Jalisco
Los caudillos del desfile tapatío
Las festividades centenarias de la Revolución llegan a su cenit acompasadas por decenas de gargantas, que celebran al unísono la insurgencia del pueblo mexicano
Hay más restricciones para circular, aún a pie, que facilidades para disfrutar de un sano momento en familia. Un sujeto malencarado, cobijado por un arma de fuego y su uniforme camuflado, detiene el paso de cualquier peatón que decida cruzar la línea amarilla que le han ordenado vigilar.
De un momento a otro los pasos se vuelven más ágiles; un rápido vistazo revela que las personas que coincidieron en el mismo escenario no son tantas como las que se presentaron en la pasada celebración por la lucha de Independencia. Ello permite un caminar acelerado y, en consecuencia, la localización de un sitio relativamente cómodo para mirar el espectáculo.
Transcurren los segundos y la voz de un animado conductor resuena en las bocinas colocadas sobre Avenida Alcalde. Sus cuerdas vocales dan el disparo de inicio de la caminata, y un conglomerado de jóvenes integrantes del Consejo Estatal para el Fomento Deportivo encabeza, con orgullo, la celebración.
Después, el baile cadencioso de varias mujeres, cuyos cuerpos se agitan al ritmo de samba, representa el cambio de estafeta desde la competencia deportiva celebrada en Río de Janeiro, en 2007, a los próximos Juegos Panamericanos Guadalajara 2011. Por ello, arriban a paso vitoreado las mascotas de los juegos, para proceder a la demostración de las capacidades atléticas que poseen los tapatíos que participarán en esa justa internacional. Los máximos exponentes del deporte en la Entidad engalanan la avenida.
Un silencio termina con la fase panamericana y el sonido de una locomotora de vapor acapara la atención de los asistentes. Las festividades centenarias de la Revolución llegan a su cenit acompasadas por decenas de gargantas, que abordan el elaborado carruaje y celebran al unísono la insurgencia del pueblo mexicano.
Luego de dar a conocer el legado de la historia mexicana, creada a base de sangre y fuego, el eje toral de la caminata comienza a transformarse y una vasta cantidad de arlequines, mimos y monociclistas abarrotan la avenida. La diversión comienza a verse reflejada en los rostros de quienes acudieron a presenciar el acto.
Hacia el epílogo del desfile, la comunidad indígena del país salta al asfalto erguida y orgullosa. Su presencia en el sitio tiene como propósito anunciar la inauguración de los XIII Juegos Deportivos Autóctonos.
La culminación del desfile la dan las palabras de cierre del gobernador, Emilio González, y un breve listado de lo que se utilizó para la realización de este evento, en voz del alcalde tapatío. Las efímeras citas textuales de ambos actores políticos concluyen con un agradecimiento protocolario, y la bienvenida al equipo de limpieza, para que Guadalajara luzca resplandeciente de nuevo.
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