Jalisco

Por una foto, Sonia encuentra a su salvador

Pablo Fernando Carrera la rescató del interior de un camión tras las explosiones del 22 de abril de 1992

GUADALAJARA, JALISCO (22/ABR/2017).- Sonia del Carmen Solórzano Romo y Pablo Fernando Carrera Guillén no se conocían. Ella tenía 19 años y él 42. El mismo día, Sonia esperaba el camión para irse a su trabajo y Pablo, rescatista urbano de la Cruz Roja, se dirigía al Centro tapatío para desayunar con su esposa.

Sus vidas se unieron esa mañana del 22 de abril de 1992, cuando una serie de explosiones acabó con gran parte del Sector Reforma de Guadalajara.

Pablo salvó la vida de Sonia al sacarla del camión donde viajaba, el cual quedó volcado sobre la calle Río Lagos después de la explosión de las 10:09 de la mañana; 11 personas fueron rescatadas por Pablo y el equipo de la Cruz Roja. La mayoría de los sobrevivientes vive con una discapacidad, entre ellas Sonia.

Ella recuerda a Pablo como la primera persona que vio tras quedar inconsciente por los golpes.

Después de muchos intentos, a 25 años de la tragedia, Sonia logró reencontrarse con Pablo para decirle “gracias por salvarme la vida”.

“Pablo fue la primera persona que nos dio tranquilidad. Trató de calmarnos en todo momento. Ya tenía casi 25 años buscándolo… lo vi y me hizo revivir el momento, me hizo sentirme otra vez arriba del camión, pero ya no con tanto dolor, porque aquella vez era miedo, dolor, desesperación… ahora es un gusto volverlo a ver”.

Todo lo que existía era una fotografía que alguien tomó dentro del camión, en donde aparece Sonia, herida, y Pablo en labores de rescate.

Sonia mandó un mensaje con la foto a la Cruz Roja, que investigó quién podría ser el rescatista de la foto y dieron con Pablo, quien confirmó que se trataba de él.

“Me acuerdo que estaba una chamaquita adentro y pedía auxilio, había que apoyarla, la sacamos y le seguimos por otro lado”.

Pablo está a las filas de la Cruz Roja Guadalajara desde 1984, pero ahora está en el área de veteranos voluntarios, donde no percibe ningún sueldo.

El punto de encuentro entre Sonia y Pablo fueron las instalaciones de la Cruz Roja Guadalajara, junto al parque Morelos. Ahí platicaron, se abrazaron, lloraron y se contaron cómo va su vida después de aquel día.

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