Jalisco

No hay amenaza que nos atemorice: Ramiro Hernández

Se dice despreocupado porque ha actuado conforme a derecho durante su administración

GUADALAJARA, JALISCO (21/DIC/2013).- Al alcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández García, poco le preocupa la advertencia que lanzó la regidora con licencia Elisa Ayón, de ventilar “10 verdades por cada canallada” cometida en su contra.

Luego de que el Ayuntamiento de Guadalajara interpusiera la cuarta denuncia penal contra la edil tricolor, el presidente municipal afirma que “no tiene ningún temor, de ninguna naturaleza”, en que la regidora cumpla su amenaza.

“Esto no le cierra la boca a nadie y no tenemos ningún temor. Hemos actuado conforme a derecho y conforme, también, a una conducta que de manera personal hemos mantenido a todo lo largo de nuestra vida. No hay amenaza ni señalamiento que nos atemorice”.

Acepta que el dictamen que él mismo aprobó para mantener bajo licencia a Elisa Ayón sí es “combatible”, y poco pudo explicar sobre la decisión de no votar en el pleno la solicitud de la edil para que regresara a su cargo, estrategia que hoy usa la edil suplente, Akemi Rizo García, para defenderse en el puesto.

Hacerlo o no, dijo, es un “procedimiento válido” y no una “omisión”. Descartó también que esa haya sido una estrategia para, eventualmente, impedir el retorno de la regidora Ayón, con quien asegura no haber cruzado palabra, y quien es señalada por cohecho y abuso de autoridad.

Se refirió a la investigación que se sigue en el Ayuntamiento y a la de la Fiscalía General como una sola, aunque esto generó más dudas, pues la indagatoria interna inició por las amenazas a los trabajadores del área de Panteones (hecho ventilado en el primer audio y asumido por la regidora), y no por presunción de extorsión a comerciantes establecidos (en el segundo audio), quienes deberían entregar un monto de sus ganancias al “Patrón”.

EL DATO

Rinde su declaración


Elisa Ayón Hernández, señalada por presuntos actos de corrupción, ya acudió a declarar a la Fiscalía General del Estado el jueves por la noche, confirmó la dependencia.

Sin embargo, el contenido de su declaración se integró a una averiguación previa, por lo que las autoridades no pueden revelar datos sobre lo que la regidora expuso.

CUESTIONA DENUNCIA PENAL INTERPUESTA POR EL AYUNTAMIENTO

Es una simulación, asegura el regidor Salvador Caro Cabrera

La denuncia que el jueves pasado interpuso el Ayuntamiento de Guadalajara contra la regidora con licencia Elisa Ayón Hernández es una “simulación”, pues el señalamiento penal debió presentarse inmediatamente después que se ventilaran los primeros audios, donde la ex diputada amenazaba a trabajadores de la Dirección de Panteones.

También se puede aplicar el mismo calificativo al proceso de expulsión que se anunció en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra la política tricolor. Eso porque aprobar una acción de esa magnitud está en manos de las autoridades máximas de esa fuerza política, y no en las dirigencias locales.

Es el razonamiento de Salvador Caro Cabrera, regidor del partido Movimiento Ciudadano en Guadalajara, quien en el pasado también mantuvo una afiliación y desarrolló una carrera política en la fuerza política a la cual hoy se muestra como opositor y crítico.

Durante una breve rueda de prensa, en la que se le notó ausente y titubeante, el edil naranja lamentó que el alcalde Ramiro Hernández “encubriera” durante todo este tiempo a su homóloga partidista, y sea hasta ahora cuando se comiencen a tomar acciones en consecuencia a los actos que han sido ventilados.

Sobre la expulsión, destacó que en la historia del PRI “sólo se ha destituido a tres personas, y una de ellas fue Raúl Salinas de Gortari”. Por ello, consideró poco viable que Elisa Ayón se convierta en la cuarta.

Se le preguntó sobre las consecuencias que traerá al municipio el que la regidora con licencia cumpla su palabra y ventile “10 verdades por cada canallada” en su contra. Él supone que finalmente revelará quién es “El Patrón”, apodo en incógnita al que se adjudicó la recepción de dinero de comerciantes establecidos que quisieran librarse del ambulantaje.
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