Jalisco

Problemas mentales, consecuencia inmediata de la crisis

Más allá del impacto al bolsillo, la actual situación económica mundial se ve reflejada en padecimientos físicos

GUADALAJARA, JALISCO.- La crisis es una constante en la vida del ser humano. Para muchos, se trata de una calamidad, para otros representa una oportunidad.

Hablar de una crisis económica y social, como la que actualmente se vive a nivel mundial, con una gran cantidad de desempleo y bajas oportunidades financieras, puede ocasionar también problemas de salud entre la población, debido al estrés que manejan al ver perdido su patrimonio o al no poder llevar, incluso, lo necesario a su hogar.

La crisis, por sí sola, no produce las enfermedades, señala la encargada de subdirección de atención del Instituto de Salud Mental ( Salme), Lorena Hernández Muñoz, lo que ocurre es que cuando una crisis se presenta de forma aguda, ocasiona reacciones en la sociedad, como el estrés y la preocupación, lo cual, a su vez, puede desencadenar en una enfermedad mental o física.

“No podemos decir que el impacto de que suba el dólar nos va a causar un impacto emocional, sino cuando la persona ve mermada su capacidad adquisitiva, de adquirir servicios básicos, lo puede llevar a una desesperación y desarrollar un trastorno depresivo o un trastorno ansioso”.

Desde el año pasado, la Organización Mundial de la Salud ( OMS) pronosticaba que no se debían de menospreciar las perturbaciones y posibles consecuencias de la crisis económica en la salud mental de la población. También se calificó a la depresión como la enfermedad de la crisis, y se espera que para el año 2020, sea la primera causa de discapacidad laboral.

La misma directora de la OMS, Margaret Chan, aseguró que la crisis económica mundial “puede aumentar la incidencia del suicidio y las enfermedades mentales en personas que deben afrontar la pérdida de su vivienda”.

Sin embargo, el grado en que la crisis económica afecta a una persona depende mucho de su personalidad, y si alguna vez ha pasado por un episodio depresivo, esto la hace más susceptible.

“Puede ser la gota que derrama el vaso, pero el sujeto debe traer algunos aspectos de la personalidad, que es altamente negativo, que ven la vida llena de problemas, sin oportunidades, tienen pocas herramientas para salir adelante; son los sujetos más ‘presa’ de un trastorno depresivo”.

Hernández Muñoz señaló que la mayor preocupación es que las personas que se están viendo más afectadas por el estrés, y que éste a su vez puede provocar trastornos de ansiedad o depresión, son los adultos jóvenes, entre los 18 y los 40 años.
“Es cuando se enfrentan a más retos, toman decisiones de vida, matrimonio; es la edad donde se toman más decisiones, salen de la carrera, empieza la vida laboral, empiezan los grandes retos, como sacar adelante a la familia; volvemos a la situación económica”.

En el último año, las atenciones en Salme se han incrementado 10%, no obstante, Hernández Muñoz advierte que esto no puede adjudicarse sólo a la crisis económica, sino también a otros factores.

El primero de ellos, abundó, es porque la persona cambió de médico al no poder continuar en una atención privada. Otro factor es porque el paciente piensa que los medicamentos que requiere para su enfermedad mental son otorgados en Salme, pero no es así, sólo se dan a quienes son hospitalizados. El último factor es que la persona busca una atención más frecuente para salir de su problema, y que no les cueste tanto.

Cada día, en Salme se otorgan 30 consultas de primera vez a personas que llegan a Urgencias.

El cuerpo responde por la mente


Dolor de estómago, migraña, dificultad para respirar, dolores inexplicables, son padecimientos que  suenan lógicos en una ciudad como Guadalajara, en la que el estrés y problemas personales, económicos y de inseguridad, están a la orden del día.
Pero ¿qué pasa cuando alguien con estos síntomas acude al médico y éste, al revisarlo, incluso a través de exámenes, descubre que la persona no tiene “nada”, pues sus malestares no se reflejan en los resultados laboratoriales?

Esto es más común de lo que parece, asegura el jefe del Servicio de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Sergio Villaseñor Bayardo, pero la mejor manera de llamarlo es enfermedad psicosomática, y se estima que aparece en 80% de los pacientes que sufren algún dolor, pero éste no es comprobado científicamente.

“Después de someterse a una revisión, no se encuentra ninguna respuesta, tendría trastornos de somatización, lo negativo es que el médico pasa por alto que son expresiones corporales de un equivalente ansioso o depresivo”.

Villaseñor Bayardo advierte que los factores emocionales no se pueden desligar de la respuesta del organismo, y si bien una persona puede cursar un proceso doloroso sin problema, para otra será más difícil y lo expresará de alguna manera.
Asegura que es común que los problemas financieros provoquen, en algunas personas, un alto grado de ansiedad, que puede terminar en una enfermedad, si no se atiende a tiempo.

En resumen, la persona puede cursar un periodo de ansiedad generalizada, o un trastorno del estado de ánimo de fondo, y éste se expresa a través del cuerpo, porque no lo puede verbalizar, aclara el médico.

Estos pacientes acuden al médico de primer nivel, pero generalmente no se revisa su estado mental, lo que ocasiona que el paciente se vaya a su casa porque su diagnóstico fue: “no tiene nada”.

“El médico negativamente dice las cosas y le dice al paciente que no tiene nada, y que se vaya a su casa, que son sus nervios, y claro, son sus nervios, pero eso es una enfermedad delicada y el paciente que dice que le duele, pues sí le duele”.

La capacidad de verbalizar los conflictos no es igual en las personas, ni en todos los grupos culturales. Por ejemplo, estudios revelan que México es uno de los países con mayor prevalencia de somatización que en otros países, donde es más fácil hacer una verbalización adecuada de un conflicto.

De acuerdo con Villaseñor Bayardo, de primera instancia, el médico debe hacer una valoración médica integral, descartar problemas metabólicos, alteraciones, problemas endocrinológicos o una infección. Si no hay pista, se deberá tratar desde el punto de vista psicológico.

“Hay pacientes que van con muchos médicos por dolores de cabeza inexplicables, de espalda, colitis, gastritis; se hace un abordaje completo y se perciben depresivos, como alteraciones del sueño, de la sexualidad, vigilia, bajo apetito sexual, tristeza, pues se inicia el tratamiento y se modifica sustancialmente el cuadro”.

Cuestión científica

El médico asegura que el desempleo y los problemas económicos tan “graves” en todo el país, están propiciando que se desencadenen enfermedades que quizá ya estaban en la persona.

Y aunque no está comprobado que el incremento de consultas psicológicas se deba a la crisis económica actual, lo que sí es cierto es que el estrés juega un papel importante en la salud del ser humano.

El especialista explica que la gente está sometida a un estrés crónico, lo que altera el funcionamiento de las hormonas que se liberan cuando hay peligro, cuando está en lucha.

La persona se encuentra en un permanente estado de prevención, listo para “atacar”. Esto desgasta a cualquiera, y puede propiciar que se desencadenen enfermedades.

Los pacientes con trastornos depresivos tienen un sistema inmune abatido, disminuido, y una de las principales maneras en que el cuerpo responde es a través de una simple gripe, una infección o un dolor en cualquier parte del cuerpo.

La manera en que un problema económico afecte a una persona, tiene que ver también con cuestiones genéticas que pasan de generación en generación, señaló el médico.

“Depende de la capacidad de afrontamiento y de la herencia; en las familias siempre se puede hacer un historial, hay tíos, abuelas, primos, con las mismas enfermedades, como el estado de ansiedad generalizada, que se transmiten por herencia y modos de comunicación familiar”.

Alternativas

Ante un problema de cualquier tipo, la primera recomendación es no alarmarse, atenderlo y no dejar que afecte sustancialmente en su vida diaria. Una manera de hacerlo es relajando al cuerpo y distrayendo a la mente a través de técnicas como caminar, practicar yoga o cualquier tipo de ejercicio.
Si no es suficiente, aseguró Villaseñor Bayardo, atienda a tomar psicoterapia. Si el psicólogo considera que no es suficiente, probablemente le recomiende acudir con un psiquiatra para recibir un tratamiento farmacológico; existen medicamentos adecuados que lo ayudarán a salir adelante.

Textos: Thamara Villaseñor, Alejandra Guillén y Omar


FICHA TÉCNICA

Principales causas de consulta

1.- Trastorno depresivo mayor.
2.- Trastorno de ansiedad generalizado.
3.- Trastorno de bipolar.

Consejos para afrontar la crisis

Refuerza tus redes de apoyo, tu familia, amigos; convive con ellos.
Practica estilos saludables de vida.
No abandones tus horarios de alimento y hazlo de manera sana.
Si amaneces sin ánimo, no te quedes todo el día en la cama.
No abandones tus horarios de sueño.
Practica algún deporte o mínimo camina en un parque.
Piensa que las crisis son pasajeras.
Buscar alternativas en la vida, haz tu proyecto de vida.

Fuente: Salme

 
Para saber

 
Para acudir a consulta externa con algún especialista en Salme, puede llamar al teléfono 36 33 95 35, o bien, al Centro de Intervención en Crisis, al 075.

Salme se encuentra ubicado en avenida Zoquipan número 1000, letra A, a un costado del Hospital General de Occidente (Zoquipan).


En México no hay atención adecuada: especialista


Aunque no existen estudios de cómo ha afectado la crisis económica a la salud de las personas, en Clínicas de Salud Mental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) calculan que ha habido un aumento de 10 a 15 por ciento de consultas por problemas de depresión o ansiedad, íntimamente relacionadas con el estrés y con un mal manejo de las situaciones.

Rafael Velázquez Reyes, psicólogo profesor de la UdeG y adscrito a esta Clínica, explica que es normal que el ser humano responda con ansiedad ante cualquier situación de crisis. Y cuando no tiene habilidades para enfrentar las situaciones, “la interpretación de la crisis genera incapacidades para responder y se refleja en lo fisiológico y lo orgánico”.

Lo más común en estas situaciones es el aumento de depresiones, de ansiedad, de visitas al médico, que, aunque no está documentado en Jalisco, la Organización Mundial de la Salud lo ha investigado a nivel internacional: cuando hay crisis, empeora la salud mental, aumenta el estrés, las enfermedades coronarias, los infartos, los paros cardíacos, la gastritis y la colitis, entre otras problemáticas.

“Aún sin investigaciones, para nosotros en nuestro trabajo cotidiano es claro el aumento de pacientes”.
Desafortunadamente, opina,  en México no se pone atención a estos problemas y debería haber una intervención primaria de la salud. “Nuestra nación no está preparada  para hacerle frente a esto, no se hace nada preventivo, el país deja mucho qué desear porque atiende de manera secundaria, terciaria y de manera deficiente. Entonces, no estamos preparados y los problemas, como el suicidio, van en aumento”.

A la consulta psicológica llegan por tres razones: Porque no se puede evitar el estrés, ante cualquier situación de cambio; por los factores ambientales –como la crisis económica– que afectan a la persona; y por la forma en que se responde a cada problemática.

Velázquez Reyes refiere que este último punto es fundamental, pues todo depende de cómo se interpreta una situación y “si no tengo habilidades para enfrentarla, entonces las enfermedades van en aumento, al no ver otras alternativas para no llegar al fondo del túnel”.

El estrés "detona" problemas neurológicos

No se puede decir objetivamente que la crisis económica afecta a la salud de la población. Pero sí que el estilo de vida de las grandes urbes repercute en las enfermedades psicosomáticas, “que no tienen un sustrato biológico o anatómico, pero sí en la estructura psicológica, lo que puede llevar a problemas neurológicos, como la migraña o cefaleas de tipo vascular; el estrés, combinado con la presión alta, genera problemas sanguíneos en todo el cuerpo, como infartos cerebrales, embolias”,  explica Raúl Neri, médico adscrito a la Unidad Nacional de Neurocirugía y presidente regional de Neurología.
Y aunque el estrés no genera problemas neurológicos, sí los detona en quienes tienen sensibilidad a este tipo de enfermedades.

El neurólogo explica que el estilo de vida repercute a nivel sistema nervioso,  lo que sería un factor condicionante que, mezclado con el sedentarismo, el tabaquismo, el alcoholismo, la hipertensión, la diabetes o la mala alimentación, representan mayores riesgos para problemas cardiológicos y cerebro-vasculares.
Desafortunadamente, dice, en México no hay estudios de enfermedades vasculares, pero a nivel mundial sí han comprobado que estos problemas se incrementan.

Estudiantes no están exentos

Las consultas en el Centro de Asesoría Psicológica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) han aumentado entre 60 y 80%, principalmente en intervención de crisis de los jóvenes, porque no tienen dinero para pagar la colegiatura y tienen que dejar la escuela.

Esto lo asegura la psicóloga de la clínica de la UAM, Lourdes Núñez de Parra, quien señala que llegan como si “se les acabara el mundo. Y curiosamente suponemos que no sucedería así, porque a su edad tienen muchas opciones, como buscar trabajo, prórroga y muchas formas de resolver el problema; de repente que les digan sus papás que ya no hay dinero para pagar la escuela, es un golpe fuerte, no pueden entenderlo y en vez de ver otras alternativas, el mundo se les acaba”.

Asimismo, esto sucede porque lo económico nubla todo lo demás: el dinero tiene un valor muy fuerte en la sociedad. “Sí se les complica muchísimo esto y como que sí lo tienen todo valorado en lo económico”.


FRASE:

Vemos más agresividad, problemas familiares, alcoholismo… y no es más que un mal manejo de la situación”.
Rafael Velázquez Reyes, psicólogo profesor de la UdeG.



FRASES

“Me estreso porque todo está carísimo y no puedo comprar lo mínimo que necesito. Además está la presión en mi casa, que tengo que trabajar”.Zaira González, estudiante de filosofía en la UdeG.


“Me dan unos dolores muy fuertes, escalofríos, o ando semanas de muy mal humor, porque las cosas no salen”.
Patricia Torres, trabajadora doméstica.
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