Jalisco
Madre de siete hijos, reclusa en Puente Grande
Menciona que tiene ocho años con siete meses en prisión y que su llegada a la cárcel cambio su vida radicalmente
La reclusa -quien prefirió el anonimato, al igual omitir el delito por el cual está recluida- mencionó que tiene ocho años con siete meses en prisión, y desde su llegada a la cárcel la vida le cambió radicalmente.
"Antes era ama de casa, pero después comencé a trabajar', dijo la interna. Cuando ingresó a la penitenciaría fue ''un cambio muy difícil'', ya que aseguró: ''pues siempre estaba con mis hijos, nunca me había separado de ellos, es difícil", expresó la mujer con lágrimas que humedecía sus rostro.
10 de Mayo, una fecha significativa para la mayoría de las madres mexicanas, normalmente ellas celebran su día en casa con sus familiares o en algún restaurante en compañía de amigos y parientes, pero las reclusas, sólo son visitadas por un espacio de cuatro o cinco horas.
"Cuando estoy esperando que llegue mi familia, es desesperante, y cuando se van, es difícil y más cuando cruzan (la aduana de salida del penal), me dicen a dios, y tengo que ser muy fuerte para que no se me parte el corazón", dijo la mujer en llanto.
Actualmente, ella tiene siete hijos, dos de ellos gemelos de aproximadamente 10 años de edad, quienes son cuidados por otros parientes y les brinda educación y un hogar.
"Mis hijos vienes cada 15 ó 22 días, porque algunos ya están casados, y ya tengo hasta nietos, pero anhelo, sueño... que un día voy a logar salir de aquí (de la cárcel), que dios me abra la puertas de este lugar, para poder disfrutar a mis hijos", agregó.
La mujer aunque todavía no sabe cuánto tiempo más va a pasar en prisión, debido a que no ha recibido sentencia, sigue aconsejando a sus hijos, ya que a últimas fechas los extraña demasiado.
"Cuando vienen mis hijos los aconsejo, porque desagraciadamente (...) no puedo salir corriendo de aquí", dijo la mujer, con las manos limpiándose sus ojos llorosos.
Agregó, que dos de sus vástagos tienen problemas en la escuela, ya que son agredidos de manera psicológica por otros estudiantes, al mencionarles que su mamá está en prisión.
"Yo le digo que este lugar no es malo, es difícil, pero puedo aconsejarlos desde aquí a dentro", aseguró la mujer.
De acuerdo con los relatos de la detenida, es complicado vivir en el penal, aunque reciben atenciones dignas, o con frecuencia acuden dependencia o asociaciones civiles para poner en marcha actividades, pero sus momentos de alegría duran no más de cuatro horas.
"Más que nada sufrimos, más que nada porque somos mujeres, porque la sociedad nos marca por ser madre, es más difícil. Yo digo conmigo se enseñaron porque es mucho (tiempo) lo que llevó; ellos están solos (sus hijos), pero un día va a cambiar todo", culminó la interna, entrevistada.
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