Jalisco

Para quitarnos lo puerco

Es cierto: los tapatíos somos poco educados en cuanto a la basura se refiere

Sólo hay una manera de mantener limpia una ciudad: limpiarla diario y tener botes de basura al alcance de todos. Parece que el Ayuntamiento de Guadalajara finalmente ha entendido de qué lado masca la iguana (o muerde el puerco). Es cierto: los tapatíos somos poco educados en cuanto a la basura se refiere, tiramos papeles donde no, y no hay manera de que ninguna autoridad ande detrás de nosotros recogiendo lo que tiramos. Junto con todo esto que es absolutamente cierto, también lo es que cuando estamos en un lugar limpio y tenemos un bote de basura al alcance de la mano, somos tan cuidadosos como cualquier otro. El mejor ejemplo del cambio de hábitos de los tapatíos fue el malecón de Chapala. Quienes lo usan los fines de semana son tapatíos, los mismos que vamos al Centro, al estadio, a los centros comerciales. Bastó un política de cuidado y aseo permanente y botes de basura cada 20 metros, y no un tambo en cada esquina, para que los mismos que antes dejaban cada domingo un cochineo, ahora dejen el lugar casi como lo encontraron (casi, porque nunca falta el puerco).

El Ayuntamiento dio con un empresa, Plastic Omnium, que pondrá botes y recogerá la basura en el primer cuadro de la ciudad. El sistema está más que probado: ellos mantienen limpios los centros de Madrid, de Hamburgo, de Querétaro, entre otros. Esta es un empresa con una historia divertida. Nació en 1947 como un pequeño taller inyector de plástico en la Rue de Louvre, en París, y su especialidad es hacer partes plásticas para la industria automotriz. En algún momento desarrollaron también botes de basura para las ciudades y con ellos, el servicio de recolección.

El principio es muy sencillo, es mejor tener muchos botes pequeños que pocos grandes, y nunca hay que dejar que se llenen, que nunca nadie tire un papel porque no encontró un bote cerca o porque ya estaba lleno (si lo tira es por puerco). Lo que hará la empresa en cambiar los 350 tambos por 10 mil botes pequeños, cada uno de estos con un chip que emite una alerta cuando llega a la mitad, y asegurar que las 10 toneladas diarias de basura que produce el Centro, no estén en el suelo sino en un bote.

De todas las cosas que se han hecho en Guadalajara para tratar de meternos en cintura a los tapatíos, ésta parece ser la más atinada. De nada sirvió el rollo de las multas, menos aún las carísimas campañas de publicidad: no sirvió la de “atínale al bote” y no sirve, para efectos de la basura, la de “no manches”. Las campañas son para placear a los alcaldes y convertirlos en candidatos.

Para quitarnos lo puerco lo único que sirve es poner botes, botes y más botes.
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