Jalisco
Malnutrición, común en los albergues para menores de la ZMG: experto
A falta de recursos económicos estos sitios no pueden solventar a todos los niños
"Los albergues a veces no tienen los recursos necesarios para poder solventar los gastos del menor, y esto es manifestado en descuido, precisamente en la alimentación".
Luego de cinco años dedicados a casos de este tipo, el litigante ha forjado una especialidad, y ésta le ha permitido concluir en que la problemática de malnutrición es la más latente. A ésta le siguen, expuso, los maltratos y el tráfico de niños.
Refirió que en los casos de violación a la integridad del menor dentro del albergue, quienes tengan la patria potestad del infante están obligados a recurrir a vías legales para acusar.
"Denunciar públicamente es lo que funciona. Cuando hay una situación de riesgo del menor, el Estado debe quitar los permisos que le otorgan a esas casas hogares y retirar a los niños para colocarlos en otra".
Sin embargo, las sanciones a albergues omisos son "ineficientes". En primera instancia, opinó, por una vigilancia "relajada" del Consejo Estatal de la Familia, y después por los tiempos de resolución legal de las denuncias contra casas hogares.
Sólo este año, Yuri Márquez ha llevado 13 casos de este tipo; ninguno ha concluido satisfactoriamente.
Una vez comprobado que es en el hogar donde el menor corre peligro en su integridad física o psicológica, las autoridades (la Procuraduría General de Justicia del Estado) deben actuar y los infantes son trasladados a un albergue. Los padres o tutores son acusados por abandono de hogar, trata o abuso al menor.
"El Estado, a través del Ministerio Público, retira la custodia a padres o familiares que la tengan. Esto procede si está en peligro la integridad del menor; en el momento en que se actualiza esa situación legal el Estado entra, protege al menor y lo deposita en custodia de un albergue".
Los albergues de menores pueden ser tanto de la iniciativa privada, con permisos del gobierno o instancias públicas.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA