Jalisco

—Paradojas

El discurso gubernamental cacarea, que se crearon, sólo en el último año, ''500 mil empleos registrados en el Seguro Social''

En contraste con el tono triunfalista de los “spots” que se han difundido prolijamente en los medios electrónicos durante las últimas semanas, vinculados un poco con la presentación del Cuarto Informe de Gobierno del Presidente Calderón, y un mucho con las estridencias inherentes a la celebración del Bicentenario de la Independencia (y a propósito, también, de la pugna verbal que a nivel casero sostienen el Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara), hay informaciones objetivas, insospechables de parcialidad... y, por desgracia, contrastantes con el contenido alegórico de los “rollos” oficiales.

—II—


Sin dejar de incorporar un mínimo de pudor (“aún es insuficiente...”, “podríamos estar mejor...”), el discurso gubernamental cacarea, con toda la fuerza del aparato que tiene a su disposición, que se crearon, sólo en el último año, “500 mil empleos registrados en el Seguro Social”. Ése sería, por supuesto, el lado bueno del asunto; “el vaso medio lleno”, como quien dice.

Por contrapartida, cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, preparadas con motivo del Año Internacional de la Juventud, a partir de datos oficiales proporcionados por el Gobierno mexicano, señalan que 60% de los jóvenes mexicanos que trabajan, perciben ingresos menores al equivalente a dos salarios mínimos.

Ése sería “el vaso medio vacío”... y más si se subraya el dato de que “la población joven, residente en las ciudades y —¡ojo con esto!— con mayor nivel de estudios, es la que tiene más problemas para encontrar empleo”. Si a esos datos se agrega el antecedente de que más de 60% de los egresados de las universidades —públicas y privadas— del país está dedicado a actividades profesionales que nada tienen que ver con la carrera que estudiaron, se llega a la conclusión de que la educación formal, como el preámbulo al ejercicio de la profesión, es, en la mayoría de los casos, una falacia.

—III—

En otras palabras, a partir de la paradójica conclusión del mismo estudio, en el sentido de que “a mayor escolaridad se está expuesto a mayor desempleo”, las universidades serían, en gran medida, instituciones dedicadas a vender ilusiones a los incautos que ingresan a ellas: algo censurable en el caso de las instituciones privadas, cuya existencia depende primordialmente de las aportaciones económicas de los padres de familia..., pero que llega a ser criminal en el de las instituciones públicas, que se costean —con los tristes resultados que desnudan las cifras— con dinero del pueblo.
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