Jalisco

''Nada más salimos y empezamos con los dolores'': vecinos de Miravalle

Considerada la zona más contaminada de la ZMG, las personas que han vivido ahí durante años han visto como se deteriora la calidad del aire y aumentan los malestares

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUL/2012)-. Ella conoció al hombre que ahora es autor de varios milagros. Rosa Ávila Murguía, de 72 años, vio caminar en las calles de la colonia Miravalle al sacerdote Francisco Reyes, quien falleció hace más de 15 años y desde entonces sus favores son reconocidos ahí en la zona de alta fragilidad ambiental, según la calificó el Gobierno del Estado en 2007.

El área de fragilidad ambiental incluye 26 mil hectáreas, entre las cuales está el Cerro del Cuatro, donde se construiría un centro universitario y un parque ecológico, sin embargo, este cambio de uso de suelo, aprobado por el Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque, violó Código Urbano de Jalisco, ya que no se realizó una consulta ciudadana. 

Hace 30 años, Rosa llegó a Miravalle. Ya estaba el padre, dice, pero no había tanta gente ni tantos automóviles, tampoco se habían construido los edificios de departamentos de la calle De la Música.

Todo era distinto, más pequeños. También la contaminación y los malestares, esos que ahora son el motivo de las oraciones de los vecinos de Miravalle y de los visitantes al Mercado José María Morelos y Pavón, conocido como De las Tablitas.

Rosa tiene una tienda de accesorios dentro del mercado. Es el primer local de la puerta Sur de la edificación de la calle De las Artes Plásticas. Ella y sus hijas trabajan ahí, bajo techo, donde se sienten bien, "pero nada más salimos y empezamos con los dolores".

Rosa no sólo comparte con sus vecinos su fe por el padre Reyes, sino también sus padecimientos: dolor de cabeza y garganta e irritación de los ojos.

"Casi todos los días me duele la cabeza", dice Yolanda Carmona, comerciante y vecina de Miravalle desde hace casi 30 años.

Yolanda comenta que los efectos de la contaminación se sienten más en el Invierno. Ella dice que sí ha recibido un favor del padre Reyes.

Como Yolanda, hay otros beneficiados, que hicieron público su agradecimiento a través de los exvotos. En la capilla de la Santísima Trinidad, que data de 1990, hay una treintena de letreros, más medallitas colgadas en un corcho, que son la prueba de los milagros.

En la capilla están dos fotografías del sacerdote Francisco Reyes, hay flores artificiales y velas, ofrendas de los vecinos que en su mayoría han pedido favores de salud y estabilidad en las relaciones de pareja.

Uno de los cuadros que salta a la vista es el de los alcatraces, fechado en 2001, cuando una madre y un hijo fueron beneficiados con salud. Del Padre Reyes se dice que era generoso y compartía su comida con los paseantes, cuenta Yolanda.

A unos metros de la capilla, que a diario recibe a los vecinos de Miravalle, está el nuevo corredor de la calle De las Artes Plásticas, donde juega María Guadalupe, de ocho años, quien el año pasado fue operada con la intención de quitarle las amígdalas. "Es por la contaminación", dice Martha Cervantes, quien vive por la Prepa número 6 y cuida a la pequeña escolar desde los 40 días de nacida.

Otra pequeña, de cinco años, que está enferma es Esperanza Paola, quien juega en el corredor. "Seguido se enferma. Es por la contaminación", expresa Susana Torres, quien vive a unos metros de la capilla, donde se le puede rezar a Francisco Reyes.

EL INFORMADOR / MAYRA TORRES DE LA O
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