Jalisco
Pésima, política pública en agua: experto
Obras deben considerar tres aspectos: técnico, financiero y social, señala la especialista en políticas públicas, Angélica Cázares Alvarado.
GUADALAJARA, JALISCO (30/ENE/2013).- Jalisco tiene un historial en proyectos hídricos fallidos porque las autoridades olvidan tres aspectos “nodales”: lo técnico, lo más conviene; lo financiero, mejores resultados en el menor costo posible; y lo social.
Estos tres puntos deberían valorarse para determinar una ruta a seguir, expresa la especialista en políticas públicas y profesora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Angélica Cázares Alvarado, quien explica que la entidad cuenta con proyectos fallidos como el crédito japonés -1997- y las presas de Arcediano y El Zapotillo.
La profesora de la UdeG comenta: “llevamos tres proyectos fracasados que nos han salido carísimos, sobre Arcediano, que fue sumamente costosa y con un gran daño ecológico”.
En el caso de la Presa El Zapotillo, para la especialista, además de considerarse la cuestión cultural, familiar e histórica de la comunidad de Temacapulín, es necesario sumar el sentimiento de los jaliscienses porque “no deja de incomodar la idea de que parte de esa agua, sea la mayor o la menor, se vaya hacia Guanajuato”.
A lo anterior hay que agregar la cantidad de recursos que el Gobierno destinó a la construcción de viviendas, ofertadas a las personas afectadas por la realización del vaso. “Es un costo financiero que tiene que revisarse”.
Las obras hídricas han sido parte de la agenda porque el abastecimiento del agua es un tema de políticas públicas por “el crecimiento demográfico y la cantidad de espacios geográficos que ocupa ya la Zona Metropolitana de Guadalajara”.
Para la especialista este tema es “una deuda pendiente de los gobernantes que hemos tenido desde hace 15 años”. Del manejo de la política pública en temas de agua, ésta ha sido “pésima” porque “no ha tenido buen fin, es decir, no se ha convertido en una política pública, no se ha llevado a cabo un programa eficiente, y después de 15 años seguimos igual”.
Cázares Alvarado pide que las autoridades antes de aprobar un proyecto se detengan a analizar la mejor opción en rendimiento y resultados, y “manejar como tema aparte el costo no porque sea menor, sino porque llevamos tres proyectos fracasados que nos han salido carísimos”.
EL INFORMADOR / MAYRA TORRES
Estos tres puntos deberían valorarse para determinar una ruta a seguir, expresa la especialista en políticas públicas y profesora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Angélica Cázares Alvarado, quien explica que la entidad cuenta con proyectos fallidos como el crédito japonés -1997- y las presas de Arcediano y El Zapotillo.
La profesora de la UdeG comenta: “llevamos tres proyectos fracasados que nos han salido carísimos, sobre Arcediano, que fue sumamente costosa y con un gran daño ecológico”.
En el caso de la Presa El Zapotillo, para la especialista, además de considerarse la cuestión cultural, familiar e histórica de la comunidad de Temacapulín, es necesario sumar el sentimiento de los jaliscienses porque “no deja de incomodar la idea de que parte de esa agua, sea la mayor o la menor, se vaya hacia Guanajuato”.
A lo anterior hay que agregar la cantidad de recursos que el Gobierno destinó a la construcción de viviendas, ofertadas a las personas afectadas por la realización del vaso. “Es un costo financiero que tiene que revisarse”.
Las obras hídricas han sido parte de la agenda porque el abastecimiento del agua es un tema de políticas públicas por “el crecimiento demográfico y la cantidad de espacios geográficos que ocupa ya la Zona Metropolitana de Guadalajara”.
Para la especialista este tema es “una deuda pendiente de los gobernantes que hemos tenido desde hace 15 años”. Del manejo de la política pública en temas de agua, ésta ha sido “pésima” porque “no ha tenido buen fin, es decir, no se ha convertido en una política pública, no se ha llevado a cabo un programa eficiente, y después de 15 años seguimos igual”.
Cázares Alvarado pide que las autoridades antes de aprobar un proyecto se detengan a analizar la mejor opción en rendimiento y resultados, y “manejar como tema aparte el costo no porque sea menor, sino porque llevamos tres proyectos fracasados que nos han salido carísimos”.
EL INFORMADOR / MAYRA TORRES
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