Jalisco
Los vecinos dan un voto de confianza a la limpieza del Santiago
Paseantes y comerciantes admiten que la aparente mejora del agua coincide con el arranque de la planta de tratamiento de El Ahogado
El escepticismo continúa, pero los vecinos admiten hoy en día que hay cambios, menores pero para nada desdeñables. El primero es que el agua del Río Santiago, a su paso por estos dos municipios conurbados, luce un poco más limpia y huele mejor desde hace unas semanas.
“Ya no se ve tan sucio, como antes, porque sí estaba muy feo y olía mal todo el día”, comentó, ayer después de las dos de la tarde, un empleado de una gasolinera aledaña al afluente, acostumbrado a los efluvios del Río Santiago con los que debe convivir a diario. Y era fácil estar de acuerdo con él: pese al sol cayendo a rayo sobre el cuerpo de agua, los vapores que actualmente llegan hasta las narices de los transeúntes son menos ofensivos que hace unos meses.
Los vecinos del río no están al día acerca de las novedades en materia de tratamiento del agua que han dispuesto los gobiernos federal y estatal a partir de este año, pero, cuando se les menciona la planta de tratamiento de El Ahogado, reconocen el nombre. Y admiten que, posiblemente, la operación de esta gran obra inaugurada por el mismísimo Presidente Felipe Calderón es la explicación al fenómeno que agradecen sus cinco sentidos.
La planta comenzó a trabajar el 18 de marzo pasado y el Presidente dijo que tendrá que ser la solución a la grave contaminación que ha afectado por años al río, convertido en drenaje de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Sus efectos tendrán que mejorar con la operación de la planta de Agua Prieta. Entre ambas limpiarán desde la zona de Las Pintas y Arroyo Seco, hasta los límites de El Salto y Juanacatlán, y garantizarán que se mejore toda el agua que se vierte en el Río Santiago.
Para eso, falta algo de tiempo. Pero los vecinos piensan en la inauguración de El Ahogado como una buena noticia. “Parece que la planta sí está funcionando, ya no huele tan mal”, comentó el propietario de una tienda de abarrotes ubicada junto al río. Carlos, un joven de 25 años que esperaba su camión cerca del Santiago, coincidió con señalar la mejoría de la zona. Él había escuchado que las enfermedades que numerosos vecinos de El Salto y Juanacatlán aseguran que padecen tenían su origen precisamente en la contaminación.
¿Es esto el principio de la solución? Ante esta pregunta, los vecinos y paseantes consultados ayer mostraron, de nuevo, su escepticismo: no se les olvida que hace poco más de cuatro años un niño de El Salto, Miguel Ángel López Rocha, murió al parecer por causa de una infección que pescó tras caerse a las aguas del río. No se les olvida que el Santiago suele despedir olores pésimos. No se les olvida que un par de activistas de Greenpeace debieron vestirse trajes especiales para cruzar el río en un kayak. Pero, por estos días, ven un poco más limpias las aguas y coinciden con algo: no huelen tan mal. Y eso les parece una buena noticia.
REHABILITACIÓN
Planes a futuro
Como parte de la labor de limpieza y restauración del medio ambiente en la zona, la Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) contempla la construcción de un parque lineal en el margen de la cuenca, con al menos un millón de árboles.
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