Jalisco

Programa contra inundaciones en la metrópoli, sólo en papel

La inversión total de las 16 obras estratégicas, es de dos mil millones de pesos

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUN/2014).- Sí hay una solución para las inundaciones que año con año acaban con el patrimonio de cientos de familias en la metrópoli: se llama Programa de Manejo Integral de Aguas Pluviales (Promiap) y fue propuesto por la autoridad desde el 2008.

El proyecto consta de 16 obras estratégicas para acabar con un gran porcentaje de los encharcamientos (65%, de acuerdo con el último reporte del SIAPA). Pero ha estado en la congeladora desde la administración estatal anterior. El obstáculo para implementarlo es su costo: más de dos mil millones de pesos.

Esa cantidad equivale a una octava parte de lo que costará la presa El Zapotillo. El monto requerido para el Promiap también representa una tercera parte de lo que costará la presa derivadora El Purgatorio.

Las autoridades gastarán más de 20 mil millones de pesos para el abasto de agua con estos dos proyectos pero no han garantizado recursos para las obras que mitiguen los daños por la lluvia en la metrópoli.

Año con año se  generan daños en vialidades, y se exponen miles de automovilistas y zonas habitacionales.

En términos generales, el Promiap consiste en instalar acueductos más grandes y nuevos, y adaptar vasos reguladores para que sea allí donde se estanque el agua de lluvia, no en las calles.

Según la superintendencia técnica del SIAPA, ver concretados los 16 puntos depende de que el Gobierno de la República considere costear con un porcentaje el programa. Y en un ánimo positivo, su titular Manuel Jiménez afirma para este año sí hay posibilidad que sean al menos “tres o cuatro” los que concretarán sin ofrecer certeza.

“Lo que se necesita son recursos. El programa tiene financiamiento del Gobierno Federal pero igual que aquí todas las ciudades tienen el mismo problema. El detalle es que los recursos no alcanzan: viene a cuentagotas, se puede decir (...) Y los problemas nos van ganando contra la capacidad de poderlos ir resolviendo”.

Uno de los proyectos del Promiap está en la unidad deportiva San Rafael, donde se busca que la cancha de futbol quede al menos dos metros abajo, y conectarla a unos colectores. Esto para almacenar en ella al menos 20 mil metros cúbicos de agua durante las precipitaciones (periodo durante el cual evidentemente no podrá usarse para fines deportivos), y ésta salga sin causar mayor problema a la gente que allí habita.

Pero hay quien piensa que no sólo invertir en grandes obras es la solución. Es el caso de  Luis Valdivia Ornelas, investigador del departamento de Geografía en la Universidad de Guadalajara (UdeG), quien dice que a partir del diagnóstico de sitios vulnerables que tiene el SIAPA, es posible responder con obras en sus proximidades para inhibir las afectaciones que dejan las tormentas.

Sugiere la captación, intercepción, retención y filtración parcial del líquido que fluye por la superficie, con obras pequeñas que darían resultados óptimos. Y lo mejor: en el muy corto plazo.

También destaca la necesidad de crear más vegetación para captar hasta una quinta parte del agua de lluvias, pequeños depósitos de tormentas y adaptar suelos con mayor permeabilidad en espacios públicos como estacionamientos, y hacerlo obligatorio para los núcleos industriales.

Advierte que es necesario contemplar para el mediano plazo un redireccionamiento a los sistemas de colectores. En tanto no se tengan los fondos para ello, añade, la autoridad puede atender la problemática instalando más zonas abiertas para captar agua.

“Parques, camellones; cualquier zona abierta que capte. Porque aunque son pequeñas acciones, sí ayudan a ir parcialmente solucionando el problema”.

La solución: un crecimiento ordenado

Mientras Guadalajara sigue creciendo y sus redes de desalojo de agua pluvial no, el riesgo de inundaciones crece. Y la solución para ello es clara, pero no simple: control de crecimiento.

De acuerdo con Manuel Jiménez, del SIAPA, Guadalajara debe prepararse para el futuro creciendo ordenadamente. Esto es: tomando en cuenta los cauces naturales y respetándolos, pues aunque haya construcciones sobre éstos, los arroyos eventualmente recobrarán el espacio que les pertenece.

“El agua reconoce el cauce que tiene, por más obras que hayan hecho allí”.

TELÓN DE FONDO
Pérdidas de millones de pesos anuales por inundaciones


El programa para acabar con las inundaciones en la ciudad (Promiap) fue sugerido desde el año 2008, pero no ha sido ejecutado. Esto pese a que las pérdidas anuales por inundaciones se cuentan en cientos de millones de pesos.

Guadalajara, por ejemplo, estimó en 529 millones el saldo que dejaron las lluvias de 2010 (EL INFORMADOR/18/JUL/2012). De ser esa la constante y se invirtiera esa cifra en atacar inundaciones, el Promiap se habría pagado ya este año.

El total de inversión requerido por el programa es de dos mil millones de pesos, por lo que en el último lustro ya se habría superado el mínimo de recursos.

El Programa de Manejo Integral de Aguas Pluviales ya ha costado a los bolsillos de los tapatíos: 32 millones de pesos se han gastado sólo en estudios de viabilidad. En julio de 2008 el SIAPA mencionaba la inviabilidad del proyecto porque “no hay dinero”, discurso que dos años después repite (EL INFORMADOR/14/JUL/2012).

Pero el programa no está descartado: simplemente no han concretado obras. Esto, pese a que desde hace dos años las tarifas en la ciudad han tenido un incremento gradual que seguirá notándose hasta 2016.

Mientras, las zonas de la ciudad susceptibles de inundarse siguen creciendo.

La solución a inundaciones en otras ciudades sí ha logrado costearse: por ejemplo, en Monterrey el gasto fue de 400 millones de pesos. La capital de Corea del Sur, Seúl, destinó 281 millones de dólares (más de tres mil 600 millones de pesos) al tema. En la Zona Metropolitana de Guadalajara la inversión sigue estando lejos de estos niveles.

LA VOZ DEL EXPERTO
Crecen cifras por afectaciones derivadas de tormentas

Fernando Rueda Lujano
(consultor y expresidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría)

Como sucede con los puntos de inundación en la ciudad, los daños que las lluvias dejan a la infraestructura de la ciudad también han crecido. De acuerdo con Fernando Rueda Lujano, consultor y experto en temas de agua (y ex funcionario en la Comisión Estatal del Agua), en promedio se pagan 340 millones de pesos más por atender las eventualidades que deja el temporal.

Durante la década pasada, las afectaciones por lluvias generaron daños por 630 millones de pesos al año en promedio. Después de 2010 el monto se elevó a un promedio de 970 millones de pesos al año: ése es el costo por atender las afectaciones que causa el temporal en toda el Área Metropolitana de Guadalajara.

Entre los daños se cuentan la pérdida de menaje por agua dentro de los domicilios, afectación a vialidades por encharcamientos y pérdida de tiempo (que sí incide en los indicadores).

El Promiap, la estrategia que ha dibujado el SIAPA para que los daños por las lluvias sean menores, ha avanzado. Según el consultor, quien durante unos meses colaboró en la Comisión Estatal del Agua (CEA), ya los proyectos ejecutivos están en manos de la Secretaría de Hacienda en proceso de autorización.

Fernando Rueda explica que las autoridades sí han mostrado interés en aplicar un sistema de drenaje pluvial para la metrópoli, sobre todo porque el beneficio de estas obras es 30% más alto que el costo estimado de las obras a realizar.

El también miembro de la Asociación Mexicana de Hidráulica (AMH) ventila que en otras latitudes las acciones de la autoridad están enfocadas en la conservación —incluso en la restauración— de los cauces, una práctica que también deberían adoptar los gobiernos locales.

“No solamente hay que limpiarlos sino ampliarlos y reclamarlos. Quien se sienta dueño de zonas invadidas debe ser desalojado, porque esos son espacios propios del agua”.

Pero sí hay avances. El consultor destaca las modificaciones a la Ley de Agua para el Estado de Jalisco y sus Municipios, que en su artículo 86 Bis detalla que “toda ocupación que genere superficies impermeables, deberá poseer un dispositivo de control del escurrimiento del agua de origen pluvial”.

Esto significa que cada nuevo fraccionamiento o vialidad deberá contar con una canaleta (o cualquier obra afín) que impida que el agua de lluvia se estanque y genere encharcamientos en nuevas zonas de la ciudad. “El agua precipitada sobre el terreno no podría ser drenada directamente hacia las calles, cunetas o redes de drenaje”.

EJEMPLOS
Las obras para atender inundaciones

Colector Atemajac

Colector López de Legaspi

El Dean

Depósito San Rafael

Colector Plutarco Elías Calles

Depósito Parque Morelos

Depósito González Gallo

Arroyo Osorio

Depósito Revolución

Depósito Revolución-Lázaro Cárdenas

Depósito El Sauz

Depósito Jardínes de la Cruz

Depósito Tercer Milenio

Depósito Felipe Zetter

Depósito Polanco

Depósito López Mateos

PROTECCIÓN CIVIL
Afectaciones por lluvias, “antes en las casas; ahora en las calles”


Tiene 25 años de experiencia operativa y ha atravesado cada temporal en el municipio de Guadalajara apoyando a los ciudadanos que, debido a las lluvias, padecen afectaciones por esta causa.

Pero ha encontrado una constante: los daños que antes causaban las tormentas al municipio estaban en las casas, no en las calles.

El comandante José de Jesús Martínez Cortés, jefe operativo de la Unidad Municipal de Protección Civil Guadalajara, ha confirmado de manera vivencial más destrozos en la vía pública actualmente que cuando empezó a prestar sus servicios a los tapatíos.

“Antes había mucha incidencia de derrumbes en casas habitación porque eran construidas con adobe y le echaban la bóveda que conocemos; era una estructura no apta y cuando se remojaba se desplomaba”.

Pero ya los ciudadanos han tomado medidas al respecto, por lo que es la vialidad la que ahora padece los problemas de cada tormenta.

“Hace años en la colonia Ferrocarril hubo una tormenta tan fuerte que subieron los niveles tanto que tuvimos que utilizar unas canoas para evacuar a las personas”.

La canoa aún está en manos de la corporación, aunque a este punto no se ha presentado la ocasión para usarla nuevamente.

El comandante también destaca que hay una mejor cultura de protección civil, pues antes cada temporal debían implementar operativos de búsqueda en la Barranca de Huentitán, por causa de personas que eran arrastradas por la corriente.

“Tardábamos hasta una semana para encontrar los cuerpos; ocasionalmente los hallábamos y otras veces no. Era muy común que la corriente arrastrara a las personas”.

Además, en la estrategia actual también hay estrecha coordinación con la Universidad de Guadalajara, cuyo Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) comparte información con Protección Civil en tiempo real.

Esto permite implementar operativos y verificar limpieza en los puntos donde se pronostican precipitaciones con mayor intensidad.

CRÓNICA
Barricadas y encierro por una tormenta


Como si la alarma del departamento de bomberos sonara, los habitantes de la colonia Nave Industrial, en Guadalajara, activan al unísono su particular protocolo de seguridad en cuanto la primera nube gris asoma. La meta está en garantizar protección para cuando las gotas comienzan a golpear el pavimento.

Láminas de acero, martillos y hasta sábanas son la herramienta. No hay vecino que desconozca las secuelas de cualquier tormenta en las proximidades del Parque El Dean, donde la laguna que las autoridades llaman vaso regulador se convierte en una piscina que siempre alcanza sus viviendas.

Ya es costumbre, pero no se acostumbran. Sandra Vega, por ejemplo, colocó hace siete años una barda en su puerta que obliga a hacer un esfuerzo adicional para ingresar a la vivienda que se encuentra sobre la calle Manolete.

Doña Juana Carrera, madre de Sandra, también hizo lo propio, pero sugirió colocar una medida protectora adicional.

Hace dos años el río que se forma durante las lluvias estuvo a punto de alcanzar su ventana. Ahora, cada que una tormenta azota donde vive corre por unas sábanas y las coloca en su puerta. Después toma un martillo y “clava”, asistida por la familia de su hija (que vive al lado), una gruesa lámina en el nuevo marco que formó con el paño.

Después, a esperar bajo encierro a que la tormenta termine y el agua fluya. Que termine su paso y reduzca el caudal de casi dos metros de alto (el arroyo vehicular queda abajo de una banqueta de aproximadamente 50 centímetros).

Pero hay quien ha tecnificado la práctica de blindaje al domicilio: ¿Para qué clavar cuando también apretar tornillos es una posibilidad?

Josefina Enriquez es una de ellas. Vive dos cuadras abajo de Sandra: en la calle Antonio Espinoza, donde “está canijo” atravesar el temporal, y donde el paliativo de la autoridad es una boca de tormenta que recientemente fue habilitada junto al parque.

Ella pidió a un soldador que colocara un refuerzo de metal en su puerta de acceso, la cual tenía ya una barda improvisada para evitar que el agua entrara, y que hace parecer su ingreso como una segunda ventana.

Dicha estructura tiene un carril sobre el cual su esposo monta una lámina metálica que atora con más de 15 gruesos tornillos, obstáculos que no representan, asegura Josefina, riesgo alguno para su hijo: un menor de nueve años que ya domina el arte de escalar para el ingreso a su hogar.

-¿Y cómo mete usted sus muebles; su cama?
-Pues los metimos antes de poner la barda.

-¿Entonces cercó su domicilio hace poco?

-Hace como siete años.

El protocolo de acción para los habitantes próximos al Dean, una de las zonas que el SIAPA (Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado) ha identificado como propensa de inundarse en la Zona Metropolitana de Guadalajara, también incluye despejar las vialidades: ningún auto estacionado, salvo que su dueño desee verlo arrastrado por la corriente.

Todos llevan sus respectivos vehículos a zonas menos riesgosas cuando el temporal está en curso. Con la impracticidad que esto conlleva y el riesgo de acercarlo a zonas donde la delincuencia puede aprovechar que, en las lluvias, sus propietarios se encuentran encerrados detrás de las barricadas de su hogar.

FUNCIONA DESDE HACE SEIS AÑOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Un drenaje profundo, la solución definitiva


No es una utopía. Aunque su elevado costo así lo hace creer, existe una solución definitiva para que la ciudad de Guadalajara detenga el sufrimiento anual por inundaciones y accidentes derivados de éstas.

Existe, incluso, el proyecto conceptual y la prueba de su éxito en otros puntos del país.

Se trata de un drenaje profundo: una red de colectores de grandes dimensiones, ubicados varias decenas de metros bajo tierra, y con el fin único de trasladar el agua de lluvia acumulada en la metrópoli.

Un drenaje profundo funciona desde hace años en la Ciudad de México; incluso tuvo una ampliación el sexenio pasado (que costó poco más de mil millones de dólares). Éste funciona tanto para conducir agua pluvial como la de residuo.

Las cifras para ver un programa de esas dimensiones en la ciudad son altas. Tanto que ni el superintendente técnico del SIAPA (Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado), Manuel Jiménez, se atreve a dar un estimado.

Pero el proyecto sin duda es posible.

“Sería un colector pluvial que tuviera la capacidad de recoger todos los volúmenes excedentes de agua que provoca los problemas de inundación en los principales puntos: partiendo desde Plaza del Sol hasta la Barranca de Huentitán, a donde descarga el colector de Atemajac”.

La espina fue clavada cuando corría el año 2000 por un profesor de los actuales técnicos del agua en la ciudad: José Manuel Vargas Sánchez, fallecido hace pocos años.

El ingeniero, quien en algún tiempo de su carrera fue responsable de agua potable y alcantarillado en Guadalajara y Zapopan, realizó el boceto cuando corría el año 2000.

Miles de litros de basura líquida a las calles

¿Acostumbra a fumar y arrojar las colillas a la calle? ¿El vaso del café es desechable? ¿La envoltura del chicle no cayó en el bote? Pues no es el único caso en la ciudad: hay miles de personas que facilitan la disposición de su basura arrojándola desde el automóvil, o al ir caminando. Y su práctica incide en todos.

Los más de cuatro mil metros cúbicos de azolve que el SIAPA ha extraído de las bocas de tormenta de la ciudad, antes de que inicie el temporal, prueban que la cultura de la limpieza en Guadalajara está lejos de ser óptima.

La superintendencia técnica del organismo afirma que apenas va a la mitad en la revisión y limpieza en las bocas de tormenta; los trabajos concluirán este 15 de junio.

“En una ocasión sacamos un Volkswagen de un colector. ¿Cómo llegó allí? Quién sabe”, expone Manuel Jiménez López, superintendente técnico del SIAPA, instancia que también ha sacado 940 metros cúbicos de azolve de los 11 sifones de la metrópoli.

CIFRAS

2 Mil millones de pesos cuesta el Programa Integral de Aguas Pluviales

16 Mil millones de pesos costará el proyecto Presa El Zapotillo

6 Mil millones costará la derivadora El Purgatorio

16 Millones de pesos anuales destina el SIAPA cada año a desazolves

11 Sifones hay actualmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara

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