Jalisco
Más mentalidad de grupo
El problema no es la mentalidad que tenemos, sino las fallas estructurales de nuestro sistema de vida
Dicen que a los mexicanos nos hace falta más mentalidad, que no la tenemos para enfrentar los momentos difíciles de la vida. Puede ser una aseveración cierta en muchos casos, pero mejor me quedo con lo que sí tenemos. A mi parecer, nuestro pueblo tiene una mentalidad luchadora, que busca esforzarse y salir adelante incluso en situaciones muy adversas. Al menos eso reflejan miles de mexicanos que han cruzado la frontera, con todos los peligros y riesgos que esto implica, y han encontrado la manera de trabajar, prosperar y salir exitosos en la vida.
¿Por qué no imitamos y aceptamos que así somos también los mexicanos?
De que tenemos una mentalidad fuerte y temeraria, es un hecho. Especialmente en las personas que tienen carencias, que sufren marginación y que tienen hambre de logros.
También tenemos que aceptar que esta característica de nuestro pueblo no se ve reflejada en los resultados de la Selección mexicana de futbol. Tal y como sucede con muchas otras actividades que involucran a nuestras instituciones y estructuras de mando y autoridad.
El problema no es la mentalidad que tenemos, sino las fallas estructurales de nuestro sistema de vida, que se ven afectadas por la falta de ética y la corrupción, como por las pugnas destructivas por el poder, o por la envidia y los efectos negativos de la rivalidad y los celos.
Cuando los mexicanos cruzamos la frontera nos sometemos a otro sistema de vida y pronto nos adaptamos para bien, incluso hasta llegar a destacar, lo cual puede ser un ejemplo de lo que tratamos de sostener.
Lo que aconteció con nuestra Selección tiene que ver más con los de pantalón largo, con los que planean, imponen y se benefician con el balompié. Desde los intereses económicos, los patrocinios y las ambiciones protagónicas, hasta el poder mediático y el roce con las cúpulas del Gobierno.
Mentalidad ganadora sí tenemos, nos faltan las estructuras y las instituciones limpias para que nos ayuden a prosperar. Ganas, tenemos muchas, disponibilidad y deseos de lucha también. Pero nos hacen falta autoridades y guías que nos sepan canalizar nuestros anhelos.
Psicológicamente no hemos aprendido a trabajar en equipo, a luchar juntos por el mismo objetivo, a saber ayudar al que más nos necesita, para salir adelante. Nos falta vencer nuestro egoísmo y mentalidad personalista. En grupo comenzamos a tener problemas. En eso sí tenemos que mejorar mucho.
Caímos en hacernos ilusiones de más y nos tropezamos de nuevo, con expectativas muy elevadas que el Gobierno actual supo alimentar buscando sacar beneficios políticos en caso de que México se encumbrara más allá.
Necesitamos continuidad, trabajar unidos, formando todos un mismo equipo.
Los mexicanos queremos prosperar, el pueblo quiere estar unido y deseamos superar nuestros defectos para no volver a caer en los mismos fracasos en los que repetidamente caemos.
Basta del casi casi, del ya merito, del ahora sí... y seguimos viviendo un mundo de corrupción y concentración del poder en pocas manos que no nos dejan salir adelante.
¿Por qué no imitamos y aceptamos que así somos también los mexicanos?
De que tenemos una mentalidad fuerte y temeraria, es un hecho. Especialmente en las personas que tienen carencias, que sufren marginación y que tienen hambre de logros.
También tenemos que aceptar que esta característica de nuestro pueblo no se ve reflejada en los resultados de la Selección mexicana de futbol. Tal y como sucede con muchas otras actividades que involucran a nuestras instituciones y estructuras de mando y autoridad.
El problema no es la mentalidad que tenemos, sino las fallas estructurales de nuestro sistema de vida, que se ven afectadas por la falta de ética y la corrupción, como por las pugnas destructivas por el poder, o por la envidia y los efectos negativos de la rivalidad y los celos.
Cuando los mexicanos cruzamos la frontera nos sometemos a otro sistema de vida y pronto nos adaptamos para bien, incluso hasta llegar a destacar, lo cual puede ser un ejemplo de lo que tratamos de sostener.
Lo que aconteció con nuestra Selección tiene que ver más con los de pantalón largo, con los que planean, imponen y se benefician con el balompié. Desde los intereses económicos, los patrocinios y las ambiciones protagónicas, hasta el poder mediático y el roce con las cúpulas del Gobierno.
Mentalidad ganadora sí tenemos, nos faltan las estructuras y las instituciones limpias para que nos ayuden a prosperar. Ganas, tenemos muchas, disponibilidad y deseos de lucha también. Pero nos hacen falta autoridades y guías que nos sepan canalizar nuestros anhelos.
Psicológicamente no hemos aprendido a trabajar en equipo, a luchar juntos por el mismo objetivo, a saber ayudar al que más nos necesita, para salir adelante. Nos falta vencer nuestro egoísmo y mentalidad personalista. En grupo comenzamos a tener problemas. En eso sí tenemos que mejorar mucho.
Caímos en hacernos ilusiones de más y nos tropezamos de nuevo, con expectativas muy elevadas que el Gobierno actual supo alimentar buscando sacar beneficios políticos en caso de que México se encumbrara más allá.
Necesitamos continuidad, trabajar unidos, formando todos un mismo equipo.
Los mexicanos queremos prosperar, el pueblo quiere estar unido y deseamos superar nuestros defectos para no volver a caer en los mismos fracasos en los que repetidamente caemos.
Basta del casi casi, del ya merito, del ahora sí... y seguimos viviendo un mundo de corrupción y concentración del poder en pocas manos que no nos dejan salir adelante.
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