Jalisco

Los permisos

Hay padres de familia que dejan hacer lo que sea a sus hijos y hay quienes, por el contrario, les quieren restringir todo

Somos una sociedad con problemas para darles permiso a nuestros hijos. Hay padres de familia que dejan hacer lo que sea a sus hijos y hay quienes, por el contrario, les quieren restringir todo.

Desde luego que la recomendación más sabia es que la virtud se encuentra en el término medio, pero aún así, no es siempre lo correcto, pues hay quien merece más y a quien hay que limitarlos.

El primer punto que hay que tomar en cuenta es considerar las circunstancias que envuelven el permiso, así, por ejemplo, no es lo mismo dejar llegar a las tres de la mañana después de una boda, que de una reunión con los compañeros de la escuela para estudiar.

De igual manera, no es lo mismo dar permiso a hacer un viaje con los amigos, que con la novia. Estamos de acuerdo que son diferentes circunstancias, entonces no podemos tratar con el mismo criterio a todos y por igual. Como sí hay muchos padres de familia que lo hacen, generando un ambiente de injusticia e inconformidad con sus hijos. Como lo hacen los padres que determinan que a los varones se les puede dejar más amplitud, frente a las mujeres que se les limita más por su condición. También no es lo mismo el permiso cuando se le presta un auto, que cuando pasan por los amigos. Y de igual manera, cuando el hijo es responsable y no bebe, a que si tiene problemas con el alcohol.

Los planteamientos anteriores nos obligan a que tengamos criterios y pensemos las cosas con más objetividad, antes de quitar o dar un permiso.

Otro aspecto a considerar, es el no dar permisos con una influencia marcadamente emocional, como el miedo o los celos. Es el caso de los papás que restringen la salida de las hijas, porque no les parece el galán y rechazan a cualquiera. El hacer distinciones entre los amigos, amigas y pretendientes suele ser muy delicado, pues no depende más que del parecer y la percepción subjetiva de los padres, y esto orilla a que muy fácilmente se cometan injusticias.

El insistir en prohibir salidas y cancelar viajes, por el sólo hecho de que los padres tienen un miedo o muchos, no es justificante para arremeter contra los hijos y cerrar las puertas de la libertad. Padres miedosos, educan hijos igual. Trasmiten miedos sin soluciones y generan un mundo sobreprotegido, lo que empuja a que muchos jóvenes tengan una vida doble, dicen que van a un lado y van al otro, que están con alguien que no es o hacen algo que se debe ocultar, y todo porque se pierde la confianza por no decir lo que le enoja, molesta o atemoriza a los padres.

De que se tienen que dar permisos es evidente, y de que también se deben de limitar es muy cierto, por eso creemos que es muy importante reflexionar sobre ello y usarlos como una manera de aumentar la confianza, la seguridad y el sustento genuino de la autoridad, preservando el sentido de la justicia, el respeto y la adecuada formación.
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