Jalisco
Movilidad: corresponsabilidad
Decisiones que no deben partir de urgencias ni presiones, ni de falsos consensos, mucho menos puede tratarse de negocios o intereses personales, ni podemos quedarnos sentados viendo pasar los equívocos del desarrollo urbano
Decisiones que no deben partir de urgencias ni presiones, ni de falsos consensos, mucho menos puede tratarse de negocios o intereses personales, ni podemos quedarnos sentados viendo pasar los equívocos del desarrollo urbano. La movilidad, entiéndase transporte público, privado, ciclistas, peatones, servicios, es decir todo; debe ser hoy un proyecto compartido para la ciudad, donde tengamos claro qué necesitamos resolver, a donde queremos llegar y como lo vamos a hacer. Para lograrlo necesitamos por un lado, establecer acuerdos básicos sobre prioridades (no electorales sino técnicas) y por otro, necesitamos tener fuentes confiables de información que desde una posición neutral y científica, puedan aportar los datos para una toma de decisión compartida. La ausencia de un Instituto Metropolitano de Planeación así como de un Observatorio Metropolitano, demanda constituir estos organismos – previstos en el Código Urbano- , buscando que tengan una legitimidad suficiente como para poder confiar en su información y en su caso, de su opinión. La ausencia de estas figuras nos lleva a hoy a que las partes tengan que buscar sus propias fuentes de información para generar propuestas y sacar conclusiones, lo cual termina por confundir a un público que padece los problemas y demanda una solución. A partir de experiencias exitosas de otras ciudades se puede afirmar que todos los sistemas (BRT, tren ligero, tranvia, etc) pueden ser buenos si son utilizados de manera adecuada y forman parte de un sistema integral considerando la relación costo-beneficio. Hemos visto la estrecha relación entre el trasporte público y la calidad de vida en la ciudad. Nuestro sistema de transporte público demanda atención.
Hace más de un año en este mismo espacio (El Informador 7/7/2009) se publicó un "Decálogo Urbano para electos" documento dirigido a quienes hoy nos gobiernan y que incluía 10 medidas de carácter urbano que serian deseables respetar y 10 para abstenerse de utilizar. Entre las deseables hay términos como planear, priorizar lo público, tomar decisiones de calidad, sustentabilidad y comunicación. Entre lo que NO se debe hacer se menciona discriminar, desintegrar, perjudicar, improvisar. Hoy nuevamente vale la pena revisar este decálogo, los ciudadanos somos testigos y padecemos los desatinos sobre la forma en que se ejerce la autoridad sobre el territorio. Requerimos de los municipios y Gobierno Estatal corresponsabilidad metropolitana en la movilidad.
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