Jalisco
Pendiente, combate al ciberacoso en la ZMG
La FGE pide colaboración de la ciudadnia para denunciar este delito
Los correos han sido constantes desde hace más de un año y desestabilizaron a la pareja en un inicio, luego cualquier malentendido provocado por terceros se aclaró; al novio, incluso, le robaron su identidad en redes sociales. Aunque pensaron en la posibilidad de acudir con alguna autoridad para ponerle un alto al acoso cibernético, decidieron no tomar acciones.
Este tipo de agresión cibernética, en la que no hay contacto físico ni evidencias palpables del daño y que se da a través de artículos utilizados en la vida cotidiana, es poco evidenciada por las víctimas. Así lo muestra un estudio realizado en la ZMG (Zona Metropolitana de Guadalajara) por la investigadora María Guadalupe Vega López; y en el mismo sentido, la Policía Cibernética de la Fiscalía General del Estado explica que un pendiente en el combate de esta nueva modalidad de delito es la denuncia.
Los profesores y adultos conocidos, que podrían orientar para emprender un proceso formal en contra del acoso recibido, son a quienes menos les compartirían su problema las víctimas; esto de acuerdo a la investigación "Ciberacoso: victimización de alumnos en escuelas secundarias públicas de Tlaquepaque, Jalisco", realizado por María Guadalupe Vega López, Guillermo Julián González Pérez y Pedro Pablo Quintero Vega.
Mientras que en las razones para no acudir con sus padres cuando son víctima de ciberacoso; cuatro de cada 10 dijeron tienen temor a que les quiten el celular (medio más usado para agredir); mientras que dos de cada 10 expresaron sentir vergüenza y uno de cada 10 jóvenes respondieron que creen que sus padres no podrían hacer algo por ellos, refiere el estudio.
Piden que la ciudadanía colabore con denuncias
La Fiscalía, a través de la Policía Cibernética creada en 2002, explica que el pendiente a combatir delitos gestados en la red es la denuncia y por eso pide colaboración de la ciudadanía.
De hecho, ha sido a través de reportes de víctimas que se ha logrado hacer pagar a delincuentes, cuando los únicos indicios son el comportamiento de los agresores a través de redes sociales, publicó este medio en octubre. En 2012 las autoridades de Jalisco desactivaron 338 sitios inseguros en internet.
La falta de conocimiento en las figuras de autoridad sobre acoso cibernético vuelve más vulnerables a las víctimas porque están en un terreno de desprotección. Además, en esta agresión la defensa es menos rígida porque la persona acosada no tiene dónde ocultarse porque no se trata de un acoso que persiga físicamente, explica la investigadora María Guadalupe Vega López.
El conflicto no se queda en que se dé a conocer la agresión, sino que la práctica continúa porque los jóvenes que acosan, revela el estudio, tienen percepción de impunidad. La académica comenta que existe la sensación de que no pasa nada para quien lo hace.
El ciberacoso, un ataque alarmante
De cada 100 estudiantes, 14 han sido víctima de ciberacoso, informa la investigación realizada en dos secundarias del municipio de Tlaquepaque y publicado este año en la revista de Comunicación y Desarrollo. La mitad de las agresiones resultaron con mensajes de texto o imágenes a través del celular, y otros medios fueron por mensajería instantánea o correo electrónico; las modalidades son con el esparcimiento de rumores y burlas o extorsiones.
El hecho de que al menos uno de cada 10 estudiantes sean víctimas de esta agresión y que la constante sea que las figuras de autoridad no se enteran es una razón para que las autoridades se alarmen del asunto y tejan acciones para prevenir e impartir justicia, expresa la investigación.
Por ello, es tarea de las autoridades emplear mecanismos de prevención y sanción de esta nueva modalidad de maltrato, y que las acciones queden fundamentadas desde la legislación. Las estrategias no deben ser orientadas al control de uso de las tecnologías en las que se da el ciberacoso, porque son un derecho y son el objeto desde el cual el ciudadano logra empoderamiento de información, la vigilancia debe ser en el tipo de uso que se les da, expresa María Guadalupe Vega.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
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