Jalisco
Presa en Temacapulín, un debate de más de 80 años
Los conflictos políticos y económicos no habían permitido que se definiera el proyecto que ayudará a disminuir los problemas de abasto de agua de la ciudad
La estrategia del gobierno de Aristóteles Sandoval en materia hídrica, que prevé el aprovechamiento de los caudales del Río Verde para el abastecimiento de la Zona Metropolitana de Guadalajara, fue puesta en la mesa por primera vez en los años veinte del siglo pasado, cuando la Comisión Nacional de Irrigación le encargó al ingeniero Daniel Vázquez Cisneros buscar alternativas para la ciudad.
Tras sus investigaciones se descubrió un lugar, cerca de Temacapulín, sobre el cañón del Río Verde, a mil 613 metros sobre el nivel del mar y 90 metros por encima del nivel representativo de la ciudad, apropiado para almacenar tres mil millones de metros cúbicos. Así nació el proyecto La Zurda-Guadalajara, el cual fue desechado entonces por las dificultades técnicas que planteaba la interposición de la Meseta de Los Altos de Jalisco.
Pero el escenario siguió siendo tentador. “Ahí se estrecha el valle, se forman los paredones a los lados del río, y a cualquiera se le ocurre poner una represa”, escribió el ingeniero Jorge Matute Remus en EL INFORMADOR en 1986. Dicho y hecho: el proyecto de una presa en el área ha sido impulsado por presidentes y gobernadores, a veces con el apoyo y a veces con la oposición de los empresarios locales, pero nunca ha terminado de cuajar.
Hoy la ciudad tiene un déficit de agua de 3.8 m3/s: el abastecimiento dejó de ser uno de los grandes problemas del lejano futuro.
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