Jalisco
Miles de voces, cantando a los Reyes Magos de Cajititlán
Acude Enrique Alfaro a la celebración
Previo a su salida de la parroquia local, ya cientos de fieles habían abarrotado el recinto religioso para buscar que alguna de sus prendas tocara a aquellos Reyes en quienes depositan su fe. A unos pasos, una cifra similar de personas hacía grandes filas para que dos jóvenes les arroparan con capas benditas por un breve instante; la tradición ha continuado inamovible desde hace cientos de años.
Aunque con ligeras variaciones, las costumbres de danza y baile también se mantienen y crecen considerablemente en cantidad de visitantes y fieles año tras año. José Luis Rodríguez, cronista del municipio, detalla que los Reyes Magos de Cajititlán han sido motivo de celebración desde que corría el siglo XVI.
Un malecón en forma y con mayor espacio que el sitio en donde solo había terracería el año pasado, permitió a un mayor número de gente acudir y disfrutar de esta celebración. Contrario al panorama que se vivió en 2011, los paseantes no caminaron sin fin, sino que buscaron las áreas verdes para sentarse y tomar sus alimentos en familia.
Al filo de las 10:00 horas, las campanas de la iglesia repicaron sin cesar. Tal era el anuncio que esperaban las largas filas de personas de todas las edades que aguardaban en la explanada: los Reyes salían. Jóvenes y ancianos por igual se inclinaron para que las tres figurillas pasaran arriba de ellos, al tiempo en que trataban de tocarlas para recibir una triple protección divina.
“Yo les pido salud”; “yo les pido que mantengan unida a mi familia”; “yo vine a agradecerles que me permitieron llegar a un año más de vida”. Peticiones y agradecimientos fueron la razón más declarada para congregar a una cifra por demás grande de creyentes en un espacio que rápidamente se vio abarrotado de almas, lo que provocó que el caminar fuera en extremo difícil, aunque pocas quejas se escucharon por ello.
Medallas, comida, recuerdos, juguetes y ropa, algunos de los artículos que las calles del primer cuadro de Cajititlán ofrecían al por mayor. La inmensa cantidad de visitantes generó una derrama económica que el Ayuntamiento de Tlajomulco hizo pública a la primera oportunidad de mencionarlo ante micrófonos y grabadoras.
Como cada año, el 7 de enero en Cajititlán se convirtió en una zona alegre y de fiesta, donde incluso el alcalde con licencia, Enrique Alfaro, buscó pasar un rato y acompañar de cerca a los Reyes a bordo de una lancha durante el recorrido por las aguas de la laguna.
EL INFORMADOR /ISAACK DE LOZA
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