Jalisco

Proyectos de ciudad, crisis y retos

Cita en la ciudad

Parece que tarde o temprano la crisis golpea. La ciudad y sus proyectos no son la excepción; es entonces, por tratarse de necesidades o sueños compartidos, cuando más que nunca cada uno de sus actores debe jugar correctamente su papel. Ante la omnipresente crisis vale la pena citar a Cervantes en El Quijote: “donde una puerta se cierra, otra se abre”.

Si bien todo lo que se construye conforma la ciudad, es claro que los espacios y los proyectos púbicos por ser del interés colectivo generan mayor atención. Es en momentos complicados cuando mejor deben responder los actores de estos proyectos que son cuatro: las autoridades de gobierno, que deben liderar las propuestas y cambios con equipos preparados, generando consensos, buscando recursos y asumiendo la realidad en base al significado social,  con transparencia hacia la sociedad. Los profesionales,  quienes manteniendo sus valores y principios así como su creatividad y bases científicas, deben ser capaces de adaptarse a los cambios y asumir con conocimiento e ingenio los nuevos desafíos. Los inversionistas y desarrolladores, proponiendo los mecanismos que ante las dificultades, les permitan ofrecer productos de calidad, logrando rendimientos adecuados y lógicos para su inversión. Los ciudadanos y su opinión pública, que a través de la aceptación social de los proyectos garantice una mayor integración, apropiación y cuidado. Si cada actor asume y participa, las dificultades son menos. Todos los actores son fundamentales.

¿Puede la arquitectura enfrentar los proyectos en circunstancias de crisis?

Hace algunas semanas se dio a conocer que el arquitecto suizo Peter Zumthor era el ganador del premio Pritzker 2009, el mayor galardón que puede recibir un arquitecto. El resultado tuvo  amplia aceptación, en todo el mundo coincidían en la pertinencia del reconocimiento a quien en una entrevista se definió como “un carpintero que dice la verdad”. Dar este premio a quien no representa a la arquitectura mediática, a la de solo imágenes, puede ser una oportunidad para la arquitectura con sustancia, la que se ha ido perdiendo frente a la extravagancia y/o la mala calidad que desarrolla muy frecuentemente el mercado inmobiliario. Digamos que es reivindicar a la arquitectura y lo que puede lograr. El acta de jurado menciona que Zumthor “tiene una gran capacidad para crear lugares que son mucho más que un solo edificio” y afirma, al hablar de la audacia y la modestia como atributos no excluyentes mutuamente, que “Junto a la humildad reside la fuerza”. Zumthor dice: “La Arquitectura no es un vehículo ni un símbolo para cosas que no pertenecen a su esencia. En una sociedad que celebra lo no esencial, la Arquitectura puede poner resistencia,  puede contrarrestar la pérdida de forma y  significado y hablar en su propio lenguaje”.  Glenn Murkutt, ganador del Pritzker 2002 afirma: “la arquitectura debe ser una respuesta, no una imposición”.

Cada vez más, hablar de ciudad sustentable resulta no solo adecuado, sino que sobre todo necesario. En el camino a esa meta, el significado social que deben dar las autoridades  representantes de la sociedad, la calidad espacial y científica de los profesionales de la arquitectura y el medio ambiente, la adecuada gestión administrativa y comercial de los desarrolladores, así como la participación y juicio ciudadano oportuno e histórico,  son claves para el éxito de un proyecto de ciudad. Hoy que se deben convertir los obstáculos en peldaños y hay que hacerlo bien, de lo contrario la incertidumbre rondará sobre lo que construyamos, dice Murkutt: “Deberíamos pensarlo dos veces antes de tirar una colilla al suelo: tarda quince años en degradarse”. Los cuatro actores tienen la palabra.

alfredo@infotectura.org
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