Jalisco
Movilidad de la ciudad, atorada en ''politiquerías''
Lamentan falta de consenso para implementar el sistema de transporte articulado
GUADALAJARA, JALISCO (26/JUL/2010).- Mientras el sistema articulado de movilidad, que tiene aval de los especialistas, sigue en suspenso por cuestiones políticas, el proyecto de la Vía Express del Gobierno estatal desconcierta a Bernardo Baranda Sepúlveda, director general del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo en México (ITDP, por sus siglas en inglés).
Aludió que el segundo piso que plantea construir el Gobierno de Estado en conjunto con la Iniciativa Privada, está completamente fuera de la tendencia mundial para desincentivar el uso del automóvil, para lo que parafraseó a Enrique Peñalosa, ex alcalde de Bogotá:
“Decía que tratar de solucionar el problema de movilidad construyendo más vías era como tratar de combatir el problema del sobrepeso comprándote ropa más ancha, más holgada. No estamos yendo a la raíz del problema”.
—La ciudad puede perder cinco mil millones de pesos para el Macrobús provenientes del Gobierno federal, pero el consenso entre los gobernantes sigue sin aparecer, ¿qué opinas?
—Viéndolo desde fuera, creo que se está desaprovechando una gran oportunidad para Guadalajara, teniendo los recursos que ya quisieran muchas ciudades en México. Un transporte público ordenado, eficiente y de calidad es de lo que más adolecen las ciudades mexicanas, realmente me da mucha tristeza que estén empantanados en discusiones políticas sobre el tipo de tecnología, tren o metro, o hacer nuevos estudios, cuando en realidad sabemos que este tipo de sistemas (camiones articulados) funcionan y funcionan bien.
Creo que la gente, los verdaderos beneficiarios, no están teniendo mucha voz en esta discusión. Es muy lamentable que se esté tardando tanto en poder implementar los proyectos que ya tienen un fundamento detrás.
—Los alcaldes metropolitanos y los funcionarios estatales aseguran, todos, que imperan los criterios técnicos en sus planteamientos. ¿Te parece claro o la falta de acciones resulta de un conflicto partidista?
—Tampoco es ciencia nuclear, finalmente, hay diferentes tecnologías. Ojalá haya 20 líneas de Macrobús y cinco de Tren Ligero, en lo que nos empantanamos en esta discusión supuestamente técnica, pues está pasando el tiempo. Se ha probado que estos sistemas (camiones articulados) inclusive atraen nuevos usuarios. Vemos la calidad del transporte público en Guadalajara y en todas las ciudades mexicanas en general y es muy pobre, entonces, este tipo de soluciones sí ayudan, inclusive para atreverse a hacer algo.
Estoy viendo que llevamos en una discusión más de un año, ¿de qué ha servido? Mientras tanto, la que pierde es la sociedad tapatía.
—Ahora los alcaldes metropolitanos realizarán un nuevo estudio de movilidad con 22 MDP, pese al riesgo de perder los recursos federales para el Macrobús. ¿Sigue siendo momento de más estudios o de implementar proyectos?
—Un municipio tiene tres años de Gobierno, es muy poco. ¿Cuánto tiempo se van a tardar estos estudios? ¿Para qué se necesita rehacer estudios? De lo que se trata es de identificar los corredores donde haya mayor cantidad de pasajeros, eso se ha probado que ayuda muchísimo a la movilidad de la gente; entonces, que se van a hacer nuevos estudios pues me suena a alargar los tiempos políticos y a no arriesgarse a hacer algo y quedarse ahí, en una cuestión más mediática, politizada, no nada más de los municipios, también del Estado.
Los ciudadanos, finalmente, no es que distingan colores, es realmente su calidad de vida (en juego). Más que estudios parecen técnicas dilatorias para posponer una decisión. Ya se nos fue casi la mitad de la administración que tienen, a este paso no vamos a lograr lo que todos los tapatíos quieren: la mejor movilidad de la ciudad.
—Ningún gobernante parece tomar la responsabilidad o el costo político de perderse los cinco mil MDP federales. ¿Qué alternativas hay entonces para superar el conflicto político?
—Hay que darle más voz a la sociedad y que los políticos estén más por lo que vive la gente cotidianamente, que se escuchen realmente las necesidades. Es mucho más fácil estar en una posición poco riesgosa en la cual no se implementen los proyectos, simplemente se hacen algunas acciones, obviamente hay intereses y se afectan, pero creo que aquí el bien general se debe de imponer sobre el particular.
No tengo la solución, ojalá la tuviera, pero sí creo que ya es tiempo de ponerle un alto a toda esta politiquería de conflictos que no abonan en nada y, al revés, la ciudadanía está cansada de ella.
—Por un lado, el Gobierno estatal impulsa el Macrobús y las ciclovías, por otro, la Vía Express, un segundo piso para los automóviles. ¿Encaja en el discurso por la movilidad sustentable? ¿Te sorprendió el anuncio?
—Creo que sería un retroceso. Las ciudades modernas, y creo que Guadalajara también le tiene que apostar a eso, no están buscando cómo abrirle más infraestructura al automóvil. Al revés, están buscando cómo bajar a los automovilistas del auto, que utilicen más transporte público, las bicicletas, que caminen más. Realmente es un retroceso, lo veo de la época del siglo pasado, de los cincuenta con su fascinación por el automóvil, la infraestructura y el “progreso”.
Ahora las ciudades como San Francisco, Seúl, Boston, han tirado las autopistas, las vías elevadas, porque la gente no quiere una ciudad en la cual circulen nada más autos, las sombras que crean, la contaminación.
No creo que tenga ni pies ni cabeza en todo este discurso que ha venido promoviendo el Estado y que, bien que mal, hay algunas acciones mucho más interesantes y representativas para el futuro de Guadalajara que una vía elevada.
No son soluciones de fondo ni siquiera para los automóviles, lo vemos con los segundos pisos en la Ciudad de México, que arriba vas a una velocidad y llegas a abajo a un embotellamiento. Una ciudad tan bonita como Guadalajara no debería de permitir este tipo de adefesios urbanos que fuera del negocio y quizá de ganar votos con la clase que más utiliza el automóvil, no tiene realmente ningún fundamento técnico.
—El Gobierno estatal argumenta a favor del proyecto señalando que la inversión sería completamente privada, y no pública. ¿Esto justifica la construcción de la vía elevada?
—El papel del Gobierno también es regular. No creo que sea un buen argumento, quizá desde el punto de vista electoral, pero hay que ser congruentes con las políticas que se han venido dando y el hecho de que lo paguen los privados (no lo justifica). Por qué mejor no los invitamos a invertir en transporte público con esquemas de participación público-privada, en lugar de estas obras que son para la minoría, afean la ciudad, deterioran el medio ambiente. Hay un tema de equidad: le estamos dando infraestructura a los que ya de por sí tienen mayores beneficios.
—Herbert Taylor (ex coordinador de Innovación y Desarrollo) llegó a defender el proyecto con una analogía: cada día llegan a la ciudad más autos que bebés (380 y 222, respectivamente). ¿Te dice algo?
—El ex alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, decía que tratar de solucionar el problema de movilidad construyendo más vías era como tratar de combatir el problema de sobrepeso comprándote ropa más ancha, más holgada. No estamos yendo a la raíz del problema.
Le diría a Herbert, entonces en 2030 tendríamos que tener cuatro pisos elevados si esa fuera la Guadalajara que quisiéramos, sin importarnos las consecuencias. No hay que tenerle miedo a que las vías se congestionen, a lo mejor eso habla de que se necesita un mejor transporte público. Es mucho más efectivo invertir en obras muy puntuales en los focos ya identificados de congestionamiento, inclusive mejorando la semaforización, con mucho mejor costo-beneficio, que construir un segundo piso que tiene un efecto terrible en las zonas aledañas.
PARA SABER
El ITDP es un organismo global especializado en el desarrollo y promoción de modalidades de transporte urbano que resulten sustentables y equitativas. Se creó hace 25 años y actualmente trabaja en proyectos de 13 países del mundo. Su sitio oficial en México es www.itdp.mx
Aludió que el segundo piso que plantea construir el Gobierno de Estado en conjunto con la Iniciativa Privada, está completamente fuera de la tendencia mundial para desincentivar el uso del automóvil, para lo que parafraseó a Enrique Peñalosa, ex alcalde de Bogotá:
“Decía que tratar de solucionar el problema de movilidad construyendo más vías era como tratar de combatir el problema del sobrepeso comprándote ropa más ancha, más holgada. No estamos yendo a la raíz del problema”.
—La ciudad puede perder cinco mil millones de pesos para el Macrobús provenientes del Gobierno federal, pero el consenso entre los gobernantes sigue sin aparecer, ¿qué opinas?
—Viéndolo desde fuera, creo que se está desaprovechando una gran oportunidad para Guadalajara, teniendo los recursos que ya quisieran muchas ciudades en México. Un transporte público ordenado, eficiente y de calidad es de lo que más adolecen las ciudades mexicanas, realmente me da mucha tristeza que estén empantanados en discusiones políticas sobre el tipo de tecnología, tren o metro, o hacer nuevos estudios, cuando en realidad sabemos que este tipo de sistemas (camiones articulados) funcionan y funcionan bien.
Creo que la gente, los verdaderos beneficiarios, no están teniendo mucha voz en esta discusión. Es muy lamentable que se esté tardando tanto en poder implementar los proyectos que ya tienen un fundamento detrás.
—Los alcaldes metropolitanos y los funcionarios estatales aseguran, todos, que imperan los criterios técnicos en sus planteamientos. ¿Te parece claro o la falta de acciones resulta de un conflicto partidista?
—Tampoco es ciencia nuclear, finalmente, hay diferentes tecnologías. Ojalá haya 20 líneas de Macrobús y cinco de Tren Ligero, en lo que nos empantanamos en esta discusión supuestamente técnica, pues está pasando el tiempo. Se ha probado que estos sistemas (camiones articulados) inclusive atraen nuevos usuarios. Vemos la calidad del transporte público en Guadalajara y en todas las ciudades mexicanas en general y es muy pobre, entonces, este tipo de soluciones sí ayudan, inclusive para atreverse a hacer algo.
Estoy viendo que llevamos en una discusión más de un año, ¿de qué ha servido? Mientras tanto, la que pierde es la sociedad tapatía.
—Ahora los alcaldes metropolitanos realizarán un nuevo estudio de movilidad con 22 MDP, pese al riesgo de perder los recursos federales para el Macrobús. ¿Sigue siendo momento de más estudios o de implementar proyectos?
—Un municipio tiene tres años de Gobierno, es muy poco. ¿Cuánto tiempo se van a tardar estos estudios? ¿Para qué se necesita rehacer estudios? De lo que se trata es de identificar los corredores donde haya mayor cantidad de pasajeros, eso se ha probado que ayuda muchísimo a la movilidad de la gente; entonces, que se van a hacer nuevos estudios pues me suena a alargar los tiempos políticos y a no arriesgarse a hacer algo y quedarse ahí, en una cuestión más mediática, politizada, no nada más de los municipios, también del Estado.
Los ciudadanos, finalmente, no es que distingan colores, es realmente su calidad de vida (en juego). Más que estudios parecen técnicas dilatorias para posponer una decisión. Ya se nos fue casi la mitad de la administración que tienen, a este paso no vamos a lograr lo que todos los tapatíos quieren: la mejor movilidad de la ciudad.
—Ningún gobernante parece tomar la responsabilidad o el costo político de perderse los cinco mil MDP federales. ¿Qué alternativas hay entonces para superar el conflicto político?
—Hay que darle más voz a la sociedad y que los políticos estén más por lo que vive la gente cotidianamente, que se escuchen realmente las necesidades. Es mucho más fácil estar en una posición poco riesgosa en la cual no se implementen los proyectos, simplemente se hacen algunas acciones, obviamente hay intereses y se afectan, pero creo que aquí el bien general se debe de imponer sobre el particular.
No tengo la solución, ojalá la tuviera, pero sí creo que ya es tiempo de ponerle un alto a toda esta politiquería de conflictos que no abonan en nada y, al revés, la ciudadanía está cansada de ella.
—Por un lado, el Gobierno estatal impulsa el Macrobús y las ciclovías, por otro, la Vía Express, un segundo piso para los automóviles. ¿Encaja en el discurso por la movilidad sustentable? ¿Te sorprendió el anuncio?
—Creo que sería un retroceso. Las ciudades modernas, y creo que Guadalajara también le tiene que apostar a eso, no están buscando cómo abrirle más infraestructura al automóvil. Al revés, están buscando cómo bajar a los automovilistas del auto, que utilicen más transporte público, las bicicletas, que caminen más. Realmente es un retroceso, lo veo de la época del siglo pasado, de los cincuenta con su fascinación por el automóvil, la infraestructura y el “progreso”.
Ahora las ciudades como San Francisco, Seúl, Boston, han tirado las autopistas, las vías elevadas, porque la gente no quiere una ciudad en la cual circulen nada más autos, las sombras que crean, la contaminación.
No creo que tenga ni pies ni cabeza en todo este discurso que ha venido promoviendo el Estado y que, bien que mal, hay algunas acciones mucho más interesantes y representativas para el futuro de Guadalajara que una vía elevada.
No son soluciones de fondo ni siquiera para los automóviles, lo vemos con los segundos pisos en la Ciudad de México, que arriba vas a una velocidad y llegas a abajo a un embotellamiento. Una ciudad tan bonita como Guadalajara no debería de permitir este tipo de adefesios urbanos que fuera del negocio y quizá de ganar votos con la clase que más utiliza el automóvil, no tiene realmente ningún fundamento técnico.
—El Gobierno estatal argumenta a favor del proyecto señalando que la inversión sería completamente privada, y no pública. ¿Esto justifica la construcción de la vía elevada?
—El papel del Gobierno también es regular. No creo que sea un buen argumento, quizá desde el punto de vista electoral, pero hay que ser congruentes con las políticas que se han venido dando y el hecho de que lo paguen los privados (no lo justifica). Por qué mejor no los invitamos a invertir en transporte público con esquemas de participación público-privada, en lugar de estas obras que son para la minoría, afean la ciudad, deterioran el medio ambiente. Hay un tema de equidad: le estamos dando infraestructura a los que ya de por sí tienen mayores beneficios.
—Herbert Taylor (ex coordinador de Innovación y Desarrollo) llegó a defender el proyecto con una analogía: cada día llegan a la ciudad más autos que bebés (380 y 222, respectivamente). ¿Te dice algo?
—El ex alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, decía que tratar de solucionar el problema de movilidad construyendo más vías era como tratar de combatir el problema de sobrepeso comprándote ropa más ancha, más holgada. No estamos yendo a la raíz del problema.
Le diría a Herbert, entonces en 2030 tendríamos que tener cuatro pisos elevados si esa fuera la Guadalajara que quisiéramos, sin importarnos las consecuencias. No hay que tenerle miedo a que las vías se congestionen, a lo mejor eso habla de que se necesita un mejor transporte público. Es mucho más efectivo invertir en obras muy puntuales en los focos ya identificados de congestionamiento, inclusive mejorando la semaforización, con mucho mejor costo-beneficio, que construir un segundo piso que tiene un efecto terrible en las zonas aledañas.
PARA SABER
El ITDP es un organismo global especializado en el desarrollo y promoción de modalidades de transporte urbano que resulten sustentables y equitativas. Se creó hace 25 años y actualmente trabaja en proyectos de 13 países del mundo. Su sitio oficial en México es www.itdp.mx
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