Organismos carecen de datos precisos sobre la indigencia
El flujo constante de albergados y su renuencia a identificarse afecta la generación de estadísticas
GUADALAJARA, JALISCO (21/AGO/2016).- No hay un estudio de indigencia en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Dora Safutis, de la Dirección de Servicio y Atención a Grupos Vulnerables del DIF Zapopan, puntualizó que en su municipio lo que hacen es canalizar a las personas que les reportan a diferentes instancias. “Colaboramos con la UAPI (Unidad Asistencial para Indigentes) haciendo donaciones de cobijas y convenios para que cuando tengan fallecidos se les cremen en Zapopan”.
La funcionaria destacó que la mayoría de las personas que detectan en ésta situación rondan la cabecera municipal. “Casi siempre son personas mayores que no está bien de sus facultades, no son autosuficientes. Tenemos por lo menos uno por día y a la semana dos o tres”.
Comunicación Social de Tlaquepaque reportó que no existe un censo ni programa en específico, y que si se solicita apoyo se les canaliza a los albergues apropiados a su perfil.
El licenciado Clemente Hernández, gerente asistencial de UAPI, concordó en que es muy complicado reunir una estadística de la indigencia en la ZMG porque los indigentes van de lugar en lugar.
“Por día, tenemos a 270 personas permanentemente, es el único albergue en el país de estancia prolongada. Hay personas de más de 20 años, 60% son varones y el resto son mujeres”.
Informó que como están al tope de su capacidad, pueden atender cuando mucho 30 personas extras cada día. “El único requisito es que se encuentren en situación de calle. Durante la administración pasada se dejaron de recibir pacientes, iniciando esta administración se reabrieron las puertas”.
Hernández dijo que el periodo de captación es en invierno o durante las lluvias. “Vamos a los lugares de concentración, por denuncias o los que nos canalizan otras instituciones. En invierno o lluvia incrementan a tres reportes a la semana. Somos una OPD que recibe un subsidio de 18 millones al año y nos alcanza para 270 personas diarias o más. Se buscan donativos de empresas privadas para reducir el gasto”.
Rafael Quintero Navarro, jefe de Protección Civil de DIF Jalisco, puntualizó que la labor de atender indigentes es en temporada de invierno. “Nos coordinamos, organizamos agenda con otras dependencias con el fin de evitar pérdidas de vida”.
Resaltó que por ejemplo, la temporada pasada, tuvieron 70 días de intensa actividad entre diciembre de 2015 y febrero de 2016. “Hacemos patrullaje, tuvimos menos de cinco personas trasladadas y se atendió a 700 u 800 personas en el lugar. Se les hace la invitación pero no quieren ser trasladados, les dejamos cobijas, colchonetas”.
Quintero contó que ya tienen identificadas las zonas, como el Centro tapatío, Las Vías o la zona de Miravalle, donde a veces encuentran a las mismas personas al siguiente año. “Cuando empezamos hacemos un mapeo, y destinamos ciertas rutas. Es difícil tener una base de datos porque las personas están con temor a ser repatriados o detenidos, están a la defensiva. Cuando mucho nos brindan el nombre, muchas veces es falso, no es difícil levantar padrones porque no quieren que haya evidencia de su existencia en el Estado”.
Para el trabajador seria muy importante saber cuántos son para no duplicar apoyos, algo que pasa mucho. “Muchos pueden estar repitiendo”.
CRÓNICA
La invitación a los albergues no siempre tiene un sí de respuesta
La tarde del jueves 11 de agosto, Ricardo Zúñiga y Víctor Trejo, encargados de la unidad móvil del Centro de Atención y Desarrollo Integral para Personas en Situación de Indigencia (Cadipsi), salieron de Avenida de las Palmas 76 para hacer recorridos por zonas donde tienen detectada la presencia de personas en situación de calle.
En Inglaterra y Enrique Díaz de León, la primera parada del recorrido, se dieron cuenta con un solo vistazo que no habría candidatos. Antonio Donoso Pérez, conocido como “Don Toño” o “El Tío”, recibe la unidad afuera de su casa hecha de madera, en donde vive desde hace tres años, junto a una veintena de personas.
Dice que es de Aguascalientes pero que se asentó en Guadalajara por un problema del corazón. “Viene mucha gente y me tiende la mano. Tengo un hijo en Estados Unidos y mi familia en el pueblo en el que nací, pero allá es muy difícil tratarme. Aquí unos con otros nos cuidamos, aceptamos a cualquier persona, aquí hay respeto”.
La tormenta está por caer y los encargados de la unidad se apuran para alcanzar a invitar más personas. Bajo del puente de Vallarta e Inglaterra ven a siete individuos que se resguardan de las primeras gotas de lluvia.
Víctor se acerca al primer grupo conformado por tres hombres originarios de Puebla, Oaxaca y Ciudad Juárez y les entrega los volantes que detallan los servicios de Cadipsi. Los hombres lo escuchan sin mirarlo a los ojos.
“Yo quisiera ir, pero no ahorita” señaló uno; “no quiero que se sepa quién soy, si de eso ando huyendo” señaló otro.
Víctor ha oído antes ese tipo de respuestas, ya que de las 50 personas que abordan semanalmente sólo 20% decide acompañarlos. Ahora va con los otros cuatro. La lluvia arrecia y tres de ellos aceptan ir a Cadipsi a pasar la noche porque consideran que subirse al tren que los llevará al Norte será complicado porque estará mojado y tienen que abordarlo en movimiento.
Ricardo, Fernando y Franco son los tres migrantes. Aunque todos son de Honduras, cuentan que se conocieron hace un mes en Monterrey cuando querían cruzar de “mojados” hacia Estados Unidos por Nuevo Laredo. Les dio miedo porque les alertaron de la violencia y prefirieron llegar a Tecate por la vía que pasa por Guadalajara, que consideraron más tranquila.
En el trayecto a Cadipsi no paran de bromear. Dicen que Franco se parece a Tun Tun, Ricardo a un científico y Fernando a Dwayne Johnson “La Roca”.
El tono de voz relajada recrudece cuando recuerdan lo tortuoso que ha sido su trayecto, sobre todo en su paso por Querétaro, donde afirman que la Policía está coludida con los criminales. “Yo voy al ‘gabacho’ por una vida mejor. Aquí ya sólo tengo a mis viejitos. Sí es peligroso pero te pagan mejor que aquí”, señaló Ricardo antes de llegar al albergue.
Ilse Martínez
Guadalajara es “un paraíso”
“Yo nunca he visto una ciudad tan caritativa como Guadalajara. Allí en el Centro me he quedado a dormir porque hay seguridad, parece un hotel. Yo considero que aquí más bien hay muchos vagos; para ellos es un paraíso porque traen hasta lista de donde regalan comida”, dice Raymundo Berumen, atendido en el Centro de Atención y Desarrollo Integral para Personas en Situación de Indigencia (Cadipsi).
Para Rubén Arroyo, director de Cadipsi, muchos indigentes prefieren estar en Guadalajara. “Es el lugar donde pasa más gente para ayudarlos cuando piden limosna. La cultura de darles una moneda no es la manera correcta de ayudarlos”.
Todos pueden ayudar a grupos vulnerables
La señora Aura Cynthia Chamery hizo sopa de verduras, guisados y arroz con leche para cenar. Es la segunda vez que lleva de comer a las personas en Cadipsi. Platica que supo de esa actividad cuando Rubén Arroyo, el director, lo compartió en las redes sociales. “Hacer esto nos deja bendiciones, las personas son agradecidas. También nos ha ayudado a integrarnos como familia”, señaló.
Rubén Arroyo, director de Cadipsi, explicó que Adopta una cena inició con la nueva administración aunado a la remodelación que hicieron del espacio, el cual estaba en condiciones poco higiénicas y en deterioro.
“Trabajamos sobre tres líneas: Adopta un espacio, Adopta una cena y Adopta un muro. Estamos renovados en 100% gracias a empresas o familias que se sumaron al DIF Guadalajara”.
Arroyo dijo que gracias a la reestructuración del albergue ahora está lleno todo el año y no solamente en época de frío. “Hemos tenido alrededor de 18 mil personas de 2015 para acá, en 2014 la realidad es que sólo estaba lleno en unas temporadas. Observamos un incremento de migrantes de Honduras y Michoacán, todos por el mismo argumento: la inseguridad en sus estados o países. Hemos tenido hasta a 40 hondureños”.
Arroyo consideró que es importante que la sociedad sepa que más allá de darles una moneda a los indigentes, pueden sumarse a lugares que trabajan para ellos. “Y que podemos dar dignidad, una oportunidad de vida”.
SABER MÁS
Tipos de indigentes en la ciudad
• Directivos de albergues han identificado tres grupos.
• Unos son los que trabajan lejos de donde viven y prefieren pasar la noche cerca en lugar de volver a sus hogares.
• Otros son los que se han hecho adictos y es difícil poderlos rescatar.
• Finalmente hay quienes sí se quieren reinsertar a la fuerza laboral y sólo están de paso.
LA CIFRA
30% de las personas en los albergues es migrante extranjero.