Jalisco
Preocupa a vecinos tala de árboles en Lázaro Cárdenas
Las personas que laboran a los alrededores les parece increíble que nadie se haya percatado del derribo intencional
GUADALAJARA, JALISCO (08/AGO/2012).- Aún yacen en el camellón de la avenida Lázaro Cárdenas los restos de los árboles que en días pasados fueron derribados. Hojas secas y pedazos de troncos sobre el pasto se observan a simple vista.
La situación para algunos vecinos de la zona e incluso propietarios de negocios aledaños al lugar es preocupante, pero poco se habla de ello.
Ejemplo de tal preocupación e indignación lo expone José Arrollo Ledezma, propietario de un taller donde se trabaja el acero inoxidable: "Son cosas que no deben pasar. Imagínate, pasamos aquí más de ocho horas diarias trabajando, por aquí circulan todo tipo de vehículos, camiones, carros, tráiler, y el único respiro que tenemos es el que nos dan los árboles, y nos lo cortan. No sé quién ni como haya sido, pero que caigan los culpables".
Asimismo, don Ernesto Gómez, un cuidador de coches a las afueras de una empresa de paquetería y mensajería, se dice indignado y reclama: "¿Cómo es posible que nadie haya visto? Eso no se hace en dos minutos, son montón de árboles. ¿Crees que ninguna autoridad haya visto que estaban haciendo eso?".
Incluso para los mismos colonos de los alrededores del lugar, desde donde se ubica la Cervecería Modelo hasta donde empieza el Parque de la Liberación, se muestran molestos. "Es una barbaridad, pero pues qué se le hace, a ver si es cierto que, por una parte, agarran a los que lo hicieron, y por otra, a ver si los reponen", dice Concepción Ugarte, vecina de la calle Martillo.
Jóvenes y adultos reclaman la acción, pero, a pesar de ello, hay a quienes no le dan mayor importancia y dicen: "Pues ya ni modo, hay muchos". En realidad son mayoría los vecinos que en primera instancia se dicen sorprendidos de que nadie haya visto nada, incluso, vigilancia de las mismas empresas que se encuentran frente al lugar donde fueron podados aseguran no haber visto nada.
Por el camellón, al cruce de la calle Fuelle, al mediodía del miércoles, se presentaron miembros de la Dirección General de Ecología, quienes fueron a fotografiar el área y hacer un recuento de los daños.
EL INFORMADOR / EDGAR FLORES
La situación para algunos vecinos de la zona e incluso propietarios de negocios aledaños al lugar es preocupante, pero poco se habla de ello.
Ejemplo de tal preocupación e indignación lo expone José Arrollo Ledezma, propietario de un taller donde se trabaja el acero inoxidable: "Son cosas que no deben pasar. Imagínate, pasamos aquí más de ocho horas diarias trabajando, por aquí circulan todo tipo de vehículos, camiones, carros, tráiler, y el único respiro que tenemos es el que nos dan los árboles, y nos lo cortan. No sé quién ni como haya sido, pero que caigan los culpables".
Asimismo, don Ernesto Gómez, un cuidador de coches a las afueras de una empresa de paquetería y mensajería, se dice indignado y reclama: "¿Cómo es posible que nadie haya visto? Eso no se hace en dos minutos, son montón de árboles. ¿Crees que ninguna autoridad haya visto que estaban haciendo eso?".
Incluso para los mismos colonos de los alrededores del lugar, desde donde se ubica la Cervecería Modelo hasta donde empieza el Parque de la Liberación, se muestran molestos. "Es una barbaridad, pero pues qué se le hace, a ver si es cierto que, por una parte, agarran a los que lo hicieron, y por otra, a ver si los reponen", dice Concepción Ugarte, vecina de la calle Martillo.
Jóvenes y adultos reclaman la acción, pero, a pesar de ello, hay a quienes no le dan mayor importancia y dicen: "Pues ya ni modo, hay muchos". En realidad son mayoría los vecinos que en primera instancia se dicen sorprendidos de que nadie haya visto nada, incluso, vigilancia de las mismas empresas que se encuentran frente al lugar donde fueron podados aseguran no haber visto nada.
Por el camellón, al cruce de la calle Fuelle, al mediodía del miércoles, se presentaron miembros de la Dirección General de Ecología, quienes fueron a fotografiar el área y hacer un recuento de los daños.
EL INFORMADOR / EDGAR FLORES
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