Jalisco

Magdalena, cuna del ópalo

La extracción de esta piedra preciosa de las minas que existen en el municipio se ha convertido en un atractivo para los turistas

GUADALAJARA, JALISCO (28/ABR/2011).- La aventura, diversión y sorpresa de los viajes, no siempre tiene que estar ligada a recorrer cientos de kilómetros. Con frecuencia, aquellos lugares que no estaban contemplados para vacacionar, o tan sólo para pasar un buen día lejos del ajetreo diario y aprovechar así la jornada vacacional en curso, suelen brindar al turista toda una experiencia llena de magia, adrenalina y, en ocasiones, de mucho sabor.

La aventura se posiciona en el municipio de Magdalena, Jalisco, aproximadamente a 78 kilómetros de la Zona Metropolitana de Guadalajara, un pueblo lleno de misticismo, donde la principal actividad, tanto turística, como laboral, se encuentra bajo tierra.

Magdalena forma parte de la conocida Ruta del Tequila, que comprende principalmente los municipios de Santa Cruz del Astillero, El Arenal, Amatitán y Tequila, que a su vez abren paso a este pequeño, pero paradisiaco lugar de la zona agavera de Jalisco.

Por décadas, este pueblo se ha caracterizado por ser impulsor del agave azul y, a la postre, de la bebida nacional por excelencia: el tequila. A pesar de la importante derrama económica que el lugar obtiene de este producto, la minería ha sido la fuente generadora de turismo, economía y posicionamiento del municipio en el mapa mexicano. Por años, la extracción de la piedra preciosa denominada ópalo se ha mantenido como fuente de empleo y de atracción para sus visitantes.


Un paseo por las minas


Acudir a Magdalena implica de manera casi forzada una visita a alguna de las minas de ópalo activas que circundan al municipio. Existen diferentes maneras de hacerlo, aunque la más aconsejable es aquella que se ofrece mediante algunas empresas que, al mismo tiempo, son propietarias de las minas en cuestión, con ello, se puede contar con la opción de realizar una visita guiada, que rendirá mayores frutos para el visitante. Ópalos de México es una de estas alternativas, y cuanta con paquetes que van desde la guía, hasta la visita con comida incluida.

La aventura arranca desde el Centro de Magdalena. Una verdadera travesía espera para adentrarse en un mundo diferente, que probablemente no imaginó poder conocer a tan sólo hora y media de Guadalajara. Y decir travesía es incluir desde el vehículo en el que se transporta a los turistas –si es que eligió un paseo completo–, hasta el camino un tanto sinuoso que lleva a una de las minas de Ópalos de México: “La Lupita”, con más de 40 años de antigüedad. La carretera termina y se toma la brecha que pasa por el poblado de San María, pero que tiene como destino el pueblo de San Simón, municipio de Magdalena. Aquí, vale la pena destacar este pintoresco sitio: pequeño, pero lleno de misticismo, amabilidad de su gente y una simetría rural que deleita las pupilas de quienes pasan por su plaza principal para legar a la loma donde la mina espera llena de secretos.

Para Rigoberto Godoy, empleado de esta  mina, no es una tarea novedosa. Por más de 12 años se ha dado a la tarea de buscar estas piedras preciosas. Él mismo es ahora encargado de dirigir los recorridos de los turistas, y refiere: “En estos últimos meses ha venido mucho turismo extranjero, estadounidenses y canadienses, aunque de Guadalajara también tenemos visitantes. Las minas actualmente se encuentran activas y aquí se les enseña a los turistas cómo se realiza el trabajo para poder encontrar un ópalo, que debo decir, es sumamente complicado”. Asimismo, puntualizó que en promedio se encuentra una piedra cada dos o tres meses.


Para pasar el día



La mejor alternativa para pasar un excelente día en el municipio de Magdalena es acudir con los guías turísticos que tienen acceso a las minas y pueden orientarle de lugares ricos en comida e, incluso, para pernoctar. La gastronomía –a pesar de no ser rica en dulces típicos ni algún platillo en especial– se distingue por hacer mucho énfasis en la comida mexicana. Un buen sitio para comer, según recomiendan los oriundos del pueblo, es el restaurant “La Lupita”, donde se pueden degustar platillos mexicanos como la birria y carne asada, entre muchos otros. Si la noche llegó de pronto, también hay oferta hotelera para todo tipo de presupuestos.


Un trabajo de picar piedra


La extracción del ópalo consiste en excavar superficies donde se ha comprobado la existencia de la piedra (esto se da al barrenar las piedras y que haya vidrio). El producto se encuentra en el interior de las canteras, es por ello que sólo al picar la roca es como se da con la piedra preciosa. En la mina “La Lupita”, apuntó Rigoberto Godoy, “se han encontrado ópalos de muy alta calidad, con un valor estimado de 400 mil pesos”.


El recorrido

Existen recorridos a las minas que van desde el más sencillo, que tiene un precio de 100 pesos, hasta uno más completo, en el que ya se incluye la comida. A los visitantes se les da la oportunidad de que experimenten el trabajo de búsqueda de ópalos, para lo cual se les proporciona herramienta. El paquete más caro tiene un precio de 300 pesos por persona.


Cómo llegar


Se toma la Carretera Libre a Nogales. Una vez que se pasa por el Pinar de la Venta, siguen tres poblados: Santa Cruz del Astillero, El Arenal y Amatitán. Posteriormente se pasa por Tequila; el siguiente pueblo es Magdalena.


Para Saber


La Feria del Ópalo es la fiesta más grande del pueblo. En ésta, además de aprovecharse para festejar de manera espiritual al santo patrono, el Señor de los Milagros, se exponen obras artesanales y de joyería hechas a base de esta piedra. La fiesta arranca el 15 de septiembre y termina el día 30 del mismo mes


Numeralia

40 años de antigüedad.
35 minas que actualmente trabajan en Magdalena.
200 pesos diarios, el sueldo aproximado de un minero.
1 hora y media aproximadamente dura la visita en la mina.
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