Jalisco
''Nachito'' traslada ilusiones y esperanzas hacia el CRIT
El transporte del Teletón lleva, al día, alrededor de 500 personas, entre pacientes y familiares, para rehabilitación
Ignacio Ocampo se identifica con todas las personas que sube en su turno, el matutino. Ése es su objetivo, y lo cumple a la perfección. No hay un recorrido donde alguien le niegue una sonrisa, pero tampoco hay una vuelta en donde él niegue a alguien, por lo menos, un “buen día”.
Dentro de los servicios que el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) Occidente ofrece a sus pacientes, está éste, el camión de transporte que lleva y trae a los pacientes y su familia, a quienes se les complica trasladarse hasta las instalaciones del centro de rehabilitación.
El transporte público no es viable; no hay una sola ruta que llegue hasta el 4575 de la calle Copal. Es a pie y, si la suerte va bien, quizá en taxi, eso, si se encuentran con alguno “consciente”, como le dicen las mamás de los niños de Teletón que usan este servicio, pues, aseguran, a veces quieren cobrar hasta 60 pesos, por un trayecto no mayor a las siete cuadras.
Es el “camioncito”, como mejor se le conoce en el CRTI Occidente al minibús que recoge a las personas que no cuentan con auto. Su chofer, ¡qué decir! Un hombre enamorado de su trabajo, en el cual, los pacientes y sus madres confían. Siempre con una pronunciada sonrisa, con lentes obscuros, y saludando a quien por el camino se le atraviese… todos lo conocen.
Vuelta tras vuelta
El turno matutino de este servicio está su cargo. Ignacio, mejor conocido entre la comunidad Teletón como “Nachito”, es el operador de esta nave que, lejos de llevar pacientes, traslada ilusiones, esperanzas y sobre todo, mucha buena vibra.
El trabajo arranca a las seis de la mañana. A esa hora, “Nachito” ya está con el motor encendido de su camión para arrancar con la primera vuelta. “Al día recojo alrededor de unas 500 personas, entre pacientes y sus familiares”, asegura Ignacio, mientras conduce.
“Me gusta mucho mi trabajo, lo disfruto, aprendo y valoro muchas cosas estando aquí. Veo cómo los pacientes echan para adelante a pesar de su discapacidad, veo a sus ‘mamis’ como luchan día a día para no faltar a ninguna terapia, y entonces, valoro: ‘uno se queja de cualquier cosa, sin saber que hay algo peor’. Me hace feliz mi trabajo”, dice “Nachito”.
Su labor no es obligada. Se ve en su rostro el goce que le causa cada vez que inicia una nueva vuelta. “Nachito, ¿cómo está?”, es la pregunta antes de saludar a los que esperan para abordar el camión. Bromas, servicio y alegría, es lo que se transmite ahí, dentro de ese “camioncito”. Se respira esperanza, alegría y una vibra excepcional. “Hay historias duras, en verdad duras, como no te imaginas. Pero, mi labor, creo, va más allá de sólo llevar a las personas de un lugar a otro: darles alegría y aliento, es un compromiso por el cual no me pagan, pero disfruto haciéndolo”.
FRASE
"Trato de que por un momento, por unas cuadras, las mamás, los niños y sus familiares se olviden de lo que están pasando "
Ignacio Ocampo,
conductor del “camioncito” del CRIT.
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