Jalisco

Presumen adiestramiento militar bajo la lluvia

En la Plaza Liberación, autoridades militares y municipales presencian el trabajo de jóvenes del SMN

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUL/2013).- El ruido que llena la plaza es el de los zapatos negros de decenas de jóvenes estampándose contra los charcos. La lluvia matutina cae sobre las camisas blancas que tienen las siglas del Servicio Militar Nacional y las transparenta. Los pantalones de mezclilla se hacen cada vez más oscuros ante el agua llega a ellos.

Desde el estrado, donde hay un toldo que evita que los invitados se mojen, el maestro de ceremonias habla del trabajo de estos jóvenes. Disciplina, defensa personal y acondicionamiento físico son los puntos a presumir ante el público que asistió a la Plaza de la Liberación para presenciar este adiestramiento.

Los jóvenes terminan los 15 pasos que les ordenó una voz militar. Al sonido del silbato comienzan a hacer sentadillas. Otro pitido más y se lanzan al suelo con las manos al frente para realizar lagartijas; al siguiente se dejan caer y ruedan sus cuerpos en el pavimento mojado y se levantan con la camisa sucia y la respiración acelerada.

No hay quejas ni risas. A seis meses de haber comenzado su servicio, saben que ante los militares no se permiten expresiones ajenas a los ejercicios. No hay necesidad de ganarse reprimendas por nada.

Ellos fueron los menos afortunados. Los otros dos grupos —cada uno era formado por unos 30 hombres de la generación 1994— también terminaron empapados, pero sin la necesidad de revolcarse en los charcos. Uno de ellos sólo hizo la labor de escolta, como en festival de primaria; el otro fue el encargado de mostrar la defensa personal, que según el maestro de ceremonias, ha de ser para repeler y no para agredir.

Parados todos firmes, con dos de sus compañeros al frente, se pusieron en guardia. Piernas separadas, una atrás de la otra, y los dos puños alzados a la altura del mentón. El ruido del silbato les indicó cuándo golpear hacia el frente; después giraron la cintura y soltaron codazos a las gotas que seguían cayendo. También hubo patadas, algunas con leves flexiones en la rodilla y otras como si despejaran un balón.

Tras unos 40 minutos de mostrar su adiestramiento, regresaron todos a sus lugares; pusieron la palma de la mano firme, a la altura de la frente, y cantaron el himno nacional. Desde el estrado se dio terminada la ceremonia y se retiraron las autoridades militares, municipales y colonos a los que, por cierto, no les cayó una gota de agua.

EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA
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