Jalisco

No todos los romeros son movidos por la fe

Agustín Romero Morett, especialista en temas de religión, asegura que muchos de los asistentes a la Romería acuden por otros motivos

GUADALAJARA, JALISCO (12/OCT/2010).- Para el académico de la Universidad de Guadalajara ( UdeG), y especialista en temas de religión, Miguel Agustín Romero Morett, la fe de la gente se ha quedado detenida en las manifestaciones más externas, más superficiales y más tumultuosas del rito, por lo que están cada vez más lejos del servicio.

Cabe recordar que para este año, el guardián de la Basílica, Héctor Ventura, informó que se esperan al menos dos millones de fieles devotos, entre peregrinos y danzantes a la Romería, pero para el académico, no todos acuden porque la fe cristiana los llame.

“La doctrina está asumida como una referencia lejana que no interviene en la vida de la gente. No es culpa de la gente, pues ella vive como puede”.

Y es que el especialista asegura que a la comunidad de no creyentes le tiene sin cuidado la doctrina y, por otro lado, la comunidad de creyentes vive fisurada entre el modelo doctrinal y la realidad concreta, angustiosa y problemática.

En su opinión, la Romería es una fiesta popular que le agrada a la gente por sus danzantes, la vendimia y todo lo que ve en el camino, mas no porque tengan una ferviente fe cristiana.

“Por supuesto que hay gente de fe, que daría lecciones de fe y de vida a los jerarcas. Pero asumir que todos los asistentes a las romerías, sólo por ello son cristianos conversos, es como afirmar que todos los asistentes a un concierto son por ello rockeros. Es el mismo razonamiento engañoso, el admitir que todos los mexicanos son católicos”.

Ante la polémica que rodea a la Iglesia Católica a nivel internacional, por los casos de sacerdotes pederastas y por las recientes declaraciones emitidas por el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, en contra de la comunidad homosexual, Romero Morett refiere que la jerarquía eclesiástica nunca ha cuestionado sus propios sistemas formativos, el acompañamiento psicológico de sus seminarios, los procesos de madurez de sus ministros, la estructura jerárquica y monárquica, sus concepciones de la sexualidad y la filosofía.

Pues, lejos de ello, se han dedicado a culpar a la lejanía que vive la gente de la espiritualidad, el extravío de valores, la pérdida de la fe y a lo que consideran como amenazas contra la familia.

Critica que los pastores no denuncien la injusticia social cotidiana o la miseria de la gente. “Están fijados en la moral de alcoba, como si con ello pudieran hacer olvidar al mundo, que justamente es lo que interiormente han desatendido”.

“Que la Romería cuente con un millón de asistentes no indica que haya un millón de cristianos”. Miguel Agustín Romero Morett, académico de la UdeG.
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