Jalisco

Lo que es bueno, es bueno...

Cita en la Ciudad

Se necesita un poco de sentido común, ingenio, sencillez y técnica, así como respeto y conocimiento de la naturaleza, para construir espacios que hagan que la experiencia de habitar sea plena. Hacer que casas o plazas, grandes o pequeñas, tengan “la dignidad de un palacio”, debe ser un objetivo y un fin para quien construye viviendas o planifica ciudades.

Disfrutar los espacios en que vivimos es un derecho; necesitamos tener sitios donde nos identifiquemos, que disfrutemos, sitios de los que nos podemos sentir orgullosos y podamos compartir con los nuestros y con visitantes. Dos obras maestras de arquitectura insertadas en sitios espectaculares en el Sur del continente motivan la siguiente reflexión, que parte de una pregunta: ¿Acaso la buena arquitectura sólo acontece donde hay paisajes maravillosos y recursos abundantes?
En medio del bosque nativo del Parque Nacional Volcán Villarrica, en plena Cordillera de los Andes en Chile, la experiencia de una correcta intervención arquitectónica sobre un maravilloso entorno natural da origen a las Termas Geométricas (www.termasgeometricas.cl), una sensible obra de Germán del Sol, que a través de construcciones “toscas y precisas”, deja descubrir y gozar despreocupadamente de un paisaje inexplicable, una experiencia única.

Pozones de hormigón revestidos en piedra de la zona y pasarelas de madera de coihue pintadas de rojo, recorren los más de 400 metros de longitud, donde su dura geometría permite destacar lo natural de lo construido. Estar ahí es llenar tu espíritu de naturaleza, bañarte en aguas termales: es un placer y te puedes cuestionar todo. ¿Cómo hemos podido hacer ciudades tan poco sensibles, tan alejadas del placer que significa entender la naturaleza?
A pocos kilómetros de ese sitio, otro hallazgo “cierra el ciclo”. Se trata del Hotel Antumalal de Jorge Elton, en Pucón (www.antumalal.com). Una construcción que comienza en 1945 y termina en 1950, diseñada con una arquitectura propia del movimiento moderno que recuerda imágenes de las “case study houses”, que inician también en 1945 en Estados Unidos. Sin querer describir un edificio del que mucho se ha escrito y mucho se podría seguir escribiendo, me parece fundamental citar la calidad de la obra: tiene un impresionante diálogo con la naturaleza en un entorno que, si bien increíble, es  potencializado con una arquitectura y un trabajo de paisaje que además de preciso y exquisito, permanece en el tiempo con una vigencia absoluta. Muchos atributos desde la mirada de la arquitectura se pueden mencionar, pero quiero destacar que se trata de una obra sobria en un entorno exuberante, que permite ir descubriendo de a poco un lugar paradisíaco.

Si bien la ciudad es la antítesis de lo rural, de lo natural, la intervención del hombre en un sitio o en el otro debería ser bajo los mismos principios. La buena arquitectura dignifica y potencializa; la ciudad requiere ofrecer experiencias de calidad que perduren en el tiempo.

Encontré un texto que escribe precisamente Germán del Sol –autor de las Termas– en homenaje y recuerdo a Jorge Elton –autor del hotel– donde se refiere a la calidad de su obra; cito uno de los párrafos:
“Como dice el poeta Godofredo Iommi, hay que ser absolutamente moderno. Y yo entiendo que eso no significa estar siempre buscando novedades, sino más bien volver al principio e intentar mirar las mismas cosas con nuevos ojos. Es decir, mirar de nuevo en otro momento, y descubrir algo nuevo en el mismo lugar”.
Esta idea resulta sugerente al comenzar el año. Miremos el 2010 como un nuevo momento y descubramos de nuevo la ciudad. Construyamos un territorio urbano de calidad, proponiéndonos hacer de cada obra un nuevo patrimonio para nuestra ciudad, porque como dice el refrán popular: “Lo que es bueno, es bueno…”.

alfredo@infotectura.org
Síguenos en

Temas

Sigue navegando