Jalisco
Por el Centro en bicibleta (el Norte)
La parte Norte del Centro de Guadalajara es maravillosa, y en bici todavía mejor
La parte Norte del Centro de Guadalajara es maravillosa, y en bici todavía mejor. Si salimos del mismo punto, el Parque Revolución, hay que tomar la ciclovía de Federalismo hacia el Norte (si no sabe dónde es el Norte en esta ciudad nunca falta un letrero que diga Nogales: pa´lla es el Norte) hasta Juan Manuel. Vuelta a la derecha y de bajadita hasta la calle Zaragoza y ahí a la izquierda hasta la plaza que está entre la Preparatoria Jalisco y la ex XV Zona Militar, donde es la primera parada. Atrás de la prepa está el templo de San Felipe Neri, para mí, la torre más bonita de Guadalajara, y un altar barroco de los mejores de la ciudad. Del otro lado de la plaza, el edificio de la zona militar se está habilitando como museo y actualmente no se puede visitar, pero la fachada de ladrillo aparente es única. Detrás está el Templo de Santa Mónica, sin duda el pórtico barroco de cantera labrada es el mejor de Guadalajara y muchos alrededores.
Bajando un poco más, ahora por la calle Reforma, hay que dar vuelta en la peatonal Pedro Loza (misma recomendación en todas las calles peatonales: si hay mucha gente es mejor bajarse de la bici y circular a pie). A unas cuadras está el Santuario de la Virgen de Guadalupe, que vale la pena, pero este barrio es el “santuario de la tragadera”: aquí están las mejores empanadas de Cuaresma, la originales “tortas compuestas” o “tortas del santuario”, muéganos (especialmente los de miel de guayaba) y unas nieves de garrafa espléndidas. Se recomienda llegar con la panza vacía y la cartera más o menos llena.
El siguiente punto es el Parque Morelos. El destino es la esquina de Juan Manuel y Dr. Baeza Alzaga donde están los mejores raspados de la ciudad, la ruta puede variar. Todas estas calles, Reforma, San Felipe, Juan Manuel y Garibaldi, entre Federalismo y la Calzada, tienen unas casas maravillosas que se ven y se disfrutan mejor a velocidad de bicicleta, así que la recomendación es dar vueltas hasta hacer hambre suficiente para el raspado.
En bicicleta también rifan las leyes de la física, aunque a la inversa. Aquí todo lo que bajas lo tienes que subir.
Así que el regreso por la calle Independencia requiere más fibra. Si nos vamos derecho por esta calle hacia el Poniente, una cuadra después de Alcalde vamos a encontrar la parte trasera del Mercado Corona. Esta es la calle guzga: virotes de todos tamaños, granadas de un color y sabor increíbles, camote de cerro, pinole, arándanos, ciruelas... Si tiene tiempo y humor visite la parte alta del mercado, la mejor y más variada exhibición de productos esotéricos y hierbas medicinales que se pueda imaginar. Ahí hay remedio para todo; a lo mejor no se cura, pero seguro se divierte.
Como remate, unas cuadras más adelante, antes de llegar a Federalismo, está el Museo de la Ciudad, que siempre es mejor visitarlo después de visitar la ciudad.
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