Jalisco

Mil doscientos millones: ¿cómo?

La calidad de las intervenciones en la ciudad está directamente relacionada con la democratización del espacio público que promuevan

El Ayuntamiento de Guadalajara ha anunciado su intención de invertir la fuerte cantidad mencionada en pavimentar con concreto hidráulico un número de vialidades de la ciudad. Esto, a través de endeudamiento. Menos de la mitad de esa suma, destinada a soportar el rodamiento vehicular, hubiera sido la necesaria para realizar (mediante un crédito recuperable a corto plazo) un proyecto que hubiera, realmente, abierto nuevas alternativas para la habitabilidad integral de la ciudad: la Villa Panamericana en el Parque Morelos. Posibilidad que, en su momento, fue cancelada por “razones” eminentemente “políticas”. Entre otras consecuencias, buena parte de los beneficios de los Juegos Panamericanos se ausentaron del municipio.

Pero, ¿cómo se va a gastar esa cuantiosa suma? Sustituyendo los actuales pavimentos por concreto hidráulico. Ante esto, habría que hacer una aclaración elemental. Las vialidades no consisten únicamente en las superficies por donde transitan los vehículos. Van de paramento a paramento (de un límite de propiedad al de enfrente) e incorporan un elemento igual o más importante que el arroyo: las banquetas. Por esas banquetas se realiza 40% de los traslados tapatíos. Cualquier proyecto mínimamente coherente y actualizado de renovación de corredores urbanos debe incorporar la totalidad de la sección vial.

Al tener un planteamiento integral, sería posible renovar con una visión moderna los corredores seleccionados concibiendo la intervención como una herramienta de revitalización urbana y atendiendo a todos sus aspectos. De esta concepción partiría la revisión de todas las secciones y eventualmente su modificación y corrección para ganar espacios peatonales y de convivencia vecinal. Habrá que revisar y renovar todas las redes de infraestructura (aspecto contemplado) y realizar los trabajos necesarios para canalizar subterráneamente los tendidos aéreos. (Esta medida no solamente atiende a razones de imagen urbana, sino de conservación y mantenimiento de las propias redes.)

Lo más significativo sería la rehabilitación adecuada de las banquetas, equipándolas, renovando o instalando arbolado, eliminando todo tipo de irregularidades, haciendo expresa y patente la primacía del peatón sobre el vehículo motorizado. Encarar los trabajos anunciados bajo esta concepción no es tan difícil: en la administración pasada se rehabilitaron de la manera descrita cerca de 150 manzanas del Centro metropolitano. Es claro que resulta adecuado el tomar medidas para que los vehículos rueden correctamente por las calles tapatías. Pero es posible encuadrar esa acción dentro de una estrategia que mejore integralmente los espacios públicos de la ciudad. Esperemos que así sea encarada la inversión en puerta.

La calidad de las intervenciones en la ciudad está directamente relacionada con la democratización del espacio público que promuevan. El tráfico rodado es importante: más lo es lograr que los entornos comunitarios promuevan una nueva forma de habitabilidad que posibilite el beneficio de toda la población.
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