Jalisco
'Oí a José que se quejaba entre los escombros'
Accidente en una finca de la colonia La Gusa dejó un hombre de 72 años herido
explosión por gas LP la mañana de este sábado en la colonia La Gusa de Zapopan. Su vivienda también se derrumbó.
A las siete de la mañana, don Pablo se hallaba en su casa de la calle Amparo Goribar, al cruce con Eduardo Collignon, donde residían él, su hijo, su hija y un nieto. Albañil de oficio, antes de salir a trabajar veía televisión en su cama cuando escuchó el estallido: “Sentimos el golpazonón y dije, ‘¡ah carajo!’”.
Fue rápido a buscar a su hija Sandra y a su nieto de seis años, sin embargo, se dio cuenta que se habían ido de visita con una amiga una noche antes, y como llovió fuerte el viernes ya no pudieron regresar. Fue una fortuna, pues la habitación del menor se derrumbó.
Se dedicó entonces a sacar a su vecino José, hombre de 72 años quien además de sepultado, sufrió severas quemaduras.
Sandra llegó por la mañana para descubrir lo que quedaba de la casa. Los cuartos que quedaron los deberán demoler. Fue recibida por las autoridades: “Vino el regidor Óscar Ramírez a darnos apoyo y nos comentó si queríamos demandar al señor. Le dije: ‘aquí no se trata de demandar, el señor no tiene nada, es un hombre solo’. Espero que Dios le conceda que viva, porque se fue muy grave, en peligro de muerte. ¿Cómo es posible que todos nos le dejemos ir como carroña?”.
Lo que pide es que el Gobierno los apoye en la reconstrucción, no sólo de su casa sino la de don José, petición que secundó don Pablo: “Pos se hace triste quedarse uno sin nada señor, ¿qué le puedo decir?”.
GUADALAJARA, JALISCO (28/FEB/2016).- “Vi todo el escombro. Entonces fui a asegurarme si mi hija estaba bien, pero tuve la buena suerte que no vino a dormir. En el camino oí a José que se quejaba entre los escombros. Lo que hice: me olvidé de todo y me puse a salvarlo”, relató Pablo Gutiérrez Mojarro, hombre de 62 años, vecino de la casa que colapsó tras la
A las siete de la mañana, don Pablo se hallaba en su casa de la calle Amparo Goribar, al cruce con Eduardo Collignon, donde residían él, su hijo, su hija y un nieto. Albañil de oficio, antes de salir a trabajar veía televisión en su cama cuando escuchó el estallido: “Sentimos el golpazonón y dije, ‘¡ah carajo!’”.
Fue rápido a buscar a su hija Sandra y a su nieto de seis años, sin embargo, se dio cuenta que se habían ido de visita con una amiga una noche antes, y como llovió fuerte el viernes ya no pudieron regresar. Fue una fortuna, pues la habitación del menor se derrumbó.
Se dedicó entonces a sacar a su vecino José, hombre de 72 años quien además de sepultado, sufrió severas quemaduras.
Sandra llegó por la mañana para descubrir lo que quedaba de la casa. Los cuartos que quedaron los deberán demoler. Fue recibida por las autoridades: “Vino el regidor Óscar Ramírez a darnos apoyo y nos comentó si queríamos demandar al señor. Le dije: ‘aquí no se trata de demandar, el señor no tiene nada, es un hombre solo’. Espero que Dios le conceda que viva, porque se fue muy grave, en peligro de muerte. ¿Cómo es posible que todos nos le dejemos ir como carroña?”.
Lo que pide es que el Gobierno los apoye en la reconstrucción, no sólo de su casa sino la de don José, petición que secundó don Pablo: “Pos se hace triste quedarse uno sin nada señor, ¿qué le puedo decir?”.
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