Jalisco

Los monarcas que reinan en Cajititlán

Cientos de fieles acuden a la población venerar a los Santos Reyes Magos

GUADALAJARA, JALISCO (07/ENE/2017).- Sobre una alfombra de alfalfa y de terciopelo rojo, cientos de fieles se inclinan ante el paso de sus monarcas, los Santos Reyes Magos que salen de su parroquia cada año a bendecir la pesca en Cajititlán.
 
Los fieles más devotos se postran ante las figuras de mezquite mientras pasan sobre ellos y los que tienen más suerte alzan la mano para tocar a Melchor, Gaspar y Baltazar.

Al frente de la procesión hay decenas de danzantes que bailan al ritmo de tambores agitando sus plumas y sus sonajas. También están presentes los "negros", un tradición del pueblo, que realizan su danza mientras espantan a los más pequeños acompañados de personas vestidas como demonios.
 
Tampoco podía faltar la música de banda que acompaña a los Santos por su procesión en todo el pueblo y durante su viaje en el lago, a un lado de las embarcaciones "Pequeña", "Cielito Lindo" y "Andrea" que fueron elegidas en esta ocasión para transportar a las efigies.
 
José Luis Rodríguez, cronista del municipio, explicó que la adoración a los Reyes Magos se originó en Tlajomulco de Zúñiga en el año de 1587. En ese entonces el comisario visitador de la orden franciscana Fray Alonso Ponce arribó al poblado a ordenar la primera cofradía y encontró que los indígenas del lugar eran evangelizados con pastorelas pues la mayoría sólo hablaba náhuatl
 
"Él se quedó tan admirado de ver cómo participaba la gente que ordenó que se tallaran las figuras de los Reyes Magos ya que no existían. Eligieron un tronco de mezquite para tallar las tres, dicen que la madera era tan dura como el acero y que nadie la podía tallar", contó.
 
"Fue que llegó un carpintero y dijo que él podía tallar las figuras de la noche a la mañana. Lo hizo y al terminar desapareció, nadie sabía su nombre y la gente dice que el carpintero era San José".
 
Las tres figuras estuvieron en custodia de una familia de apellido Cuarenta hasta que los franciscanos acudieron a evangelizar la zona de Cajititlán. Al arribar, descubrieron que los indígenas adoraban a una deidad que supuestamente habitaba al fondo del lago llamada Machis, la que no permitía la pesca si no estaba contenta.
 
"Al iniciar el año, adornaban sus canoas y se introducían a la laguna para dejarle ofrendas para tenerla contenta y les diera buen temporal de pesca. Los franciscanos buscaron cambiar la imagen pagana por una religiosa y lo que coincidía con las fechas eran los Reyes Magos, así que se los trajeron", señaló.
 
"La fiesta continuó de la misma forma pero adorando a los Reyes Magos".
 
En Cajititlán, los Santos Reyes no traen juguetes sino milagros. Cada año miles de personas acuden a pedir su ayuda para sus casos más desesperados y al siguiente año, casi todos regresan a cumplir su manda descalzos y haciendo guardia a los patronos.
 
"Pedí por mi suegro que estaba muy malo, estaba enfermo del corazón pero gracias a Dios y a los Reyes ya está mejor", indicó Magdalena Ramírez.
 
"Les pedí ayuda porque me dijeron que eran muy milagrosos y hasta ahorita lo he comprobado, sí me hicieron el milagro".

EL INFORMADOR / VIRGINIA ARENAS

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