Jalisco
Ojos que no ven, corazón que se entrega
Pese a su pérdida progresiva de la vista, “Nena” Plasencia es una de las voluntarias más activas del centro de rehabilitación tapatío
Tomar un camión se vuele un acertijo para Nena, no se diga cruzar una calle o saber dónde bajarse; pero eso tampoco es un impedimento para su trabajo como voluntaria en el CRIT.
Nena pertenece al “ejército amarillo” del cuerpo de voluntarias del CRIT Occidente de Teletón desde hace cinco años y, para ella, no hay mejor alegría que ayudar. Sólo piensa en cómo ayudar a los pequeños que acuden a sus terapias y es responsable del área donde esos infantes se relajan y se olvidan un poco del estrés que a menudo genera su rehabilitación: la guardería del CRIT.
“A mí me nació la idea de venir y ser voluntaria porque nosotros, en mi familia, teníamos un niño con pie equinovaro (deformidad congénita que hace que los pies se orienten hacia adentro) y veníamos a traerlo a sus terapias, entonces una voluntaria me invitó. Antes veía un poco más, pero ahora, que ya sólo tengo 10% de mi vista, es un poquito más difícil, pero eso no me detiene”, afirma Nena con una pronunciada sonrisa.
Su pasión, los niños: “Ellos te llenan de alegría, de fortaleza, y te enseñan que los problemas pueden hacerse menos si tienes fe y voluntad”.
Nena sabe que su visión es efímera; sólo puede distinguir rostros a un metro de proximidad; más lejos sólo ve bultos, sombras o a veces nada. Es consciente de que un día puede despertar y ya no ver más, pero su espíritu positivo que contagia la hace pensar en todo menos en ese día.
Además de hallar en el CRIT una familia confeccionada por mamás, compañeros de trabajo y los niños, Nena encontró una ventana que no habría tenido encerrada en casa. Allí logró hacer su primaria y secundaria y va por la preparatoria. “Me he superado mucho aquí; estoy también por tomar un curso de braille, porque sé que un día ya no veré más”.
“Yo sólo quiero llegar hasta donde CRIT Occidente me permita: mi problema visual no es un impedimento”, comenta, y es cierto; en entrevista, dio muestra de cómo sería un proceso ordinario de labores y parece que, de su vista, nada necesita.
“Yo siempre he dicho: hay que ver para adelante, nunca hacia atrás, porque si miras para atrás, te hundes. Aquí hay gente con grandes problemas, y que a pesar de todo, siguen sonriendo”.
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