear la cintura de los pasajeros. Algunos se abrazan entre sí, otros más brindan con jugo o vino, se toman fotografías; al tiempo, las azafatas salen a los pasillos del avión y, con antifaces en la cara, aplauden, y avientan serpentina, celebran.
Loreli Padilla, así como una cincuentena de personas, voló a Santiago de Chile durante la transición del 31 de diciembre de 2012 al 1 de enero de 2013.
"Terminé el 2012 e inicié el nuevo año en el cielo, en tránsito, rumbo a visitar a una amiga, extrañando a un amor, agradecida por lo vivido; en soledad (por viajar sin su familia) y a la vez con compañía (pasajeros)", cuenta mediante un correo electrónico.
Dice que tres minutos antes de la medianoche, según el uso horario chileno y aún con bastantes horas de vuelo por delante, un aviso interrumpió las pantallas del avión y las actividades de los de a bordo: "Se aproxima el cambio de la fecha hacia el 2013, según la hora en Chile".
Ella no tenía en mente pasar el Año Nuevo en un avión, pero "era la opción que se ajustaba más para aprovechar al máximo el tiempo de vacaciones y estirar los ahorros con un vuelo barato".
Faltar a la celebración en casa, como cada año de los 27 que tiene, le pesaba; no obstante, "me imaginé brindando con las personas desconocidas en el avión e iniciando el año justo como quiero seguirlo viviendo: viajando", y terminó por animarse.
Relata que "los aeropuertos de Guadalajara y de México estaban vacíos: muy poca actividad, muy poco flujo de viajeros. Y el avión rumbo a Chile, "casi vacío". Por ello, las azafatas dejaron escoger a los pasajeros sus respectivos asientos.
Las 00:00 horas, y Loreli brinda al aire con vino blanco --acompañada de desconocidos--"por un año más de vida, uno más de retos, aventuras y descubrimientos del mundo; por los otros y otras, por mí".
EL INFORMADOR / MIRIAM PADILLA
Loreli Padilla, así como una cincuentena de personas, voló a Santiago de Chile durante la transición del 31 de diciembre de 2012 al 1 de enero de 2013.
"Terminé el 2012 e inicié el nuevo año en el cielo, en tránsito, rumbo a visitar a una amiga, extrañando a un amor, agradecida por lo vivido; en soledad (por viajar sin su familia) y a la vez con compañía (pasajeros)", cuenta mediante un correo electrónico.
Dice que tres minutos antes de la medianoche, según el uso horario chileno y aún con bastantes horas de vuelo por delante, un aviso interrumpió las pantallas del avión y las actividades de los de a bordo: "Se aproxima el cambio de la fecha hacia el 2013, según la hora en Chile".
Ella no tenía en mente pasar el Año Nuevo en un avión, pero "era la opción que se ajustaba más para aprovechar al máximo el tiempo de vacaciones y estirar los ahorros con un vuelo barato".
Faltar a la celebración en casa, como cada año de los 27 que tiene, le pesaba; no obstante, "me imaginé brindando con las personas desconocidas en el avión e iniciando el año justo como quiero seguirlo viviendo: viajando", y terminó por animarse.
Relata que "los aeropuertos de Guadalajara y de México estaban vacíos: muy poca actividad, muy poco flujo de viajeros. Y el avión rumbo a Chile, "casi vacío". Por ello, las azafatas dejaron escoger a los pasajeros sus respectivos asientos.
Las 00:00 horas, y Loreli brinda al aire con vino blanco --acompañada de desconocidos--"por un año más de vida, uno más de retos, aventuras y descubrimientos del mundo; por los otros y otras, por mí".
EL INFORMADOR / MIRIAM PADILLA
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