Jalisco

Los tapatíos reciben con humor y fiesta el “fin del mundo”

En medio de un ambiente de fiesta y escepticismo fue como los tapatíos recibieron el día marcado como el fin de la humanidad

GUADALAJARA, JALISCO (21/DIC/2012).- En Guadalajara ayer hubo señales clarísimas de que venía el fin del mundo: un montón de fiestas y promociones en los bares por toda la ciudad. Porque ocurrió que para los tapatíos, que fueron más bien escépticos, el fin del calendario maya —que revivió la idea de un fin abrupto para nuestra civilización—  no fue motivo para preocuparse, sino todo lo contrario: la fecha llegó con humor y varias fiestas promovidas a través de las redes sociales.

En un bar nocturno ubicado en la calle López Cotilla se invitó a través de la red social Facebook a disfrutar la fiesta con el tema “Apokaliptik Party”.  “Ven a festejar el fin de los tiempos, la profecía maya, la alineación planetaria y a pistear”, se leía en la poco catastrófica invitación. Como ésa, varias fiestas fueron detectadas por la ciudad. Las redes sociales ayudaron a la difusión de las promociones organizadas por algunos bares; los centros nocturnos aprovecharon para atraer a todo aquel que no se permita el fin de los tiempos sin celebrar.

Un sondeo realizado por este medio permitió detectar que la mayoría de los entrevistados se reía de las predicciones fatalistas; mas en la vena reflexiva, los tapatíos opinaron que somos los propios seres humanos los que acabamos con el planeta y la especie, y que no hace falta que acontezca un fenómeno astronómico fuera de nuestro control.

Mientras en algunas zonas arqueológicas de la antigua cultura maya, y varios sitios del mundo, había festejos y congregaciones o alarma por el apocalipsis anunciado, los especialistas tuvieron sus propias reflexiones: el sociólogo Jaime Hernández Ortiz opinó que para el día 22 de diciembre la gente dirá que “sí se terminó el mundo, pero en el corazón de cada quien”, y el sacerdote católico Juan González recordó a la grey tapatía que nuestros cálculos ni siquiera son precisos: “El calendario actual tiene un error de seis o siete años: se equivocaron los sabios del Papa Gregorio Magno (540–604) y vamos por el año 2018 o 2019”.
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