Jalisco

Mediador entre la vida y la muerte

Eduardo González media entre una familia que pierde a un ser querido y otra que necesita el trasplante

GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2014).- Hay momentos en que pareciera que sus días tuvieran más de 30 horas, pues el trabajo y el cansancio no terminan.

Hay otros en los que se enfrenta al dolor ajeno más grande que pueda existir, y él debe entrar como mediador entre una familia que dice adiós a un ser querido, y otra que busca un órgano para salvar a uno de los suyos.

Se trata de Eduardo González Espinoza, jefe del Departamento de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco, y desde hace un año tres meses, como coordinador de la procuración de órganos y tejidos.

“Dejamos de lado prácticamente toda nuestra vida familiar, deja uno convivencias. Muchas veces estamos en reuniones, recibimos una llamada y nos debemos retirar. Aparte, el descanso: hay donaciones en que nos llevan las 24 horas del día, sin descansar, sin dormir, muchas veces hasta las vacaciones. Pero bueno, estamos aquí porque nos gusta ayudar a la gente”.

Él es médico cirujano urólogo, por lo que conoce los tiempos y sacrificios que conlleva estar disponible para los pacientes las 24 horas del día, sea Navidad, Día del Trabajo, su cumpleaños o un día hábil.

El procurador y cualquier persona que se involucra en un programa de trasplantes, debe traer el teléfono disponible todos los días del año, sin excepción.

“Surge una donación en cualquier Estado de la República y tenemos que echar a andar toda la maquinaria del proceso de donación de órganos, para poder aprovechar la donación. Extraer la mayor cantidad de órganos viables para poder trasplantar a la mayoría de los pacientes que podamos”.

El proceso no es fácil ni rápido. Cuando se tiene un posible donador de órganos, el equipo de donación debe hacer numerosos estudios de sangre y valorar al paciente para ver cuáles órganos serán útiles para otros pacientes.

Al observar que el paciente puede donar sus órganos, se avisa al equipo médico de cada área: renal, hepática y de corazón, por ejemplo, para preparar a la persona que podría recibir esos órganos.

FRASE

"
Me toca dar el diagnóstico de que el familiar tiene muerte encefálica y el pronóstico de que no va a tener recuperación "

Eduardo González
, jefe de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico.

El trabajo de enfrentar el dolor

Un suicidio, un accidente y una muerte violenta siempre son inesperados para los familiares de la víctima.

Si de por sí es difícil un momento de esa naturaleza, pensar en que quien acaba de fallecer puede donar sus órganos, muchas veces pasa desapercibido para los familiares; ahí entra el trabajo del procurador.

“La familia es la que toma la decisión, si el paciente dona o no dona sus órganos. Muchas veces nos dicen desde un inicio que el familiar dijo en vida que quería donar sus órganos, por lo que vamos a respetar su voluntad”, comenta Eduardo González Espinoza, jefe de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico.

Pero hay quienes en vida también dijeron que no querían donar sus órganos, y la familia refiere eso al procurador, aun cuando se tratara de un paciente potencial donador de órganos.

González Espinoza, encargado de dar los diagnósticos a los familiares sobre los pacientes y su pronóstico, por ejemplo, de que no va a tener recuperación, señala la necesidad de crear la conciencia para donar. “El tener que darles esa noticia e inmediatamente cambiar el chip de que tienen la decisión de donar. O sea, es un proceso que debemos saber trabajarlo con la familia poco a poco, para ir creándoles la conciencia de la donación”.

Compartir la pena del otro

La capacitación es vital para un procurador de órganos. Es imposible no sentir la pena de la familia a la que le habla, y es difícil controlarlo, pero para eso se tiene preparación continua en cuestión psicológica, de maneras para relacionarse con las personas, y de enfrentar situaciones adversas como el dolor ajeno.

“Todas las pérdidas son irreparables, dolorosas, la familia está destrozada por su ser querido; estamos hablando de agresiones en asaltos, muertes súbitas en los cuales el dolor de la pérdida es mucho mayor, y en todos los casos lo afrontamos con profesionalismo”, refiere Eduardo González, jefe del Departamento de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico.

Cirujano urólogo y procurador Eduardo González, jefe del Departamento de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico del IMSS Jalisco.
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