Jalisco
Las formalidades de la justicia
Vega Pámanes, en el limbo al pasar de ser un magistrado relativamente desconocido en la opinión pública a ser la cabeza de uno de los tres poderes del Estado
Vega Pámanes, en el limbo al pasar de ser un magistrado relativamente desconocido en la opinión pública a ser la cabeza de uno de los tres poderes del Estado, llegó a la sala de plenos con anticipación. Reunido en grupos de cuatro o cinco magistrados, Vega Pámanes lucía serio y protocolario. Hombre de pocos gestos públicos y muchos acercamientos privados, tras la votación, agradeció a cada uno de los 33 magistrados que participaron y que lo convirtieron en el nuevo presidente del STJ. 30 de 33, mensaje de fortaleza, más no de unanimidad.
Su encuentro con Celso Rodríguez atraía las atenciones. Presidente entrante y saliente se fundieron en un abrazo que fue captado por decenas de cámaras y teléfonos celulares, sólo 10 minutos después de concluida la sesión. Las especulaciones sobre la relación de ambos, levantaba morbo entre muchos asistentes. "Lo importante era elegir a alguien que restableciera la buena relación entre poderes", comentó el magistrado Juan José Rodríguez en entrevista a pocas horas de la crucial votación. Vega Pámanes no era el candidato de Celso en un principio, a diferencia de lo que muchos piensan, señala con contundencia el propio magistrado.
La cordialidad y los abrazos se extendieron por media hora más. "No hubo unanimidad, pero sí hay unidad", le comentó un magistrado a otro, muy cerca de los reporteros. Se acabó la era Celso, y todas las especulaciones terminaron en una sesión discreta, solemne y sin sobresaltos.
EL INFORMADOR / ENRIQUE TOUSSAINT
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