Jalisco

María de Jesús, vacacionista que va y viene de PV el mismo día

De permanecer en un hotel, autoridades buscaban trasladarla a un albergue

María de Jesús, vacacionista que va y viene de PV el mismo día
GUADLAJARA, JALISCO (23/OCT/2015).- La señora María de Jesús Madrigal planeó su viaje a Puerto Vallarta desde hace dos meses. Junto con unas amigas adquirieron uno de esos paquetes que incluyen transporte de ida y vuelta y hospedaje en un hotel de lujo cuatro días y tres noches en poco más de cinco mil pesos, por lo que aprovechó la oportunidad para salir este jueves: “Uno dos días antes estuvimos checando y supimos que iba a haber lluvias, nunca supimos que habría un huracán”.

Aún sin saber nada de “Patricia”, el camión salió a las siete de la mañana con rumbo a Vallarta y después de padecer algo de tráfico llegaron poco después del mediodía. A las tres de la tarde les asignaron habitación y pese a que ella fue la única de sus 40 compañeros a quien le tocó hasta el séptimo piso, su expectativa era pasársela bien: “Nos la pasamos a gustísimo porque estaba el sol bien sabroso, el agua calientita”.

Había mucha gente en la playa y en las albercas, pero ya entrada la tarde comenzaron a escuchar rumores de que se aproximaba un huracán: “Empezó a nublarse el cielo y hubo muchos truenos, entonces dijimos ‘vámonos para adentro’”.

Al cuestionar entre los empleados que cómo era aquello cuando llegaba un meteoro, estos alegaban que por ser bahía y tener sierras alrededor no llegaban efectos fuertes: “La gente bien tranquila, pero las inquietas éramos nosotras”.

Decidieron mejor informarse y se enteraron poco antes de las diez de la noche de la intensidad de “Patricia”. Los argumentos de los empleados para mantenerla tranquila contribuyeron a su inquietud: le dijeron que los pisos de arriba eran más seguros cuando se rompieran los cristales, que había un par de salones en el hotel sin ventanas, que fueran solidarios si les pedían meter a otras personas en sus habitaciones, y lo que la terminó por convencer a ella y a sus amigas fue que por la mañana las llevarían a un albergue porque “Patricia” había llegado a categoría cinco: “Fue cuando dijimos, ‘refugio nada’”.

El problema era que el camión se había ido y las recogería hasta el domingo. Fue que vieron que algunos huéspedes habían rentado una camioneta. Así, la organizadora del viaje consiguió cuatro camionetas y acordaron regresar a todo el grupo.

A las dos de la mañana salió el contingente. Sin embargo, para esa hora sólo caía una brisa: ni vientos huracanados ni tormenta tupida, y así siguió el trayecto hasta llegar a la penúltima caseta: “Estaba muy bien la carretera, no nos llovió, estaba excelente. Sí había mucho tráfico de venida porque todo mundo que pudo salirse se salió de Puerto Vallarta”.

Su experiencia en su corta estancia hizo que incluso pensaran que los medios exageraban la magnitud del fenómeno; sin embargo, finalmente comprendieron y agradecieron la suerte que tuvieron en regresar sin problema alguno: “Ya me imaginaba auxiliando a las personas”, exclamó María de Jesús tras los flujos de adrenalina que sintió por momentos en su breve aventura.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando