Jalisco
Nueva administración en Puerto Vallarta quiere retomar desarrollo urbano equilibrado
Rector del Cucosta cuestiona acciones de los alcaldes anteriores
GUADALAJARA, JALISCO.- El cambio de administración municipal plantea una valiosa oportunidad de que Puerto Vallarta recupere un rumbo de desarrollo urbano equilibrado, luego de dos trienios en que sus autoridades locales le han apostado a un crecimiento caracterizado por la anarquía, particularmente por no respetar las reservas territoriales y por afectar las zonas de montaña que limitan con el principal balneario turístico de Jalisco.
Así lo plantea el rector del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara (Cucosta), Javier Orozco Alvarado, quien refirió que las dos recientes administraciones de los alcaldes Gustavo González Villaseñor y Javier Bravo Carbajal han sido pésimas en acciones contra el desarrollo sustentable de Puerto Vallarta, una vez que este destino ha sido inducido a lo que se ha llamado la “acapulquización”, en referencia a lo que ha sido en Acapulco en materia de acciones que han sido factores de un deterioro urbano.
Afortunadamente, resaltó el académico, las inadecuadas políticas públicas municipales se han topado contra acciones en contra de diversas organizaciones, como el sector empresarial y los colegios de profesionistas (tanto de arquitectos, como de ingenieros), que han contrarrestado en parte los intentos del municipio.
Como ejemplos de acciones que han afectado el entorno urbano de Puerto Vallarta, citó el hecho de que en el periodo de Gustavo González Villaseñor la autoridad procedió con medidas violatorias de las normas técnicas a los cambios de uso de suelo y no respetar la altura en la construcción de nuevos desarrollos dentro de un plan de desarrollo urbano, que fue impugnado en su momento y que incluso trajo consigo una solicitud de de juicio político contra el citado alcalde, quien autorizara condominios dentro de la demarcación de la zona hotelera tradicional.
Por cierto, este juicio político no prosperó, porque al interior del Congreso de Jalisco no hubo el consenso necesario entre los diputados para culminar en las sanciones contra González Villaseñor.
Orozco Alvarado señaló también que la reciente administración de Javier Bravo se empeñó en intentar legitimar las violaciones del aspecto técnico del cambio de suelo de parte de su antecesor, lo que originó también la respuesta de en contra de tal propósito de los organismos de la sociedad civil.
En este contexto, el rector del Cucosta aludió a que en diciembre pasado el Tribunal Administrativo de Jalisco le dio un fallo en contra al propósito de Bravo Carbajal de sacar adelante su consigna de un plan de desarrollo municipal, luego de una denuncia que se hiciera en contra de este propósito de parte del Colegio de Arquitectos de Puerto Vallarta y de un regidor panista del cabildo anterior: Miguel Ángel Preciado.
El entrevistado resumió que las aberraciones que han pretendido legalizar la autoridad municipal en los cambios de uso de suelo han sido modificar la cota de urbanización de 200 a 300 metros, y con ello inducir el cambio en la zona de la marina de uso turístico a usos inmobiliario y mixto, y con ello terminar con la escasa reserva territorial de que aún se dispone. Además de facilitar la expansión urbana en la montaña, lo que ha sido impugnado por organismos de la sociedad, precisamente para que en Puerto Vallarta no se repitan los errores de Acapulco en materia de desarrollo urbano.
Así lo plantea el rector del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara (Cucosta), Javier Orozco Alvarado, quien refirió que las dos recientes administraciones de los alcaldes Gustavo González Villaseñor y Javier Bravo Carbajal han sido pésimas en acciones contra el desarrollo sustentable de Puerto Vallarta, una vez que este destino ha sido inducido a lo que se ha llamado la “acapulquización”, en referencia a lo que ha sido en Acapulco en materia de acciones que han sido factores de un deterioro urbano.
Afortunadamente, resaltó el académico, las inadecuadas políticas públicas municipales se han topado contra acciones en contra de diversas organizaciones, como el sector empresarial y los colegios de profesionistas (tanto de arquitectos, como de ingenieros), que han contrarrestado en parte los intentos del municipio.
Como ejemplos de acciones que han afectado el entorno urbano de Puerto Vallarta, citó el hecho de que en el periodo de Gustavo González Villaseñor la autoridad procedió con medidas violatorias de las normas técnicas a los cambios de uso de suelo y no respetar la altura en la construcción de nuevos desarrollos dentro de un plan de desarrollo urbano, que fue impugnado en su momento y que incluso trajo consigo una solicitud de de juicio político contra el citado alcalde, quien autorizara condominios dentro de la demarcación de la zona hotelera tradicional.
Por cierto, este juicio político no prosperó, porque al interior del Congreso de Jalisco no hubo el consenso necesario entre los diputados para culminar en las sanciones contra González Villaseñor.
Orozco Alvarado señaló también que la reciente administración de Javier Bravo se empeñó en intentar legitimar las violaciones del aspecto técnico del cambio de suelo de parte de su antecesor, lo que originó también la respuesta de en contra de tal propósito de los organismos de la sociedad civil.
En este contexto, el rector del Cucosta aludió a que en diciembre pasado el Tribunal Administrativo de Jalisco le dio un fallo en contra al propósito de Bravo Carbajal de sacar adelante su consigna de un plan de desarrollo municipal, luego de una denuncia que se hiciera en contra de este propósito de parte del Colegio de Arquitectos de Puerto Vallarta y de un regidor panista del cabildo anterior: Miguel Ángel Preciado.
El entrevistado resumió que las aberraciones que han pretendido legalizar la autoridad municipal en los cambios de uso de suelo han sido modificar la cota de urbanización de 200 a 300 metros, y con ello inducir el cambio en la zona de la marina de uso turístico a usos inmobiliario y mixto, y con ello terminar con la escasa reserva territorial de que aún se dispone. Además de facilitar la expansión urbana en la montaña, lo que ha sido impugnado por organismos de la sociedad, precisamente para que en Puerto Vallarta no se repitan los errores de Acapulco en materia de desarrollo urbano.
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