Jalisco
Por sus calles los conoceréis
Los buenos tienen calle; lo malos no salen del callejón. Una de las historias más interesantes de la Independencia es la selección de los héroes
Miguel Hidalgo comenzó la gesta de Independencia; Agustín de Iturbide la concluyó. Hidalgo dio el grito, llamó a la guerra; Iturbide gestionó la paz. El cura de Dolores (no deja de ser extraño tener un Padre de la Patria con nombre de pomada) era un criollo de ideas liberales y de avanzada; su Alteza Serenísima fue un criollo leal a la corona que cambió de bando. Don Miguel polemizaba y polarizaba por donde pasaba; don Agustín conciliaba. La Independencia de México no pudo haber iniciado sin un Hidalgo al frente; no pudo haberse consumado sin un Iturbide.
¿Cómo le ganó Hidalgo la guerra de la historia a Iturbide? Digamos que Hidalgo tuvo mejor padrino. Mientras que a don Miguel lo adoptaron los liberales, a Iturbide lo adoptaron los conservadores. Parte de lo que se definió en la guerra civil del XIX fue quién escribía la historia, y está claro quiénes ganaron y que Hidalgo tuvo en los liberales a un mejor padrino y que los conservadores, que apadrinaron a Iturbide como Padre de la Patria, la perdieron de todas todas. El gran defensor de Iturbide y detractor de Hidalgo fue Lucas Alamán. El abogado de la santa causa histórica de Hidalgo y enterrador de Iturbide fue Ignacio Manuel Altamirano, quien sentenció así el destino de la historia: “Nosotros no somos hijos de Iguala, somos hijos de Dolores; nosotros venimos del 16 de septiembre... no venimos del pastel hecho entre el clero y las clases privilegiadas de la nobleza... somos hijos de las chusmas de 1810, convocadas por el grande de Hidalgo para sacudir el trono español y para sacudir toda clase de yugos”, (citado por Enrique Krauze en La santificación de Hidalgo, Letras Libres, septiembre 2010).
De Hidalgo es la estatua más importante de la ciudad en la Plaza de la Liberación (lo feo no le quita lo grandote); Iturbide no tiene ni una placa conmemorativa. Hidalgo tiene las principales avenidas de Guadalajara y Zapopan y otras seis en la zona metropolitana, todas grandes; Agustín de Iturbide tiene cuatro calles en la zona metropolitana, todas en colonias populares y ninguna de ellas llega a tres cuadras. 16 de Septiembre es la calle que cruza el Centro de Guadalajara; 27 de Septiembre está en Zapopan, mide 360 metros y es una diagonal que une a la “Consti” con la Venustiano Carranza.
Ahí está más que claro quién ganó la guerra de la historia. A Iturbide hoy ya no lo defienden ni los conservadores.
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