Jalisco

Recibe clínica de obesidad infantil del CUCS 100 casos nuevos anuales

El tratamiento tiene una duración de un año y consiste en acciones multidisciplinarias para combatir el problema

GUADALAJARA, JALISCO (16/AGO/2011).- La Clínica para la Atención de Niños y Adolescentes con Obesidad del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara ( UdeG) atiende anualmente 100 casos nuevos de niños obesos.

De estos, el 80% llega con trastornos del metabolismo, siendo los principales las afectaciones por colesterol e insulina elevada, informa el director de la clínica, Enrique Romero Velarde.

La mayoría de los pequeños que acuden a la clínica son derivados del servicio de Pediatría del Nuevo Hospital Civil "Dr. Juan I. Menchaca", quienes son identificados como niños con exceso de peso al acudir por otra necesidad de salud.

El tratamiento para estos niños es de alrededor de un año, y consiste en dar un abordaje multidisciplinario para que bajen de peso, atender sus padecimientos relacionados con la obesidad, así como un plan de cambio de hábitos de vida tanto para él como para su familia.

"Si la familia no participa no vamos a lograr nada, entonces, en las fases iniciales del tratamiento es involucrar a todos para que se mejore su alimentación, para que mejore su actividad física, particularizar una dieta especial para el niño, y en ocasiones el uso de medicamentos".

El avance positivo del niño, cuyo  promedio de edad es de 10 años, depende mucho del apego al tratamiento de un año.

Según el médico, en tres meses se ven resultados favorables, si es que se sigue con lo indicado por los especialistas.

Lamentablemente, sólo el 30 por ciento de los pacientes termina su tratamiento anual y el resto lo abandona porque piensan que el cambio en el peso va a ser inmediato, y no es así.

"Las familias se desesperan por lo que abandonan, aparte, piensan que van a ver resultados a corto plazo".

Los primeros aspectos que se observan en los niños que son derivados a la clínica, explica el especialista, son su mala alimentación, rica en azúcares y carbohidratos, así como la ingesta exagerada de comida "chatarra" y sedentarismo familiar.

EL INFORMADOR/THAMARA VILLASEÑOR

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