Jalisco
Libro electrónico, solución a un problema que aún no existe
John W. Warren, director de Publicaciones y Mercadotecnia de “RAND Corporation”, asegura que el libro impreso aún funciona bastante bien
Presentó su postura durante la inauguración del Octavo Foro Internacional de Editores y Profesionales del Libro, en el marco de actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL).
Según John W. Warren, las publicaciones digitales sólo podrán ganar su lugar en la industria editorial si es que éstas explotan todos los recursos que los dispositivos electrónicos ofrecen a sus usuarios: “El simple hecho de convertir un libro impreso a formato digital no hace mucha diferencia, pero si empiezas a usar otros componentes multimedia como el video, la voz, juegos, música o recursos interactivos, entonces ya no es el mismo libro, se convierte en una cosa distinta, pero esto apenas está empezando.
“En los libros de texto para la enseñanza ya se está usando la autoevaluación, entonces lees un párrafo o un ejemplo y (el texto electrónico) te hace un pequeño examen para ver si tienes que leerlo otra vez. Si estás aprendiendo sobre ingeniería, el libro electrónico te puede mostrar un diseño en tres dimensiones que un libro normal no puede hacer”.
Según un análisis del Departamento de Educación de los Estados Unidos, los estudiantes que aprenden mediante textos digitales en línea consiguen en promedio un mejor rendimiento que aquellos que no lo hacen. Sin embargo, ese mismo estudio concluyó que la lectura en línea combinada con la tradicional es la mejor opción de aprendizaje.
No obstante, el libro electrónico aún lucha por su aceptación comercial. Actualmente el “e-book” sólo es “la imagen de un libro impreso”, es decir, una versión digital pero sin muchas más ventajas que la versión tradicional, salvo una mejor portabilidad, búsqueda y acceso a la información. Además, la diversidad de dispositivos y formatos de marca propia crean confusión entre los potenciales compradores.
Por otra parte, los editores insisten en la administración con fines de lucro de los derechos digitales de los libros, medida que frustra a sus principales consumidores. Es por eso que según John W. Warren: “Ser editor no significa encontrar el próximo Dan Brown (autor del Código da Vinci). Se convierte menos en encontrar grandes textos y más en administrar los recursos electrónicos”.
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