Jalisco
''Los hombres azules''
“En ciertos oasis, el desierto es sólo un espejismo” Mario Benedetti, escritor.
Finalmente, junto con la sensación de que las horas del día son insuficientes para terminar con nuestras tareas, llega la noche con su dosis precisa de hipnótico para ponernos a soñar.
Decimos ser dueños de nuestro tiempo, bienes y destino; sin embargo, en más de una ocasión es posible revertir este concepto y preguntar: ¿Quién es dueño de quién?
El ciudadano urbano contemporáneo se caracteriza por un ritmo de vida acelerado al que pocas veces se le puede poner tregua. Según académicos de la Universidad de Sussex, en Inglaterra, se estima que a nivel mundial uno de cada cuatro individuos sufren de algún problema grave de estrés como resultado del estilo de vida adoptado. Específicamente en las ciudades, este índice alcanza a 50% de la población.
Aunque el paradigma que impera nuestra forma de vivir esté asociado con el modelo Occidental, poner la mirada en visiones y propuestas de distintas culturas puede representar un oasis en la rutina.
La cultura Tuareg también se conoce como el pueblo de los “hombres azules”, haciendo referencia al intenso color índigo de los turbantes que caracterizan a sus miembros. Esta cultura se ubica en el desierto sahariano y comprende más de dos mil años de tradición. En la actualidad, los Tuareg forman una población de aproximadamente tres millones, y la mayoría de ellos sigue conservando sus hábitos nómadas.
Las tradiciones que caracterizan a los Tuareg se desarrollan en el silencio del desierto, en donde los únicos testigos fehacientes son las tribus y el horizonte mismo. Esta cultura presta especial atención en la búsqueda por uno mismo y hace énfasis en los apasionantes misterios del mundo que los rodea. Dentro de la ideología Tuareg cada pequeño detalle proporciona felicidad. Ellos dicen que el mundo tiene el reloj, pero en cambio, ellos tienen el tiempo.
Como ciudadanos del siglo XXI, migrar hacia un estilo de vida auténticamente Tuareg representa una propuesta irrefutablemente utópica. Pero es posible adoptar una porción de esta filosofía del desierto para detener por un momento nuestra apresurada vida y redefinir el sentido de vivir, de disfrutar y contemplar nuestra propia existencia.
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Escucha de viva voz a los líderes sociales compartir, en una entrevista, algunas de sus experiencias.
Moussa Ag Assarid, presidente de la Asociación “Caravana del Corazón”
Para triunfar hay que ser uno mismo y satisfacerse con poco
Nació en un campamento nómada Tuareg, al Norte de Mali en África. La fecha exacta de su nacimiento se desconoce por falta de registros oficiales evidentemente intrascendentes en la mitad del desierto, aunque se calcula entre 1975 y 1979.
Cierto día, mientras pasaba por su campamento el Rally Paris-Dakar, cayó del bolso de un periodista un libro. Moussa, entonces un pequeño niño, corrió a entregárselo a su dueño, quien a su vez decidió obsequiárselo al joven Tuareg. Entonces Ag Assarid no sabía leer, y no fue sino hasta dos años después que logró convencer a su padre de permitirle asistir a la escuela y que pudo leer aquel obsequio que habría de convertirse en un hito en su vida: El Principito.
Después de muchos esfuerzos, el primogénito de 13 hijos, a sus 23 años de edad logró conseguir una beca para estudiar Gestión en la Universidad de Montpellier-I, de cuyo Consejo Administrativo, al día de hoy, forma parte.
Su primer libro “En el desierto no hay atascos: Un Tuareg en la ciudad”, plasma el abrumador asombro que lo abordó al llegar por primera vez a Francia. Relata cómo lloró al ver por vez primera funcionar un grifo de agua cuando en su campamento la gente seguía muriendo de sed. Cómo la cama de su hotel podía acoger a todos los niños de una familia nómada. Su observación y análisis de lo “cotidiano”, presenta una visión imprescindible para el discurso social universal.
Ocasionalmente participa en Radio France International y France Culture. Preside las asociaciones ENNOR France y Caravane du Coeur para la salubridad, educación y asistencia médica de los nómadas Tuareg.
— ¿Quién es Moussa ag Assarid según Moussa ag Assarid?
— Es un pequeño niño que ha crecido, que viene del desierto, y que ahora ha vivido y viajado por el mundo.
— ¿Qué valor guía tu vida?
— Llevar el valor de mi cultura, la cultura ancestral del desierto, al resto del mundo. Compartir la fortuna que tenemos al vivir la libertad del desierto y la calidez humana que le acompaña.
— ¿Qué es imprescindible para el éxito?
— Para triunfar en la vida hay que ser uno mismo y hay que satisfacerse con poco. Como decimos en el desierto: con el agua. Al tener lo elemental, todo lo demás, está de más. La vida es agua, el agua es vida. Cuando uno tiene agua, puede vivir.
Pienso que hay gente que tiene muchas cosas, pero que no está satisfecha ni es feliz. Eso me parece que es una pena.
— ¿Qué es más peligroso: la ignorancia o la indiferencia?
— Yo pienso que la ignorancia. La ignorancia es una oscuridad que no te permite ver las cosas, las circunstancias ni la vida. En cambio, cuando uno está instruido, uno tiene la luz para verlo todo.
Uno puede hacer frente a la indiferencia de los demás al ser uno mismo. Cuando los demás son indiferentes, es decir, que no tienen la intención de acercarse al otro, es grave; sin embargo, es aún más lamentable la oscuridad de la ignorancia.
Es no tener los medios para ver, como ponerse lentes de oscuridad… eso es la ignorancia. Uno no escoge la ignorancia, uno se encuentra dentro de ella.
La indiferencia, por otro lado, es una decisión, uno decide ser indiferente en relación a los demás. Uno es ignorante cuando uno no ha aprendido, por no haber ido al colegio, por ejemplo. En cambio, uno decide ser indiferente con los demás. Yo pienso que vale más estar iluminado e instruido, que ser ignorante.
La ignorancia no se elige; la indiferencia, sí.
— ¿Qué es lo que más valoras en los jóvenes?
— Lo que yo digo a los jóvenes es que busquen el tesoro que guardan dentro sus ancestros, sus abuelos, sus padres. Nunca aprenderán valores más importantes en la tele o en el colegio que aquellos de sus familias.
El colegio es un deber, uno debe ir a la escuela. Las personas de la escuela, los maestros, los profesionales, instruyen porque es su único trabajo y obligación. En cambio, los padres transmiten con y por amor.
La televisión es una ilusión, una pasión… les muestra luces, gente maquillada y bella, pero eso no dura mucho tiempo, eso no es profundidad.
Asociación de ideas
Voluntad: “Acción”.
Valentía: “Humana”.
Lealtad: “Fidelidad”.
Liderazgo: “Luz. Quien tiene la luz”.
Juventud: “Realización de sueños”.
Compromiso: “Elección”.
Debate: “Verdad”.
Mensaje a los jóvenes de Mar Adentro de México A.C.:
“El mensaje que yo tengo es que busquen algo que los haga sentir motivados, algo que sea conducido por el corazón y estimulado con la razón y la pasión".
VOLUNTADES
Historias de éxito que trascienden
Las mujeres del desierto
La cultura Saharaui comparte ciertas similitudes con el pueblo Tuareg, que valen la pena mencionar. Ambas sociedades se han desarrollado en el desierto sahariano y han sido consolidadas por tradiciones nómadas desde tiempos ancestrales. Sin embargo, una característica fundamental dentro de la cultura Saharaui es la importancia de las voces femeninas en la comunidad.
La Zona Occidental del desierto sahariano fue dominada durante casi 100 años por la corona española. Sin embargo, la culminación de la ocupación europea en la región provocó el éxodo de la población Saharaui de sus tierras de origen.
Mientras los hombres Saharauis unían esfuerzos por su independencia como pueblo, las mujeres emprendieron su propia batalla contra el analfabetismo, el cual atacaba a casi 95% de la población tras la retirada española.
Hoy, la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS) reporta que 100% de los niñas y niñas tienen acceso a la educación. Asimismo, de acuerdo con información difundida por el Instituto de Periodismo Preventivo y Análisis Internacional, 75% de los puestos educativos, así como 90% de los puestos de sanidad de la comunidad Saharaui, están ocupados por mujeres.
Es importante mencionar que de los 50 miembros del parlamento del pueblo, 13 son mujeres.
El papel que desempeñan las mujeres Saharauis tiene también alcances internacionales. Estas mujeres del desierto han fundado un campo de refugiados argelinos en el Norte de África que ha atendido a casi 300 mil personas en necesidades extremas (considerando igualmente condiciones higiénicas para prevenir brotes epidémicos) durante 30 años. Del mismo modo, mantienen una participación activa e incisiva en el conflicto que el pueblo Saharaui mantiene con Marruecos.
Las mujeres del desierto demuestran que la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la batalla contra el analfabetismo y la materialización de ayuda humanitaria bien dirigida, son metas alcanzables sin importar el contexto social, cultural, político e histórico.
10 Noticias Positivas:
1. Tlaquepaque, primer municipio en crear el Consejo Estatal Contra las Adicciones.
2. Tlajomulco reparte uniformes y útiles a más de 70 mil alumnos.
3. Gobernación refuerza seguridad en Nuevo León.
4. Sólo habrá 9% de frituras en escuelas de México: SSA y SEP.
5. En octubre termina la restauración de la Catedral de Guadalajara.
6. Realizará Reino Unido expo sobre cambio climático en Jalisco.
7. Luego de 14 días podrían rescatar a mineros atrapados en Chile.
8. Comienza la salida de la última brigada estadounidense en Iraq.
9. La ONU prepara su regreso a Somalia tras 17 años de ausencia.
10. Duraznos, ciruelas y nectarinas ayudan a combatir cáncer de mama.
Mar Adentro Propone:
Siempre es buen momento para escuchar la vida a través del silencio del desierto.
SÙMATE A MAR ADENTRO
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